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NOTAS SOBRE LOS TEXTOS DEL GPR-K DE RUSIA
Gruppa proletarskikh revolyutsionerov-kollektivistov
[Grupo Proletario de Revolucionarios Colectivistas]

Este grupo participa en el forum de discusión internacional en Rusia. La prensa de la CCI ha mencionado ya la existencia de este forum, en el cual ha participado enviando textos y reproduciéndolos en su Revista Internacional (en particular en el número 119). El lector que conozca, además del ruso, el inglés o alemán, puede tomar conocimiento de algunos textos del grupo en el sitio http://russia.internationalist-forum.org . Los textos a los cuales se refieren las notas que publicamos a continuación nos fueron enviadas directamente por el GPR-K luego de que los tradujeron al inglés. Debido a su extensión, nos es difícil reproducirlos en nuestro boletín. Evidentemente, podemos enviarlos a cualquier lector que lo solicite.

1. Es fundamental que los grupos que tienen como objetivo la revolución proletaria mundial se vinculen entre sí, mediante el intercambio de noticias, análisis, experiencias, y mediante el debate con miras a la clarificación política. Es un paso necesario hacia la creación del futuro nuevo partido revolucionario internacional del proletariado. Esta vinculación es todavía más necesaria entre los grupos que, por la contrarrevolución y la división imperialista en dos bloques impuesta por el capitalismo en el siglo XX, habían existido “paralelamente”, permaneciendo prácticamente sin conocerse unos a otros. Por ello, saludamos la iniciativa del GPR-K que, saltando las barreras geográficas e idiomáticas, ha entrado en contacto con los actuales grupos "occidentales" de la Izquierda comunista, presentando sus posiciones revolucionarias.

Asimismo, nos parece muy importante que el GPR-K de a conocer, tanto la situación de la clase obrera, como la experiencia y lecciones de las luchas obreras que han tenido lugar en las républicas de la exURSS y que todavía en la actualidad se conocen poco o nada en “occidente”, sobre todo debido a la censura de los medios burgueses; así como la historia, experiencia y lecciones de los grupos revolucionarios de esas regiones (tanto del pasado, como actuales).

2. Hemos leído con atención los documentos sintéticos que el GPR-K nos ha enviado (Tres etapas de la lucha proletaria, ¿Una clase obrera pasiva?, Notas sobre el libro de la CCI) y, evidentemente, consideramos que existen en el GPR-K posiciones políticas fundamentales que le colocan del lado de lo que nosotros llamamos el campo proletario, es decir, de los grupos políticos que defienden los intereses y objetivos revolucionarios del proletariado (a diferencia de la gama de grupos izquierdistas que, aún llamándose “comunistas”, “marxistas”, “anarquistas”, etc, defienden en realidad los intereses de clase de la pequeñaburguesía y la burguesía, es decir, que forman parte de la “extrema izquierda del capital”). Estas posturas del GPR-K, verdaderas fronteras de clase, quedan definidas, si bien someramente, en el documento Tres etapas...:

Muchas lecciones de este periodo (necesidad de ruptura con cualquier forma de socialpatriotismo, necesidad de transformación de la guerra imperialista en guerra civil, necesidad de destruir el Estado burgués y establecer la dictadura de los proletarios armados, organizados en asambleas generales y Soviets, necesidad de una organización revolucionaria de vanguardia con objetivo claro y voluntad intransigente) tienen por siempre un gran significado para la lucha proletaria revolucionaria. (...)

(...) Debemos luchar contra las ilusiones acerca de un 'capitalismo bueno', los 'buenos políticos', los partidos burgueses y los sindicatos como salvadores. Debemos luchar por el programa de la revolución social, la destrucción del Estado burgués, la abolición del orden capitalista, el poder directo de las asambleas generales y por la socialización de los medios de producción, por el comunismo. (esta y las siguientes citas son traducción nuestra de la versión inglesa de los textos enviados por los camaradas del GPR-K).

Si hemos entendido bien, acordamos, el GPR-K comparte las posiciones de principio defendidas por la mayor parte de los grupos de la Izquierda comunista:

- La revolución proletaria como destrucción del Estado burgués y establecimiento de la dictadura del proletariado.

