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RESOLUCIÓN DE ACTIVIDADES DE LA FRACCIÓN INTERNA DE LA CCI
(ENERO DE 2008)

1) La situación histórica que conoce el mundo capitalista -y más especialmente el carácter irreversible cada vez más dramático de la crisis económica- descansa cada vez más directamente, desde 2001, en la alternativa histórica guerra imperialista generalizada o revolución proletaria internacional. El proletariado internacional es la única fuerza histórica apta para oponerse al proceso que conduce a la solución burguesa, la guerra, y para poder ofrecer otra perspectiva histórica. Contrariamente a lo que prevalecía en los años 1930, años que permitieron a la burguesía preparar la segunda guerra mundial, la clase revolucionaria está lejos de haber sido derrotada física o ideológicamente.

Esto significa que la burguesía se compromete en una marcha hacia la guerra generalizada -cuyo plazo no puede ser definido de antemano- sin haber sometido al proletariado, por tanto acentuando el riesgo mayor de confrontarse a éste en condiciones que están lejos de serle favorables. Este proceso está ya iniciado, como lo manifiesta abiertamente la realidad actual que conoce la clase obrera en todos los países. Desde ahora, la evolución de la relación de fuerzas entre las dos principales clases de la sociedad capitalista, burguesía y proletariado, es un elemento esencial en el desarrollo de esta perspectiva a enfrentamientos de clase decisivos y en su resultado final.


2) Entre los elementos materiales, las fuerzas materiales, que van a participar en la evolución de la relación de fuerzas entre las clases, el principal resulta ser el de la conciencia de clase -conciencia de su misión histórica como clase revolucionaria y de su programa comunista- y de su extensión entre las grandes masas obreras. La expresión privilegiada de esta conciencia de clase se sitúa actualmente en los grupos revolucionarios comunistas y particularmente en los que se reivindican de la Izquierda Comunista y que pertenecen a lo que nosotros llamamos el campo proletario. El grado de influencia del campo proletario depende, además de su propia actividad e intervención en la clase obrera, de la extensión de la conciencia política en la clase misma, en sus grandes masas, extensión que llevará hasta la formación del partido comunista mundial.

Actualmente, hay que reconocer que este campo es particularmente débil. Además de su influencia tan reducida en las grandes masas proletarias, está afectado por dos males principales: de una parte su dispersión y de otra parte el peso de la ideología burguesa que se manifiesta a través del oportunismo político, en particular bajo su variante consejista y antipartido.

Actualmente, la situación de debilidad y dispersión del campo proletario tiene el riesgo de conducir a una situación catastrófica desde el punto de vista del proletariado: que las confrontaciones masivas de clases que no van a dejar de surgir encuentren al proletariado internacional en situación de enfrentar al capitalismo sin su partido (o sin sus organizaciones de vanguardia si la heterogeneidad de la conciencia en la clase no permite la constitución de un partido único) y así repetir la experiencia dramática del proletariado alemán en 1919 y en los años siguientes, experiencia que pesó muy duramente en el fracaso de la ola revolucionaria internacional de entonces.

Es por tanto sobre las dificultades que le son propias que el campo proletario debe desde ahora, de manera prioritaria, enfocarse con el fin de superarlas. Aquí se sitúa su primera responsabilidad ante su clase. Desde su constitución y su exclusión de la Corriente Comunista Internacional, nuestra fracción se ha dado dos orientaciones fundamentales para sus actividades: el combate por el reagrupamiento -en el sentido histórico del término- de las fuerzas comunistas y la lucha contra el oportunismo que le fragiliza políticamente. Estas dos dimensiones siguen estando en el centro de nuestro combate de fracción para el periodo venidero.


3) El reagrupamiento de las fuerzas comunistas significa mucho más que la simple reunión de diferentes grupos y elementos en una sola organización o el reforzamiento de una organización preexistente mediante la integración de nuevas fuerzas militantes. Cierto, a fin de cuentas, tal es el objetivo histórico que se dan los comunistas consecuentes al luchar por la constitución del partido comunista mundial. Pero este objetivo histórico sólo puede realizarse realmente sobre la base de una clarificación teórica y política plena y voluntariamente asumida por el conjunto de los componentes del campo proletario. Es así que un proceso de enriquecimiento y de homogeneización de la conciencia de clase -programa, principios, posiciones, etc.- puede expandirse en el seno de la vanguardia comunista cuya responsabilidad primera es la de permitir el desarrollo de ésta en el proletariado.

