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EL DOBLE LENGUAJE DE LA CCI SOBRE LAS REUNIONES PÚBLICAS
BÉLGICA Y FRANCIA, JACTANCIA Y REALIDAD

Es con cierto deleite que nos hemos enterado de un artículo de la publicación de la CCI en Bélgica, titulado ”El rechazo de stand a la CCI en la feria del libro alternativo de Gand y Utrecht”. Los organizadores anarquistas de esta ”feria del libro” no han querido proporcionar un lugar a la CCI. Sin vacilación alguna nos solidarizamos con la CCI y apoyamos su denuncia. A continuación, reproducimos los pasajes más importantes desde el punto de vista político, que no por ello dejan de ser los más “placenteros” desde nuestro punto de vista. El lector que acabe de leer nuestro artículo anterior, estamos seguros de su sentido del humor, apreciará también en su justo valor este texto. Reconozcámoslo sin rodeos, nuestra solidaridad no va sin una buena carcajada de nuestra parte. Pero estamos de acuerdo en el fondo de lo que dice la CCI en Bélgica, si bien algunos de los argumentos del artículo sobre el anarquismo nos parecen por lo menos marcados con el sello del oportunismo craso. En efecto, ¿cómo es que una organización comunista, sobre todo que se reivindica de la “Izquierda Italiana” puede reprochar a los anarquistas “oficiales”, es decir, que pertenecen al movimiento anarquista como tal, el que invite a los estalinistas y en cambio rechace a los internacionalistas? Pero, en fin, no amarguemos nuestro placer.

Hace ya varios años que la CCI no es admitida para tener un stand en la feria del libro anarquista en Gand ni en la de Utrecht. Varios años, los organizadores argumentaron que nuestra solicitud había sido hecho demasiado tarde, o que ya no había lugar, etc. Un poco fuerte. Cuando insistimos, los organizadores nos respondieron que no correspondíamos al perfil anarquista que ellos deseaban (…).

Después de sus escapatorias administrativas, los organizadores mienten conscientemente al justificar su rechazo por razones ideológicas (¡no tendríamos el perfil!) ¿Quién no se da cuenta de los stands en esas ferias, de publicaciones, grupos y asociaciones que son abiertamente socialdemócratas, estalinistas o nacionalistas… y que no tienen de ningún modo un “perfil anarquista”? ¿Por qué entonces excluir a la CCI, una organización que se reclama del internacionalismo proletario y que denuncia todas las ideologías nacionalistas, cualquiera que sea el pretexto étnico, histórico o religioso, como una verdadero veneno para los proletarios?

(…)

Si los organizadores encuentran nuestra presencia indeseable, es porque elementos en búsqueda de ampliación y profundización de sus visiones políticas, se interesan en los análisis de la Izquierda Comunista, en las cuestiones que planteamos y en las respuestas políticas que aportamos y que tocan temas de interés para la clase obrera y el futuro de la humanidad. Lo que los organizadores en realidad quieren es impedir que una confrontación honesta y abierta de las posiciones políticas tenga lugar. A pesar de sus discursos (falsamente) libertarios, prefieren contar con sus vecinos estalinistas y de extrema izquierda (pro o antiestalinistas) en lugar de ver cómo la Izquierda comunista encuentra un eco para una clara perspectiva de clase internacionalista.

No nos sorprende en absoluto esta actitud de los organizadores, que refuerzan así el totalitarismo ideológico del que son un engrane, aunque modesto, sin embargo indispensable para evitar que los elementos que se plantean cuestiones encuentren respuestas políticas que podrían debatir. Al negarnos un stand, el anarquismo oficial aporta su pequeña piedra al edificio del pensamiento único burgués.

(…)

Por nuestra parte, invitamos a todo aquel que deseé emprender una confrontación de ideas y debatir sobre los problemas del mundo, sobre la lucha de clases y el futuro de la humanidad, a participar en nuestras actividades públicas, así como en nuestras permanencias, donde se discute sobre cuestiones planteadas por los participantes, así como a nuestras reuniones públicas, donde hay un debate luego de la presentación de la posición de la CCI sobre un tema, o a encontrarnos durante la venta de nuestra prensa con ocasión de diferentes manifestaciones y en la lucha de la clase obrera.”

(Internationalisme 319, publicación de la CCI en Bélgica)

¿Verdaderamente gracioso, no? Este es un ejemplo claro del doble lenguaje de la CCI actual. Sobre esta cuestión, en Bélgica, donde no hay confrontación directa, física con verdaderos oponentes políticos, tenemos derecho a grandes declaraciones sobre una defensa platónica de los principios proletario y, en Francia o México, la realidad de una CCI que adopta la misma actitud de los anarquistas o los trotskistas de Lutte ouvriere que desde hace años se rehúsan a dar un stand a la CCI durante su Festival. A decir verdad, la política de la CCI actual contra nuestra fracción es peor, puesto que LO jamás ha llegado hasta prohibirnos la entrada a sus reuniones públicas, ni intervenir.

Parafraseando la publicación belga, “¿por qué entonces excluir [de las reuniones de la CCI] a una organización que se reclama del internacionalismo proletario y que denuncia todas las ideologías nacionalistas, cualquiera que sea el pretexto étnico, histórico o religioso, como un verdadero veneno para los proletarios?” ¿Es porque “los organizadores [de la CCI] quieren en realidad […] impedir que una confrontación honesta y abierta de las posiciones políticas tenga lugar” entre las posiciones de la nueva CCI y las de origen que defiende nuestra fracción? ¿No es exactamente esta confrontación política “honesta y abierta” la que tuvieron que “sufrir” durante la pasada reunión pública del BIPR en París, el 5 de noviembre, en un ambiente fraternal, no hay ni que precisarlo, una semana antes de su abuso de fuerza contra nosotros?

En consecuencia, confiando totalmente en los escritos de los camaradas de Internationalisme, y “deseando emprender una confrontación de ideas y debatir sobre los problemas del mundo, sobre la lucha de clases (…) veremos la posibilidad de presentarnos también en una próxima reunión pública de la CCI en Bélgica o en los Países Bajos.

Diciembre de 2005.


Fracción interna de la CCI - Boletín 33