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EL COMBATE CONTRA EL OPORTUNISMO
¡La CCI actual prosigue el abandono de sus bases políticas!

En el artículo editorial de su Revista Internacional 129, la nueva CCI afirma que “actualmente, el mundo capitalista ha abierto otra vía hacia el apocalipsis que viene a completar la de la guerra imperialista: la de una catástrofe ecológica “man – made” “creada por el hombre”, que, en el espacio de algunas generaciones, podría transformar a la Tierra en un planeta tan inhóspito para la vida humana como el planeta Marte”. (Editorial: Caos imperialista, desastre ecológico: el capitalismo en peligro, Mayo de 2007, subrayado por nosotros en todas la citas).

Habíamos denunciado ya la resolución adoptada en el 16° Congreso Internacional de la CCI (2005) cuando se afirmaba que “el nuevo período abre la vía a una tercera posibilidad: la destrucción de la humanidad no a través de una guerra apocalíptica, sino a través de un avance gradual de la descomposición” (ver nuestro boletín Nº 32). Ahora la CCI oportunista "profundiza" sus conceptos o más exactamente, se hunde en el lodazal de las banalidades estúpidas de la propaganda burguesa más en boga a la cual aporta una garantía con apariencia "radical": la forma concreta que podría tomar según ella, “el avance gradual de la descomposición”. Esto sería ni más ni menos que la “catástrofe ecológica creada por el hombre”. Volveremos sobre esto.1

El rechazo a cualquier perspectiva de guerra imperialista generalizada…

Pero, ante todo, tal como la CCI actual la expresa y defiende, la posición de rechazo de la alternativa histórica2 excluye cualquier perspectiva de guerra imperialista generalizada. Veamos: “A pesar de toda la brutalidad y el caos destructor de las dos guerras mundiales del siglo pasado, existía aún una perspectiva –si bien era a fin de cuentas ilusoria- de reconstruir un orden social en interés de las potencias imperialistas dominantes. Los focos de tensión de la época contemporánea, por el contrario, no ofrecen a los protagonistas en guerra ninguna otra perspectiva que la de descender cada vez más en la fragmentación social a todos los niveles; en la descomposición del orden social, en un caos sin fin”.

Si se entiende bien este malintencionado galimatías, en la que se nos dice a la vez que existía [aún, ¡además!] una perspectiva durante las dos guerras mundiales del siglo veinte, y que esta perspectiva era a fin de cuentas ilusoria (¡) ello significaba que después de cada una de esas guerras, era posible una reconstrucción (que, por otra parte, sí ha tenido lugar), mientras que actualmente la única perspectiva es la descomposición del orden social en un caos sin fin. Pero, curiosamente, la época contemporánea, no es caracterizada, en este bodrio, por la amenaza de la guerra mundial, sino más banalmente por la existencia de “focos de tensión”. Para decir las cosas llanamente, la preparación de la guerra mundial ha salido del campo de las preocupaciones de los oportunistas de la CCI, y la vieja expresión de Engels “el capitalismo lleva consigo la guerra como la nube lleva consigo la tormenta” ha caído en el olvido.

Es cierto que la referencia a “la guerra imperialista” se mantiene, cuando no se reemplaza por la expresión “focos de tensión”, pero solamente formal, tangencialmente. Y pierde toda dimensión real, concreta: “Al mismo tiempo que el capitalismo en descomposición atiza su curso imperialista hacia una barbarie más claramente perceptible, [esta expresión de “lo más claramente perceptible” sirve aquí precisamente para enmascarar el que no se quiere definir claramente, sin equívoco, de manera precisa y concreta, es decir, desde un punto de vista marxista y en términos marxistas, esta lógica imperialista hacia la guerra imperialista generalizada, mundial] igualmente ha acelerado un asalto contra la biosfera de tal ferocidad que un holocausto climático artificialmente creado podría también barrer la civilización y la vida humanas." Por un lado, se evoca vaga y abstractamente un “curso imperialista” del cual no se sabe a dónde lleva –sino a “una barbarie” cualquiera- y que se vuelve vago y confuso, es decir, hipotético. Por otro lado, se evoca precisa y “concretamente” hacia dónde conduce “el avance gradual de la descomposición”: hacia un “holocausto climático”.

Sin insistir mucho sobre el lado teatral y ridículo de la expresión “holocausto climático” que tiene más su lugar en la portada de una revista sensacionalista, señalemos que ella no tiene nada que ver con la experiencia del movimiento obrero, y que tiene consecuencias políticas que hay que denunciar y combatir lo más firmemente posible.

En primer lugar, la CCI actual rompe con la posición de toda la experiencia del movimiento obrero e incluso con su propia plataforma política: “El imperialismo; política a la cual está obligada para sobrevivir toda nación sea cual sea su tamaño, impone a la humanidad el estar hundida desde 1914  en un ciclo infernal de crisis – guerra - reconstrucción - nueva crisis." Nuestra plataforma política es tan clara sobre esta cuestión que excluye explícitamente cualquiera otra perspectiva que la de "guerras cada vez más mortíferas y una explotación cada vez más sistemática, racional y científica”. Inútil precisar que el término "guerra" empleado aquí, en particular en el ciclo, significa guerra imperialista generalizada, guerra mundial.