En efecto, el desarrollo de la conciencia de clase en el proletariado internacional es heterogéneo hasta el advenimiento final de la sociedad comunista y la desaparición de las clases. Esta heterogeneidad se refleja inevitablemente en el seno de su vanguardia y puede expresarse -y la mayor parte del tiempo se expresa- en la existencia de diferentes organizaciones comunistas, o de partidos. Actualmente, esta heterogeneidad en el campo proletario se expresa en diferencias a nivel de las posiciones políticas y teóricas, a nivel de los métodos de análisis de la situación, así como a nivel de los enfoques de la cuestión de la organización política y del partido. Pero mientras esta heterogeneidad es una característica natural -si no es que una riqueza- de la vanguardia proletaria, en cambio la existencia de diferentes grupos que tienden a ignorarse, por no decir a despreciarse, y de los cuales cada uno está persuadido de detentar EL programa es debido al sectarismo, es decir una tara y una debilidad para la clase.

Afirmar esto no implica en ningún caso que haga falta ir en el sentido de reagruparse a todo precio o de manera precipitada, ignorando o “escondiendo bajo la mesa” las divergencias que existen verdaderamente entre los componentes del campo proletario. El combate por el reagrupamiento de los comunistas pasa por el contrario e inevitablemente por la confrontación permanente y pública entre sus posiciones y análisis respectivos, éste es el único método para poder superar las diferencias, por tanto para enriquecer y homogeneizar la conciencia de clase.

En este sentido y en primer lugar, el combate por el reagrupamiento de las fuerzas comunistas necesita el reconocimiento de que existe un campo, un medio, internacionalista y organizado que, en los planos teórico, político y organizativo, representa el vínculo histórico y una contribución fundamental para el futuro partido de la clase. Este campo proletario tiene pues como responsabilidad histórica ante todo la de considerarse como un todo que hay que defender y que debe buscar servir, como tal, como vanguardia política del proletariado. Y esto desde ahora. Enseguida, este campo, ya que está atravesado por divergencias, tiene como tarea específica llevar a cabo los debates, la confrontación de posiciones políticas con el fin de presentarlas y clarificarlas ante el conjunto del proletariado, especialmente ante las nuevas generaciones de revolucionarios que emergen y que no dejarán de aparecer aún más. En fin, este campo proletario internacional debe intervenir en la clase de la manera más unitaria posible y tender a asumir una presencia política lo más amplia y consecuente posibles.

El campo proletario tal como existe actualmente -formado por organizaciones que representan las grandes corrientes salidas de las fracciones de izquierda, y más particularmente de la Izquierda Italiana, a saber el BIPR, la CCI, los diferentes grupos bordiguistas, así como los diferentes grupos o elementos que buscan acercarse a estas corrientes históricas y a esta tradición- está en el centro de la actividad de nuestra fracción desde su constitución.


4) Prácticamente, desde su constitución, e incluso antes de la exclusión de nuestra fracción de la CCI en marzo de 2002, nos hemos dirigido al BIPR porque lo considerábamos desde entonces como el único polo que quedaba en el interior del campo proletario, alrededor del cual puede organizarse un reagrupamiento de las fuerzas comunistas. Las consecuencias políticas que siguieron de nuestra exclusión sobre la CCI misma solamente podían conducir, entre otras consecuencias, al rechazo de su política de reagrupamiento -que llevaba a cabo, mal que bien, hasta entonces- así como al triunfo rápido del sectarismo. Desde entonces, la deriva sectaria -que se ha visto reforzada por tomas de posición cada vez más oportunistas de esta organización- no ha desmentido nuestra “previsión” -y nuestras advertencias- de entonces. Además, la situación de extrema dispersión de la corriente llamada “bordiguista” desde el estallido del PCI en 1982 no le permite asumir este papel que lograba cumplir anteriormente.

Por su continuidad orgánica directa con la Izquierda italiana, por su programa, por sus análisis políticos y por su existencia organizativa internacional, el BIPR queda pues como la única organización que actualmente tiene los medios para asumir una real política de reagrupamiento a nivel internacional. Y, de hecho, éste constituye el único verdadero polo al cual los elementos y grupos que tienden a acercarse a las posiciones de la Izquierda comunista pueden referirse y alrededor del cual pueden realmente “reagruparse”.

Es en este sentido que hemos tomado contacto con el BIPR y desarrollado con éste relaciones lo más estrechas posibles y un trabajo en común. En particular, hemos podido desarrollar cierto número de discusiones que han permitido clarificar y afirmar puntos de acuerdo o de convergencia muy fuerte sobre la cuestión de la decadencia, sobre la cuestión del partido y sobre las cuestiones de análisis de la situación histórica actual. Así, las bases para un acercamiento más estrecho aún, inmediato y sobre todo a largo plazo, con miras a trabajar de concierto en la formación del partido de mañana han sido planteadas.