- La dictadura del proletariado toma la forma de Soviets.

- La necesidad para el proletariado de una organización de revolucionarios, la vanguardia de la clase.

- El combate contra toda forma de nacionalismo, socialpatriotismo, etc. es decir contra toda forma de defensa de la nación, del Estado burgués.

- Rechazo al reformismo, al electoralismo y al sindicalismo, como otras tantas formas de dominio de la burguesía sobre el proletariado.

- El comunismo no es el capitalismo de Estado (monopolio estatal de los medios de producción donde subsiste la explotación asalariada y las clases sociales), sino, precisamente, la abolición del sistema de explotación del trabajo asalariado.

3. Al mismo tiempo, nos han surgido una serie de dudas y divergencias con lo que plantean en los documentos del GPR-K, sobre las que tendríamos que discutir para tratar de clarificar, a partir de que pudiéramos desarrollar algunas cuestiones de manera más específica, concreta, ya que, por la generalidad y lo sintético de los documentos que tenemos en nuestras manos, solamente las podemos señalar también muy generalmente. Estas se pueden condensar en dos cuestiones que, nos parece, están a su vez relacionadas:

a) Si bien, por un lado, el GPR-K expresa su simpatía por las corrientes de la Izquierda comunista (en especial italiana, alemana y rusa), insiste, por otro lado, en la necesidad de "sintetizar en una nueva teoría revolucionaria las adquisiciones de las teorías revolucionarias del pasado -las adquisiciones de las corrientes revolucionarias del marxismo, anarquismo (especialmente la tradición de Bakunin y el FORA) y de los revolucionarios narodnichestvo".

Nuestra pregunta es: ¿qué aspectos concretos reivindica el GPR-K sobre el anarquismo, Bakunin y los narodnichetsvo, los cuales deberían integrarse –junto con algunos aspectos del marxismo- en lo ques llaman una nueva teoría revolucionaria?)

b) Si bien, por un lado, expresa con gran fuerza la necesidad de la revolución proletaria, simultáneamente, expresa también (tanto en Tres etapas...,  como en ¿Una clase obrera pasiva?) una tendencia a subestimar –al menos, si no es que a dudar o hasta negar- la capacidad del proletariado moderno como sujeto de la revolución.

Hablamos del proletariado “moderno” como de la clase de trabajadores asalariados que surge a partir de la “subsunción real” del capital, es decir de la clase de trabajadores desposeídos de todo medio de producción, “descalificados” (es decir, que no poseen individualmente el conocimiento de todo un proceso de producción cualquiera), que solamente cuentan con su fuerza de trabajo, la cual deben vender para sobrevivir –y que incluye no solamente a los obreros “típicos” de la gran industria, sino también de las diferentes áreas de transportes, extractiva, agrícolas, servicios públicos (maestros de escuela, hospitales, limpia), etc. Es decir, a todos los trabajadores asalariados que no explotan la fuerza de trabajo y que forman parte de una u otra manera, del engranaje del modo de producción capitalista, del “obrero colectivo”.

Esta subestimación del proletariado como sujeto de la revolución se nota en diversas partes a lo largo del análisis desarrollado por el GPR-K (tanto en la historia de la clase obrera, como en la situación actual –especialmente de la clase obrera en Rusia). Por ejemplo:

- En lo que llaman la “etapa revolucionaria de la evolución del capitalismo”, las luchas revolucionarias de la clase obrera se atribuyen no al proceso de conformación y maduración de la clase obrera, sino a su existencia en su fase “inicial”, lo que según el GPR-K, implica dos rasgos o atributos, que le dan su carácter revolucionario, y los cuales perderá posteriormente, en la “fase reformista del capitalismo”: el ser una clase de trabajadores calificados (artesanos), o bien el ser obreros de “primera generación” que, por tanto, conservan sus tradiciones campesinas comunitarias. Por tanto, en esta fase, siguiendo al GPR-K, el proletariado es revolucionario, no en tanto se conforma como la clase explotada del capitalismo, como el proletariado “moderno”, sino en tanto -mantiene rasgos precapitalistas, es decir en tanto artesanado calificado o campesino comunitario.

