Home | Boletín Comunista Internacional 4 | |
Debido a las movilizaciones obreras de este fin de año 2010 en Francia, algunos de los militantes que contribuyeron a la constitución de la Fracción interna de la CCI, se han encontrado en los lugares de lucha en París -especialmente en la “Asambleas generales interprofesionales”- a la vez que se hallaban presentes miembros eminentes de la CCI actual.
Con ocasión de estos “encuentros”, nuestros camaradas -que hasta entonces sólo recibían desprecios, agresividad e incluso brutalidades, por parte de los representantes de la CCI- han tenido derecho, para su sorpresa, a besos y calurosos saludos de mano. Más aún, algunos militantes de la CCI incluso hasta les propusieron “reanudar relaciones fraternales... con la condición de que reconozcan ciertas faltas de comportamiento que tuvieron durante la crisis organizativa que sufrió la CCI en 2001-2002”. Como respuesta, tuvieron un claro rechazo por parte de quienes ellos mismos excluyeron de la CCI y posteriormente denunciaron en la prensa internacional de la CCI, en las reuniones públicas, ante otros grupos de la izquierda comunista y ante todos sus simpatizantes, como policías, nazis, ladrones, soplones, etc.; y sobre quienes adoptaron una resolución interna prohibiendo cualquier relación con tales parias. Ahora, luego de una enorme crisis organizativa y diez años de la vida de la CCI marcados por una profunda e interminable deriva oportunista, algunos militantes de esta organización nos proponen, de hecho, “hacer borrón y cuenta nueva”, y hacer como si nada hubiera pasado.
Tenemos que denunciar públicamente esta actitud, actitud política típica del oportunismo, que consiste en reducir las divergencias políticas a cuestiones personales, si no es que a supuestos comportamientos individuales. Detrás de esta actitud, detrás de esta aparente “mano tendida”, la acción política del oportunismo político que liquida actualmente a nuestra organización sigue siendo la misma: esquivar la discusión política, es decir, la confrontación política real, la que opone a dos líneas políticas inconciliables.
“Los términos de un debate y de un combate político sobre posiciones políticas divergentes en materia de organización, funcionamiento y militancia y compromiso militante, se plantean y no podrán ponerse debajo de la mesa, ocultarse, ni siquiera esquivarse” (Boletín interno de Revolution internationale n° 244, 16 de mayo de 2001) afirmábamos ya entonces, mucho antes de que fuéramos acusados de robar las notas de reunión, de ser militantes indignos, y luego de utilizar métodos nazis, de ser policías, etc... Los casi diez años que nos separan de esta afirmación han verificado ampliamente, y cómo, nuestra advertencia.
No se trata, pues, de cuestiones de persona, ni de comportamientos1
Hay dos líneas políticas opuestas:
Una, que trata de defender las posiciones políticas de la CCI, en primer lugar su Plataforma política, hoy directamente atacada y liquidada, de defender la tradición y la herencia política de esta organización, tanto en el plano teórico, político como organizativo;
Otra, que traiciona las posiciones de siempre de la CCI, su Plataforma -desde la cuestión de las organizaciones anarquistas presentadas como revolucionarias, pasando por el rechazo de la alternativa histórica de guerra o revolución, los fundamentos teóricos de la “decadencia”-, por la introducción de métodos organizativos que no tienen nada que ver con la tradición del movimiento obrero, la liquidación de los estatutos originales de la CCI, etc...
Estas dos líneas se oponen, y una elimina políticamente a la otra.
Por nuestra parte, siempre hemos continuado “saludando” a los militantes de la CCI que encontramos, hemos continuado considerándolos como militantes comunistas, seguimos considerando que formamos parte del mismo campo, a pesar de las divergencias políticas importantes que nos separan, a pesar de sus insultos e incluso de sus agresiones físicas contra nosotros (con el fin de prohibirnos el acceso a las reuniones públicas de la CCI). Por nuestra parte, la cuestión no es de tener o no tener relación “fraternal”, sino de tener relaciones políticas. Estamos dispuestos a “renovar” estas relaciones.
Esto quiere decir, concretamente, desde un punto de vista de clase, desde un punto de vista comunista y marxista, la reintegración de todos los militantes excluidos -evidentemente de los que tengan la intención de ello- en tanto que minoría organizada, por nuestra parte en tanto que fracción, con todos los medios y los derechos que los estatutos de la CCI original definen para la existencia y la actividad de una fracción.
Porque, nadie lo dude, el único fundamento de una reanudación de “relaciones fraternales” sólo puede existir si la CCI actual acepta el único “debate” digno de este nombre en términos de clase: la confrontación de las posiciones políticas divergentes, y el enfrentamiento abierto, frontal, entre la línea oportunista y liquidadora que domina actualmente a esta organización y la línea que defiende las posiciones de principio y las orientaciones políticas originales de la Corriente Comunista Internacional.
Lo demás sólo es maniobra, huida ante la confrontación política, rechazo al “debate”... y oportunismo.
La Fracción de la Izquierda Comunista Internacional
1° de diciembre de 2010.
Nota:
1. Si bien algunos comportamientos siguen siendo aún ahora, en el interior de la CCI, por lo menos dudosos pero seguramente indignos de un militante comunista, y los cuales algún día habrá que sancionar -pero esto no es la prioridad ni la cuestión principal.
Home | Boletín Comunista Internacional 4 | |