Conviene pues renovar nuestros esfuerzos respectivos para continuar y reforzar este trabajo de acercamiento, es decir para consolidar nuestros contactos, relanzar la confrontación de las posiciones teóricas y políticas por una parte, y por otra para desarrollar nuestra participación y nuestro apoyo a la intervención del BIPR.


5) Algunos grupos y elementos -que tienden a acercarse a las posiciones de la Izquierda comunista- han comenzado a aparecer estos últimos años en diferentes países. Nuestra política hacia ellos ha consistido ante todo en hacerles comprender y compartir la idea de la existencia de un campo proletario con su componente central que es el BIPR. Tal fue el caso de nuestra intervención ante grupos existentes en Rusia, Alemania, Canadá y también ante diferentes elementos aislados. Para todos los nuevos grupos y elementos que surgen en el periodo actual, la clarificación de las posiciones políticas sólo puede hacerse en el interior del campo proletario y especialmente a través de los debates que deben animarle.

El ejemplo de los camaradas Comunistas Internacionalistas de Montreal y de un camarada de Grecia subraya la importancia de nuestra intervención y el sentido de su orientación. Los primeros se han alejado del BIPR en Canadá para acercarse a las posiciones de las CCI; el camarada de Grecia ha cumplido “el camino inverso”. Los dos casos representan la ilustración de dos dinámicas similares de camaradas que han logrado darle la espalda a la dispersión y a la confusión, especialmente de las redes, Internet u otras, y del medio de círculos e individuos “revolucionarios”, es decir, a las tendencias consejistas, antipartido, antiorganización, y a orientarse resueltamente hacia el campo proletario que es el campo de los que luchan verdaderamente por la constitución del partido mundial. Si bien, sin relajar sus lazos con nosotros, el camarada de Grecia se ha unido al BIPR -lo que saludamos fuertemente-, los camaradas del CIM, han entablado discusiones profundas con nuestra fracción y un trabajo de acercamiento que nos permite desarrollar actualmente un trabajo en común.

Es en este sentido que nuestra fracción busca seguir laborando ante los nuevos contactos y grupos que surgen por el mundo. Si bien abordamos aquí el proceso del reagrupamiento de los revolucionarios esencialmente sobre el plano de la confrontación y de la clarificación de las diferentes posiciones existentes en el seno del campo proletario, esto no quiere decir que ignoremos el necesario reforzamiento numérico de las organizaciones ya existentes, incluso de nuestra fracción, mediante la integración de nuevos militantes. Por el contrario. Sin embargo, nos parece necesario concebir y desarrollar este último aspecto en relación con el anterior.


6) Actualmente, el campo proletario tiene como tarea prioritaria confrontar y clarificar ante los ojos del mayor número posible las diferentes posiciones políticas que le atraviesan. Para ello, debe darse los medios para ofrecer marcos de discusión y confrontación política con el fin de servir como referencia a los elementos y nuevos grupos que surgen. Malheureusement, les faiblesses de type sectaire qui l'affectent se manifestent par le fait que de tels espaces politiques prolétariens font aujourd'hui gravement défaut - à l'exception de quelques trop rares réunions publiques et de polémiques occasionnelles entre les groupes dans leur presse respective.

En particulier, outre le fait que, pour l'heure, il n'est guère envisageable de tenir un ou des cycles de conférences internationales du camp prolétarien qui permettraient d'offrir un espace international de référence, mettant en avant les positions communes et les divergences qui existent entre les principaux courants et groupes qui le composent, aucune des revues théoriques qui paraissent aujourd'hui n'est en capacité d'être un lieu de discussion et de confrontation politique pouvant réellement servir de référence internationale.

Il appartient à notre fraction de pousser à la constitution de tels outils et de tels lieux, ou espaces, de vie prolétarienne et de participer à l'animation de ceux qui existent. C'est la raison pour laquelle, nous devons nous efforcer d'assister à toutes les réunions publiques des groupes dans la mesure de nos moyens - y compris celles du CCI "officiel" desquelles nous sommes toujours "interdits" et violemment chassés. De même, nous nous devons de participer plus activement aux quelques polémiques qui se déroulent entre les groupes.

