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Trotsky, "1905" “Se podrá considerar como una paradoja la afirmación según la cual el rasgo psicológico dominante del oportunismo es su incapacidad de esperar. Sin embargo, así es. "En los períodos durante los cuales las fuerzas sociales aliadas y adversarias, tanto por su antagonismo como por sus reacciones mutuas conducen en política a una calma llana; durante los cuales el trabajo molecular de desarrollo económico, al reforzar todavía las contradicciones, en lugar de romper el equilibrio político, parece más bien consolidarlo provisionalmente y asegurarle una especie de perennidad, el oportunismo devorado por la impaciencia, busca alrededor “nuevas” vías, “nuevos” medios de alcanzar éxitos. Se abruma de quejas sobre la insuficiencia e incertidumbre de sus propias fuerzas y busca “aliados”. Se arroja ávidamente sobre el estercolero del liberalismo. Le conjura. Le llama. Inventa, al estilo del liberalismo, fórmulas especiales de acción. Pero el estercolero solamente exhala su hedor de descomposición política. El oportunismo picotea entonces del montón de estiércol algunas perlas de democracia. Tiene necesidad de aliados. Corre a derecha, a izquierda, y trata de retenerlos del faldón de su hábito en todas las encrucijadas. Se dirige a sus “fieles” y les exhorta a mostrar la mayor consideración hacia cualquier aliado posible. “¡Tacto, más tacto y siempre tacto! Sufre de cierta enfermedad que es la manía por la prudencia hacia el liberalismo, la rabia del tacto, y en su furor administra bofetadas y ocasiona heridas a la gente de su propio partido”. Trotsky, "1905".