Home | Boletín Comunista Internacional 6 | 

Sobre las mistificaciones de la “democracia”

Hablar de libertad e igualdad en tanto que las clases no han sido abolidas, es engañarse a sí mismo o engañar a los obreros, así como a todos los trabajadores y a todos a quienes explota el capital; es, en definitiva, defender los intereses de la burguesía. En tanto que las clases no se sean abolidas, en cada discusión sobre la libertad y la igualdad, habría que plantearse al menos estas cuestiones: ¿libertad para qué clase, para qué uso?; ¿igualdad de qué clase y con cuál clase?. Y, ¿en qué relación exactamente? Evitar, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente estas cuestiones, es defender fatalmente los intereses de la burguesía, los intereses del capital, los intereses de los explotadores. La consigna de libertad e igualdad, cuando se guarda silencio sobre estas cuestiones, sobre la propiedad individual de los medios de producción, es una mentira y una hipocresía de la sociedad burguesa que, mediante un reconocimiento puramente exterior de la libertad e igualdad, oculta de hecho la servidumbre y la inequidad económicas de los obreros, de todos los trabajadores, de todos los explotados por el capital, es decir la inmensa mayoría de la población en todos los países capitalistas.

Lenin.


La guerra desgarra completamente todos los velos en los que el mundo burgués, este mundo de fetichismo económico, político y social, nos envuelve constantemente.

La guerra destruye la apariencia que hacer creer en la evolución social pacífica, en la omnipotencia y la intangibilidad de la legalidad burguesa, en el exclusivismo nacional, en la estabilidad de las condiciones políticas, en la dirección consciente de la política por los “hombres de Estado” o los partidos, en la importancia capaz de estremecer al mundo de las riñas en los parlamentos burgueses, en el parlamentarismo como pretendido centro de la existencia social.

La guerra desencadena, a la vez que las potencias reaccionarias del mundo capitalista, las fuerzas generadoras de revolución social que fermentan en sus profundidades.

Rosa Luxemburg, En la tempestad, 1904.


Home | Boletín Comunista Internacional 6 |