Mais, tout cela nous paraissant encore largement insuffisant au regard des besoins du camp prolétarien (et de la classe comme un tout), nous avons commencé à discuter avec quelques camarades, en particulier avec les CIM, de la nécessité et de la possibilité de réaliser un "bulletin de discussion et d'information international" qui ferait appel à tous ceux - groupes, militants, éléments isolés - qui voudraient y participer activement (politiquement et matériellement) pour en faire un lieu de débat permanent et un point de référence pour tous les éléments et groupes que la classe fait et fera surgir. Ce bulletin, loin d'être une énième publication révolutionnaire venant s'ajouter à celles qui existent déjà, se voudrait être un nécessaire et efficace outil pour le regroupement des forces communistes, regroupement qui ne peut se concevoir aujourd'hui qu'autour du BIPR. Desafortunadamente, las debilidades de tipo sectario que le afectan se manifiestan en el hecho de que tales espacios políticos proletarios hacen falta gravemente en la actualidad -con excepción de las muy raras reuniones públicas y polémicas ocasionales entre los grupos en su prensa respectiva.

En particular, además del hecho de que, por el momento, no es aún previsible llevar a cabo uno o dos ciclos de conferencias internacionales del campo proletario que permitieran ofrecer un espacio internacional de referencia, destacando las posiciones comunes y las divergencias que existen entre las principales corrientes y grupos que le componen, ninguna de las revistas teóricas que aparecen actualmente tiene la capacidad para ser un lugar de discusión y confrontación política que pudiera realmente servir como referencia internacional.

Corresponde a nuestra fracción impulsar la constitución de tales herramientas y de tales lugares o espacios de vida proletaria y participar animando los que ya existen. Esta es la razón por la cual, debemos esforzarnos por asistir a todas las reuniones públicas de los grupos en la medida de nuestros medios -incluidas las de las CCI “oficial” de las cuales aún tenemos “prohibición” de asistir y somos violentamente expulsados. Igualmente debemos participar más activamente en las raras polémicas que se desarrollan entre los grupos.

Pero, al parecernos todo esto aún insuficiente respecto a las necesidades del campo proletario (y de la clase como un todo), hemos comenzado a discutir con algunos camaradas, en particular con los CIM, sobre la necesidad y la posibilidad de realizar un “boletín de discusión y de información internacional” que apelaría a todos aquellos -grupos, militantes, elementos aislados- que quisieran participar activamente (política y materialmente) para crear un lugar de debate permanente y un punto de referencia para todos los elementos y grupos que la clase haga y hará surgir. Este boletín, lejos de ser una enésima publicación revolucionaria que vendría a añadirse a las que ya existen, pretende ser una necesaria y eficaz herramienta para el reagrupamiento de las fuerzas comunistas, reagrupamiento que solamente puede concebirse actualmente alrededor del BIPR.


7) El oportunismo político es un peligro permanente para la vanguardia del proletariado. Actualmente, ninguna organización comunista está al abrigo de sucumbir ante la presión permanente de la ideología burguesa, y por tanto de patinar en el oportunismo político -ni aún nuestra fracción, por supuesto. Para las organizaciones políticas de la clase, el combate contra el oportunismo no es solamente una necesidad en sí, es también un elemento esencial del combate que deben llevar a cabo para su reagrupamiento.

En particular, “el peligro del consejismo -aunque éste se manifiesta plenamente en los acontecimientos revolucionarios- es un peligro desde ahora” deciamos ya en 1985 (Revista Internacional 40 de nuestra CCI). Actualmente, esta presión de la ideología consejista, antipartido, antipolítica, incluso anarquista, se ejerce aún más contra el campo proletario. La proliferación “de los grupos de trabajo y estudio (...); de cenáculos donde se observa desde lo alto la lucha de clase” -cada vez más favorecidos por el desarrollo de Internet y de las “redes”-, el desarrollo “de la ideología antibolchevique en la que todo el pasado revolucionario de los de los bolcheviques es voluntariamente negado”, y “la subestimación del papel de la organización”, participan en crear y desarrollar alrededor del campo proletario un ambiente de renuncia y pesimismo militante, de informalismo, de ausencia de confrontaciones y de clarificación políticas reales en nombre del democratismo y de la libertad de crítica, etc., de introducir en el seno del campo “la ideología consejista individualista pequeñoburguesa” (idem) que empuja a muchos militantes a alejarse de las organizaciones políticas, a dar la espalda al trabajo colectivo organizado y centralizado, a denunciar “el espíritu de partido” y a comprometerse en posturas y frecuentemente “ambiciones” individuales.

Pero esta presión de la ideología consejista no se limita al solo campo de la organización militante y de la confrontación y la clarificación políticas, a la nebulosa “antipartido”. Más subterránea y discreta, puede expresarse también en las concesiones repetidas de los grupos del campo proletario y en las confusiones de los nuevos grupos respecto a las luchas obreras: por ejemplo, en la apología de la “autoorganizacion”, del “asambleísmo”, etc., y sobre todo, en relación con esta tendencia al fetichismo de la “autoorganizacion”, en la renuncia al combate por disputar la dirección política de las luchas a las organizaciones sindicales y al izquierdismo.