…en beneficio del ecologismo burgués

Enseguida, ante la perspectiva de un “holocausto climático" provocado por “el asalto [feroz] contra la biosfera”, la nueva CCI retoma palabra por palabra los temas ideológicos ecológicos de la burguesía. Se vuelve incluso un propagandista activo. Comienza relativizando la responsabilidad del capitalismo (de hecho lo absuelve) por los problemas -reales- ecológicos- “por supuesto, no se debería culpar al capitalismo” [Al parecer, nuestros valientes “comunistas” se han planteado la cuestión de si deberían “culpar al capitalismo”, ¡pero han concluido que ello habría sido un golpe demasiado duro! Tal vez el capitalismo tal vez no debería ser responsabilizado] por haber comenzado a consumir fuentes de energía fósiles o por actuar sobre el medio ambiente con consecuencias imprevistas y peligrosas. De hecho, esto ha tenido lugar desde el comienzo de la civilización humana”. En suma, según la CCI actual, la causa son las relaciones de los hombres con la naturaleza ambiente, desde la noche de los tiempos. Solamente “olvida” alegremente que los hombres son parte activa de la naturaleza, y que las relaciones que tejen con su medio ambiente son a imagen del tipo de relaciones de producciones en las cuales se encuentran. En suma, nos conduce por un camino en que las contradicciones fundamentales se sitúan entre el hombre y la naturaleza y ya no entre las clases sociales. ¡Adiós a Marx!

La continuación ya no debe asombrar a nadie. La CCI actual se permite “dejar más blanco que el blanco”, o más precisamente más verde que los Verdes, pregonando un ecologismo radical –“la política ecológica de esos partidos, por radical que pueda parecer, obscurece deliberadamente la gravedad  del problema”. Del "problema” abordado y destacado en el editorial… es decir, el del "holocausto climático”.

La conclusión lógica de este discurso ecologista es un llamado a la reflexión y toma de conciencia del peligro del “holocausto climático”: “los peligros crecientes representados por la guerra imperialista (el llamado, como lo hemos visto, es puramente formal) y la catástrofe ecológica, en lugar de inducir sentimientos de impotencia y fatalismo; pueden conducir a una mayor reflexión política y a una mayor conciencia de lo que está en juego en la situación mundial, a una conciencia de la necesidad del derribamiento revolucionario de la sociedad capitalista. Los revolucionarios tienen la responsabilidad de participar activamente en esta toma de conciencia”.

Esta posición de la CCI, por parte de una organización que se reivindica de la Izquierda comunista es un verdadero llamado a que el proletariado y los revolucionarios se desvíen de la lucha de clases real.

No es una casualidad si este llamado al abandono del combate de clase surge hoy y si la nueva CCI se suma a los grandes temas ideológicos y propagandísticos de la burguesía.

Mientras el proceso que lleva a una guerra imperialista generalizada se instaura prácticamente, mientras este proceso en marcha impone al capitalismo llevar a cabo una ofensiva económica, política e ideológica contra el proletariado internacional, cargada de consecuencias inmediatas sobre el conjunto del proletariado internacional –sin mencionar la sangre vertida, las muertes, las masacres y los sufrimientos masivos que le ocasiona desde ahora, mientras la perspectiva de la guerra imperialista no solamente determina los diferentes alineamientos imperialistas y su evolución, sino también la relación de fuerzas histórica entre las clases, entre burguesía y proletariado, en breve, mientras la guerra imperialista se plantea directa e indirectamente como una cuestión crucial a la cual están ya confrontados el proletariado y sus minorías revolucionarias, la CCI nueva, tal como la propaganda burguesa, tal como los medios de difusión, tal como los ecologistas de todos los países, desvía la atención hacia una “catástrofe ecológica ‘man-made” – 'creada por el hombre'- que, en el espacio de algunas generaciones podría transformar la Tierra en un planeta tan inhóspito para la vida humana como el planeta Marte”.

Allí donde el proletariado internacional y sus minorías revolucionarias pueden y deben desarrollar el combate de clase contra todas las consecuencias del proceso que conduce a la guerra imperialista, allí donde la relación de fuerzas entre las clases que va a determinar el resultado de las confrontaciones inevitables venideras, debe definirse, reforzarse, hoy –porque es hoy que ello comienza a jugarse- la CCI sustituye todo ello con una eventual “mayor reflexión política” sobre un “holocausto climático” que según la propia Revista Internacional, vendrá dentro de “algunas generaciones”…

Al parecer, la CCI se encamina a reunirse con los partidos ecologistas –acaba de abrir la puerta. Mucho después de otros. En todo caso, no hay duda que se ha vuelto, lo hemos señalado ya, la CCI del temor y la deserción creciente ante el combate de clase. Y no cabe duda que juega cada vez más una sucia tarea en el interior del proletariado, y sobre todo, en el interior de sus minorías políticas.

Julio 2007.


Notas:

1. Y esperamos volver al respecto más amplia y profundamente en nuestros próximos boletines en la medida en que este nuevo aspecto de la deriva política orquestada por los liquidadores es particularmente grave.

2. Esta posición abiertamente oportunista está en línea directa con los defensores de la tercera vía, como Bernstein o Kautsky. Se trata siempre de arrastrar al proletariado fuera de su terreno de lucha, lo más lejos posible de los retos históricos decisivos y directos.


Fracción interna de la CCI - Boletín Comunista (Nº 40)