- Esta noción se confirmaría, siempre según el GPR-K, por el hecho de que las revoluciones proletarias de inicios del siglo XX habrían tenido lugar en países “atrasados”, en los que el capitalismo aún se encontraba en su “fase revolucionaria”,  y el proletariado conservaba los rasgos primitivos definidos anteriormente.

- Finalmente, su análisis sobre la situación actual de la clase obrera, sigue aproximadamente el mismo hilo conductor de la pérdida de los rasgos revolucionarios iniciales de la clase obrera como causa de fondo de sus dificultades actuales (si bien añde otros factores a ésta pérdida, tales como la disminución y disgregación del “proletariado industrial” y la pérdida de su memoria histórica debido a la represión stalinista). Por esta razón, considera que las fracciones del proletariado “más receptivas” a la idea de la revolución son las de los países más atrasados, o que el “proletariado industrial” ha dejado de ser la “vanguardia” del proletariado, al parecer para dar paso a los desempleados, autoempleados, estudiantes, etc.

"La nueva clase obrera del capitalismo naciente y periférico es más receptiva a las ideas anticapitalistas. Aún bajo la influencia de las antiguas tradiciones del colectivismo rural (en Rusia la aldea mir), la primera generación de obreros percibe al capitalismo como extraño y antinatural. Pueden ver su inicio, así que pueden imaginar su final (...) En contraste, la clase obrera heredera del capitalismo maduro no conoce otro mundo y por ello le resulta muy difícil imaginar un orden social diferente". (¿Una clase obrera pasiva?, subrayado nuestro).

"Actualmente la lucha proletaria ha entrado en una nueva etapa, en una nueva época. Debemos analizar esta nueva etapa y actuar de acuerdo a lo que demanda. No debemos hacernos ilusiones. Las condiciones son muy difíciles, el proletariado moderno no es una clase de artesanos calificados, ni una clase de obreros del transporte. El proletariado moderno está en alto grado atomizado por el desarrollo del capitalismo. Pero es necesario actuar en la situación real del presente. (...) Ante todo, los trabajadores industriales dejaron de ser la vanguardia del proletariado (...) La causa objetiva de esto es la tendencia a la desindustrialización en el actual capitalismo decadente. (...) Son solamente una minoría de la clase proletaria, rodeados de una amplia masa de proletarios desempleados, empleados parcialmente y 'autoempleados'" (Tres etapas...., subrayados nuestros).

Sin embargo, a pesar de las dificultades que tiene el GPR-K para ver en el proletariado moderno al sujeto de la revolución, es cierto que el grupo se esfuerza por reconocerlo como tal:

Pero en la polémica contra el 'obrerismo', sería peligroso caer en los errores de la 'nueva izquierda'. Los obreros industriales son solamente una parte del proletariado, pero son parte del proletariado. Más aún. Ellos tienen la fuerza para detener la maquinaria productiva del capitalismo, lo que es imposible para los estudiantes, pensionados y desempleados. En términos de la vieja ciencia militar, es posible verlos como la infantería pesada, que entra en la batalla al final, pero de la cual depende el resultado. Por ello la infantería ligera de estudiantes, jóvenes desclasados de los barrios, etc. debe tratar de iniciar la lucha de los obreros industriales. La revolución proletaria sólo puede ser el resultado de la lucha común de toda la clase proletaria (...) Debemos recordar que, la revolución social solamente puede ser obra de todos los grupos proletarios -desde los proletarios de trabajo intelectual y los proletarios con "alta educación" hasta los obreros industriales, incluyendo al más desafortunado y explotado grupo de proletarios (...)" (Tres etapas...).

4. En relación con todo lo anterior, hay muchas consideraciones críticas que podríamos hacer a la concepción de las “tres etapas” que desarrolla el GPR-K, sin embargo, solamente podemos esbozarlas aquí, ya que un debate serio y profundo debería partir no de esta visión general, sino de diferentes análisis más concretos (por ejemplo, de la etapa inicial del movimiento obrero, del significado de la época de la segunda internacional, de la etapa que se abre a partir de principios del siglo XX, de la que se abre a partir del 1968 o de la que se abre a partir de la caída del bloque imperialista ruso a finales de los 80, etc.) y solamente después llegar a generalizaciones.