Es importante pues que nuestra fracción no relaje su esfuerzo para advertir contra este peligro oportunista y armar al campo proletario contra el consejismo.


8) La deriva oportunista de la CCI -que se inició desde 2001, es decir desde que una facción “liquidacionista” tomó la dirección de la organización- se ha profundizado aún más estos últimos años. Se puede decir que la CCI actual se ha convertido rápidamente en la punta de lanza del oportunismo actual en el seno del campo proletario, retomando a la vez los principales temas ideológicos de la burguesía para desarrollar sus análisis de la situación -la ecología por ejemplo a través de su abandono de la perspectiva de guerra imperialista generalizada en provecho de un “apocalipsis ecologico”-, retomando posiciones y una intervención cada vez más consejista (véase su apología del movimiento estudiantil francés y de sus “asambleas” ejemplares), orientando cada vez más su trabajo de reagrupamiento hacia el medio izquierdista y cuestionando, sino es que abandonando, muchas de sus posiciones programáticas (el abandono de la alternativa histórica guerra o revolución y del ciclo “crisis-guerra-reconstrucción-nueva crisis” como fundamento de la decadencia) lo que le lleva cada vez más a defender posiciones que están en contradicción con nuestra plataforma política.

Se trata pues para nuestra facción de continuar llevando a cabo el combate contra esta deriva oportunista e incluso revisionista de nuestra organización. En particular, nos corresponde defender nuestra plataforma política y el método de análisis de nuestra corriente con el fin de que no desaparezcan pura y simplemente del campo proletario. Se quiera o no, las verdaderas posiciones y los verdaderos análisis de la CCI son un componente del campo proletario cuya desaparición o desconocimiento, debido a la caricatura que hace de ellos esta organización actualmente, sería un debilitamiento considerable para este campo.


9) Este combate es tanto más importante por cuanto las CCI actual sigue siendo una organización del campo proletario a pesar de su deriva oportunista acelerada. Permanece en éste en la medida en que no ha traicionado abiertamente aún los principios fundamentales del internacionalismo proletario y de la lucha de clases -si bien su armamento teórico y político se ha debilitado considerablemente debido a su deriva oportunista y tendrá cada vez mayores dificultades para hacer frente a los diferentes acontecimientos de la situación histórica actual. Sin embargo, sólo su posición frente a acontecimientos decisivos tales como la guerra imperialista generalizada o la revolución proletaria decidirán su suerte: ya sea que le hagan saltar definitivamente la frontera de clase y unirse definitivamente al campo de la burguesía, ya sea que le permita reaccionar y retomar su lugar en el seno del proletariado.

En este sentido, en tanto que compartimos la misma plataforma política, nuestro lugar sigue siendo en el interior de la CCI -a pesar de la exclusión que nos ha golpeado y que no aceptamos aún- y seguimos considerándonos como una fracción interna de la CCI y más precisamente como la única parte de esta organización que se mantiene fiel a sus principios y posiciones fundamentales, que continúa batiéndose por restaurarlos en su seno. Desde este punto de vista que estemos formalmente fuera de nuestra organización, o bien que podamos de nuevo -hipótesis muy poco probable pero que no excluimos- formar parte formalmente, no cambia en nada nuestras orientaciones en cuanto al reagrupamiento de los revolucionarios -alrededor del BIPR- y a nuestro combate contra el oportunismo tal como lo precisamos en esta resolución. Cualquiera que sea la apreciación que podamos tener sobre las potencialidades de la CCI actual para parar su deriva -son muy débiles- no deja de ser menos cierto que los revolucionarios no pueden dejar que una organización comunista se hunda en el oportunismo sin llevar a cabo un combate; y esto no solamente para defenderla sino también para combatir la introducción de posiciones oportunistas, es decir, la introducción de la ideología burguesa en el interior del campo proletario. El tiempo sigue siendo aún de combate por el enderezamiento de la CCI y de lucha contra su oportunismo que representa una de las dimensiones de la lucha por el reagrupamiento de las fuerzas comunistas.


10) de los puntos anteriores, se desprende que la existencia y el trabajo de nuestra fracción sólo puede inscribirse a largo plazo. Es conveniente, pues, adaptar nuestras actividades y nuestro funcionamiento en función de esto y rechazar toda expresión de inmediatismo que pudiera surgir en nuestro seno.


Enero de 2008.



Boletín Comunista 43 - FICCI