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LA INTERVENCIÓN DE LOS REVOLUCIONARIOS

El volante que publicamos a continuación emana del GIS (Gruppe Internationaler Sozialistinnen – Grupo Internacionalista Socialista), una de las raras voces de la Izquierda comunista en Alemania. Fue distribuido con ocasión de la pasada cumbre del G8 y de las manifestaciones que ésta provocó. En lo esencial, apoyamos cálidamente esta intervención revolucionaria en dirección del proletariado, especialmente en su denuncia clara y radical del capitalismo actualmente.

Sin embargo, lamentamos un pequeño aspecto en relación a este volante, respecto a las perspectivas que se destacan frente al proletariado y que no encontramos verdaderamente adaptado al acontecimiento y la situación tratados.

La versión que presentamos aquí ha sido traducida por nosotros (al francés y al español). Por necesidades de difusión, hemos introducido adaptaciones que sometimos a la opinión del GIS.

¡Luchar contra el G8 no es suficiente!
¡Hay que destruir al capitalismo!

Es bajo el cínico título de "Crecimiento y responsabilidad" que tuvo lugar en Heiligendamm, la encopetada estación del Mar Báltico, la cumbre del G8 de este año. Es un ritual de la dictadura burguesa que se organizó hasta el menor detalle: kilómetros de barreras de seguridad, una presencia policíaca gigantesca, registros casa por casa y la represión para los oponentes supuestamente "violentos", contrariamente a los que son "constructivos ante la globalización" con sus despreciables propuestas de diálogo.

Durante este tiempo, una multitud de consejeros políticos, expertos en relaciones públicas y periodistas se esfuerzan por convencer al público de los elevados fines que tienen los jefes de Estado y de los gobiernos presentes en la reunión. El "show" de la propaganda habitual de este tipo de cumbre no puede ocultar el hecho de que la cumbre del G8 de este año se desarrolla en un contexto de competencia interimperialista más aguda y de inestabilidad creciente. Las bárbaras implicaciones de la "guerra contra el terrorismo" en Afganistán e Irak, la amenaza de guerra contra Irán, el empobrecimiento de todos los continentes y la degradación de las perspectivas de vida en el planeta trazan su espectro. Estos problemas no son simplemente producto de algunos políticos y gobiernos, sino la expresión de un sistema internacional de competencia, cuyo motor es la carrera desenfrenada por la ganancia, carrera que se desarrolla de manera cada vez más brutal. "Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes. Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo. En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo aislamiento y la autarquía de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones." Tal es lo que escribía Karl Marx en 1848, dando así una descripción de lo que en la actualidad se llama comúnmente "globalización".

Esta "globalización" no se puede volver más "suave" mediante protestas o llamados a los gobernantes, como lo creen buen número de quienes participan en el movimiento de protesta contra la globalización.

El capitalismo internacional no puede ser gradualmente mejorado, ni cambiado en su esencia en partes. Tampoco puede ser administrado de manera humana. ¡Debe ser derribado de manera revolucionaria por la clase obrera! Para ello se requiere otra cosa que las protestas que utilizan métodos que solamente sirven para alimentar a los medios de difusión durante la reunión anual durante la cumbre de dirigentes. Es necesario, sobre todo, darse una clara visión de las perspectivas para una lucha de clases más allá de las fronteras con el fin de atacar al capitalismo allí donde se reproduce cotidianamente.

El papel de los revolucionarios es el de destacar los intereses generales de la clase obrera; y para ello, apoyar sus luchas, criticar los límites de éstas y hacer todo lo posible por reforzar la conciencia de los asalariados y la confianza en sus propias fuerzas. Esto exige un marco organizativo. Según nosotros, éste solamente puede ser una estructura política, una organización revolucionaria internacional e internacionalista. Internacional, porque el capitalismo solamente puede ser combatido y superado a nivel internacional; internacionalista porque el rechazo a toda ideología nacional es la condición primera para lograr la unidad de clase; revolucionaria porque solamente mediante una ruptura radical con el capitalismo puede encontrarse la perspectiva, no solamente para vivir en condiciones de dignidad humana, sino simplemente como humanos. La construcción de tal organización es un proceso largo y difícil. Pero es una condición determinante para preparar el fin del ciclo capitalista de crisis y guerras.

¡Por una sociedad sin Estado y sin clases!

Gruppe Internationaler SozialistInnen
www.gis.de.vu
Para contactar al grupo:
gruppe-inter-soz@gmx.net
V.i.S.d.P. Maria Müller, Albstr. 17, Steinheim


Fracción interna de la CCI - Boletín Comunista (Nº 40)