Así, el GPR-K ve la etapa inicial del movimiento obrero como un proceso de pérdida de su conciencia revolucionaria original. Para nosotros se trata justamente del proceso contrario: En primer lugar, el proletariado se conforma como clase independiente, autónoma, pasa de ser “clase en sí” a “clase para sí”, al desprenderse, independizarse del movimiento revolucionario de la burguesía, al dejar de servir como carne de cañón de las revoluciones burguesas, y levantar su propia lucha, por sus propias reivindicaciones, intereses y objetivos de clase (cartistas, etc.). Simultáneamente la teoría revolucionaria encuentra –con el marxismo- precisamente en el proletariado industrial moderno el sujeto de la revolución, en oposición a las corrientes que, si bien exponían la explotación capitalista no eran capaces todavía de encontrar la “llave” del dilema histórico, es decir, en oposición no solamente a las corrientes del “socialismo utópico” (que veían en la buena voluntad de la burguesía, en un sistema educativo, etc. la palanca de una transformación social), sino también en oposición a las corrientes “conspirativistas” (que planteaban básicamente la existencia de un grupo conspirativo selecto y consciente que planearía y llevaría a cabo la “revolución” desde “arriba”, arrastrando tras de sí a las masas más o menos inconscientes, es decir, que no se desprendían aún del marco ideológico de las revoluciones burguesas). Y, dada la “visión pesimista” (sic) sobre las capacidades del proletariado actual que expresa el GPR-K, tendríamos que preguntarnos si acaso no estaría desarrollando una noción de este tipo en relación a la necesaria “organización de vanguardia”.

Después, en relación a la caracterización de las revoluciones rusa y española como “revoluciones del primer periodo”, el GPR-K sencillamente hace abstracción de que éstas no son sino una parte, el primer y último eslabones, de la oleada revolucionaria verdaderamente internacional, que marca, precisamente tanto la entrada del capitalismo en su fase terminal, de decadencia, como la “madurez” del proletariado como clase revolucionaria, en el sentido en que es capaz de intentar echar abajo al sistema capitalista mundial. Incluso a nivel de la propia revolución rusa, hace abstracción de que la fracción de vanguardia del proletariado no son los “artesanos”, ni los “obreros de primera generación”, sino el experimentado proletariado de las grandes industrias de las principales ciudades.

Por otra parte, las corrientes marxistas “de izquierda” (que, por ejemplo defendían la necesidad de la destrucción del Estado burgués y la instauración de la dictadura del proletariado(1) no surgen espontáneamente en la época revolucionaria, sino que éstas se se preparan, se desarrollan, en lucha contra el reformismo y oportunismo, durante las décadas anteriores, es decir durante la época final de expansión del capitalismo, en el propio seno de la segunda internacional, por lo que la experiencia de ésta no puede desecharse simplemente como puro “reformismo”.

Asimismo, el periodo que el GPR-K llama “tercera fase”, el cual comenzaría a partir de 1968, nos aporta más cuestiones, que clarificaciones.

- Primero, ¿cuál es la determinación económica de base, el cambio fundamental en el capitalismo, que marcaría el fin de la “segunda etapa” y el inicio de la “tercera etapa” del sistema capitalista?

Para nosotros, el final de los años 1960 sí es un punto de viraje histórico en dos aspectos: marca el fin del periodo de reconstrucción (no tanto de “boom económico”) de la segunda posguerra, y asimismo el fin del periodo de contrarrevolución que se inició a mediados de los años 1920, con la derrota de la oleada revolucionaria internacional. Pero no se trata de un viraje “esencial” en el sistema capitalista de producción, no es el fin de la “etapa reformista”. Podríamos decir, en todo caso, que el “capitalismo reformista” termina con la propia fase de expansión del capitalismo a finales del siglo XIX. En adelante, el estancamiento económico crónico, la guerra imperialista generalizada y la revolución proletaria internacional marcan la etapa decadente, terminal, del capitalismo, en la cual el 68 representa solamente un episodio de ésta.

- Segundo, el GPR-K plantea que “todos los años 1970 fueron un nuevo punto de bifurcación, de nuevas luchas entre el proletariado y la burguesía -quién ganará la lucha por su solución de clase a la crisis social. En esta lucha el proletariado fue derrotado, y la burguesía comenzó una ofensiva total". Por una parte, efectivamente los años 1970 y hasta mediados de los 80 aún, presenciamos una serie de oleadas de luchas del proletariado a escala internacional y en particular en los países de Europa, cuyo punto más alto puede considerarse la huelga de masas en Polonia 1980. Suponemos que los camaradas se refieren a esto. Pero, en tal caso, este periodo contradice nuevamente su noción de que el proletariado industrial de los países “viejos” sería un tanto impotente.

Por otra parte, no sabemos si el GPR-K considera que la “derrota” del proletariado a que se refiere es de la misma magnitud histórica que la que sufrió en los años 1920. Pero entonces aún tendría que demostrar las características similares a los de los años 20, de la derrota física e ideológica que, según nosotros, el proletariado no ha sufrido hasta ahora.

- Tercero, el GPR-K hace abstracción del impacto sobre la clase obrera, del derrumbe del bloque imperialista ruso y la posterior disgregación del bloque occidental, así como de la subsiguiente campaña ideológica del capital sobre la “muerte del comunismo y el triunfo del capitalismo y la democracia”.  Para nosotros, este es el principal factor que ocasionó a lo largo de la década de los 1990 un freno y retroceso en la lucha y la conciencia de la clase obrera, de la cual empezó a salir en el 2001 (Argentina, Francia, Italia, Inglaterra, Alemania...) ¿qué piensa de ello el GPR-K?

5. Finalmente, el GPR-K nos abre un vasto campo de debate acerca de la conciencia de clase del proletariado. Aquí, nuevamente solamente podemos esbozar algunos puntos de discusión, tomando en cuenta las nociones meramente generales que plantea en los documentos que hasta ahora conocemos.

Primero, la cuestión del surgimiento de la conciencia de clase. El marxismo nunca ha considerado la conciencia de clase del proletariado como un mero reflejo pasivo de la realidad, o como un producto espontáneo o natural del desarrollo capitalista, como parecen entenderlo los camaradas:

"Sin embargo, Insarov sitúa las causas fundamentales de la pasividad de los obreros en el plano cultural. Hace una pertinente crítica de la tesis marxista según la cual existe una tendencia de la conciencia de la clase obrera a madurar a medida que el capitalismo se expande y desarrolla (¿Una clase obrera pasiva? Subrayado nuestro).

La maduración de la conciencia del proletariado depende, no de la expansión y desarrollo del capitalismo (aunque obviamente, la presupone, en la medida en que hace surgir y crecer al propio proletariado como clase internacional), sino del desarrollo de su lucha de clase. La explotación capitalista, y en particular la agudización de ésta en las crisis económicas, empuja necesariamente al proletariado a luchar –si no quiere verse degradado al nivel de las bestias de carga o morir de hambre- y es en torno a esta lucha de clase que se desarrolla, primeramente la reflexión colectiva sobre sus intereses y objetivos. Pero además, y esto es lo fundamental, esta reflexión tiene no solamente una dimensión inmediata, sino también histórica. Es decir, no aparece y desaparece con cada lucha, ni siquiera con cada periodo más o menos amplio de luchas, sino que tiende a conservarse y profundizarse en una dinámica propia, que no depende únicamente de la existencia inmediata de luchas. Así, la profundización de la conciencia de clase se expresa concretamente en el surgimiento de organizaciones revolucionarias permanentes que tienen como función –entre otras- la de extraer, preservar y transmitir las lecciones de cada lucha y de sintetizar en su programa los objetivos y medios de la revolución. Por otra parte la extensión de la conciencia de clase entre cada vez más amplios sectores del proletariado –particularmente en periodos de ascenso de las luchas- no es tampoco un mero reflejo pasivo de dichas luchas, sino que dicha extensión, la reflexión en la clase, participa a su vez en la extensión y radicalización de las luchas.

Por lo demás, no es el marxismo, sino el propio GPR-K, quien hace depender mecánicamente la conciencia de clase de la “maduración y desarrollo del capitalismo”, aunque en sentido invertido al que le atribuye al marxismo (es decir: a mayor “maduración y desarrollo del capitalismo”, menor conciencia de clase):

"Por el contrario: la nueva clase obrera del capitalismo naciente y periférico es más receptiva a las ideas anticapitalistas. Aún bajo la influencia de las antiguas tradiciones del colectivismo rural (...), la primera generación de obreros percibe al capitalismo como extraño y antinatural. Pueden ver su inicio, así que pueden imaginar su final (...) En contraste, la clase obrera heredera del capitalismo maduro no conoce otro mundo y por ello le resulta muy difícil imaginar un orden social diferente".

Para terminar, quisiéramos llamar la atención sobre un pasaje extremadamente importante, en relación a la conciencia de clase, que destaca el GPR-K:

"Este proceso de olvido puede ser impedido en la medida en que la memoria del pasado se transmite de generación en generación, manteniendo así la continuidad en la cultura de la clase obrera. Pero periodos de represión severa pueden romper esta continuidad. El régimen dominante en la URSS logró imponer tal ruptura cultural, destruir la tradición de las luchas obreras que alcanzaron su culminación en 1917 y sobrevivió unos años más. La clase obrera rusa perdió su memoria histórica. Por ello actualmente los obreros no logran comprender ni responder ante la propaganda socialista.

Si bien no se refiere explícitamente, ni al concepto de conciencia de clase, ni al de programa comunista, el GPR-K habla, ciertamente, de la “memoria”, de la “cultura”, de la “tradición” de la clase obrera y de su continuidad histórica (la transmisión de una generación a otra). Y de cómo ésta continuidad histórica fue “rota” en el “periodo de severa represión” (concretamente en el periodo de la contrarrevolución que, digámoslo de paso, abarcó no solamente a Rusia, sino al mundo entero).

Lo importante, para nosotros, es que aquí el GPR-K se refiere a un proceso que no tiene que ver, ni con el desarrollo del capitalismo, ni con la consideración de si el proletariado es de “primera generación, o “hereditario”, sino, justamente, con el proceso de la lucha entre la burguesía y el proletariado. Es decir, el GPR-K desarrolla parelala y contradictoriamente, dos explicaciones diferentes sobre la “pérdida” de la conciencia revolucionaria en el proletariado. En la primera (la de la excesiva “madurez” del proletariado) esta pérdida se presenta como una fatalidad inevitable. En la segunda (la de la “ruptura” de la continuidad histórica) esta “pérdida” se vuelve superable en la medida en que el proletariado es capaz de reapropiarse de dicha continuidad histórica, de su memoria, de su tradición de lucha. Cada explicación conduce a caminos diferentes a la organización de revolucionarios:

- Si optamos por la primera, solamente queda a los revolucionarios empezar a organizar una conspiración “desde arriba” para arrastrar a un proletariado que, sabemos, jamás podrá recuperar una conciencia revolucionaria propia.

- Si optamos la segunda, entonces todo el trabajo de los revolucionarios debe enfocarse a lograr que el proletariado “empalme” con su propia continuidad histórica, con su memoria, con su experiencia, con su programa...

Tal es, desde nuestro punto de vista, el dilema que enfrenta el GPR-K.

Mayo de 2006.


Nota:

1Por ejemplo, Engels sacaba, en 1891, lecciones fundamentales sobre el Estado capitalista y la dictadura del proletariado (que no son otras que las mismas que retoma el GPR-K): “En realidad, el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo mismo en la república democrática que bajo la monarquía (...) El proletariado victorioso, lo mismo que hizo la Comuna, no podrá por menos de amputar inmediatamente los lados peores de este mal, entretanto que una generación futura, educada en condiciones sociales nuevas y libres, pueda deshacerse de todo este trasto viejo del Estado. Últimamente, las palabras ‘dictadura del proletariado’ han vuelto a sumir en santo horror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber que faz presenta esta dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡he ahí la dictadura del proletariado!. (Introducción a “La guerra civil en Francia”, de Marx).


Fracción interna de la CCI - Boletín Comunista (Nº 37)