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Carta abierta a los militantes de la CCI
El impulso de la CCI actual hacia la CNT-AIT conduce al abandono de su plataforma
política y a la “revisión” del marxismo

Camaradas :

A pesar de que en estos años no hemos dejado de examinar de cerca y de denunciar la deriva oportunista de nuestra organización, no ha dejado de consternarnos ahora el proceso de acelerado acercamiento hacia el anarquismo que ha entablado la CCI, con el consecuente abandono de los principios de la organización y en general del marxismo.

En nuestros dos boletines anteriores ya hemos alertado sobre esta “pendiente mortal”(1). Desafortunadamente ahora observamos que el viraje de la CCI hacia el anarquismo se prolonga y se manifiesta incluso públicamente con una autoridad tal, que parece no encontrar ya ninguna resistencia interna por parte de los militantes (si es que en algún momento ha habido alguna resistencia), a pesar de que los argumentos que su utilizan para justificar este viraje sean de un carácter tan contradictorio y estúpido -no encontramos otra palabra para calificarlos- y choquen tan abierta y evidentemente con la plataforma y los principios de la propia CCI.

¿Existen sindicatos revolucionarios en la actualidad?

Al leer el informe sobre el reciente XIX Congreso de Revolution Internationale (RI 415), encontramos que la CCI ha establecido relaciones políticas de “fraternidad y confianza mutua” con la organización anarquista CNT-AIT, a la que define como parte del “medio internacionalista revolucionario”, sin que al parecer exista ningún rechazo, ninguna reticencia, ninguna impugnación, ningún debate sobre las relaciones de la CCI con esa organización. Esto es muy extraño, pues en el propio informe del congreso encontramos una toma de posición sobre los obstáculos que actualmente enfrenta la clase obrera para desarrollar su lucha:

La discusión ha permitido igualmente evaluar mejor el impacto actual del encuadramiento sindical sobre la clase obrera. Si bien ésta no es capaz aún de desprenderse del dominio de los sindicatos y de la ideología sindicalista para tomar ella misma el control de sus luchas, el debate ha destacado que existe, en las filas obreras, pocas ilusiones sobre el papel y la eficacia de los métodos de lucha preconizados por los sindicatos. Si, a pesar de esta desilusión, la clase obrera no es capaz actualmente de movilizarse fuera y contra los sindicatos, es esencialmente debido a su dificultad para encontrar nuevamente confianza en sus propias fuerzas. La clase obrera resiente cada vez más la necesidad de batirse contra los ataques del gobierno y los patrones, pero no sabe cómo luchar sin pasar por los sindicatos. (…) La cuestión sindical constituye pues un reto mayor en la dinámica futura hacia los enfrentamientos de clase masivos” (CCI, XIX congreso de R.I. Traducción y negritas nuestras).

Es decir, según esta presentación del congreso, la “cuestión sindical”, la “ideología sindicalista”, los “sindicatos” siguen siendo uno de los obstáculos principales que la burguesía utiliza contra el proletariado para evitar o por lo menos frenar el desarrollo de sus luchas. Sin embargo apenas unas líneas después, sin explicación alguna, ¡se saluda la nueva colaboración fraternal de la CCI con... una organización sindical! Pues, en efecto, ¿no es el sindicalismo el fundamento, principio y fin, de la CNT-AIT? Para este organismo el sindicato no es sólo una forma de organización propia de la clase obrera, sino la única forma de organización, tanto en el pasado, en el presente como en el futuro, al grado de que, según los principios de la CNT-AIT, los sindicatos serán la forma de organización de la futura sociedad anarquista:

El sindicato, hoy agrupamiento de resistencia, será, en el porvenir, el agrupamiento de producción y de distribución, base de la reorganización social, (…) El Congreso afirma que el sindicalismo, expresión natural y concreta del movimiento de los productores, contiene en estado latente y orgánico todas las actividades de ejecución y de dirección capaces de asegurar la vida nueva (...)” (CNT-AIT. Carta del sindicalismo revolucionario,2 Congreso constitutivo de la CNT, 1946. La traducción y las negritas son nuestras).

¿Será necesario recordar a los militantes de la CCI cuál es la posición de nuestra organización sobre los sindicatos, enunciada desde su plataforma política?

[En la decadencia del capitalismo] habiendo perdido toda posibilidad de ejercer su función inicial de defensores eficaces de los intereses proletarios y confrontados a una situación histórica donde solamente está a la orden del día la abolición del salariado, y por tanto su propia desaparición, los sindicatos se han transformado, como condición de su propia supervivencia, en auténticos defensores del capitalismo, en agentes del estado burgués en el medio obrero (…) el carácter capitalista de estos órganos se extiende a todas las organizaciones que se dan funciones similares sea cual sea su modelo organizativo o las intenciones que proclamen. Tal sucede con los “sindicatos revolucionarios”, los shop stewards o con todos aquéllos órganos (comités o núcleos obreros, comisiones obreras...) que puedan subsistir después de una lucha incluso opuesta a los sindicatos y que intenten reconstruir un “polo auténtico” de defensa de los intereses inmediatos de los trabajadores. Sobre esta base tales organizaciones no pueden escapar al engranaje de la integración efectiva en el aparato estatal, incluso ni a título de órganos no oficiales o ilegales (…) Después de más de medio siglo de experiencia, jamás desmentida, del carácter antiobrero de estas organizaciones, las corrientes que preconizan tales políticas se encuentran fatalmente en el terreno de la contrarrevolución. (Plataforma de la CCI. VII, Los sindicatos. Las negritas aquí y en los puntos que siguen son nuestras).

Por si esto no fuera suficiente, la CNT-AIT se caracteriza también por impulsar “en tanto subsista el capitalismo” la llamada “gestión sindical de las empresas”:

Considerando que en el periodo prerrevolucionario el papel del sindicalismo es el de presentar una oposición constante a las fuerzas capitalistas, de disminuir el poder patronal aumentando el del sindicato, el Congreso estima que estos resultados sólo pueden ser obtenidos mediante la introducción del control sindical en las empresas capitalistas, mediante la creación de comités y consejos de talleres, de fábricas, de oficinas, (…). Al mismo tiempo que será llevada a cabo la tarea de documentación, de educación técnica y profesional con vistas a la reorganización social, será por fin realizado, en las mejores condiciones, el aprendizaje de la clase de la gestión (CNT-AIT, Carta del sindicalismo revolucionario).

¿Será necesario recordar a los militantes de la CCI cuál es la posición de nuestra organización sobre la “gestión obrera de las empresas en el capitalismo”, enunciada desde su plataforma política?:

La autogestión, o sea la gestión de la empresa por los obreros en el seno de una sociedad que continúa siendo capitalista, si en el siglo pasado era ya una utopía pequeñoburguesa, hoy constituye una mistificación claramente capitalista. Como gestión económica del capital que es, la autogestión tiene como fin hacer aceptar a los obreros las dificultades de las empresas golpeadas por la crisis y hacerles organizar las modalidades de su propia explotación.

Como arma política de la contrarrevolución tiene como función: dividir a la clase obrera encerrándola y aislándola fábrica a fábrica (…) atar a los obreros a las preocupaciones de la economía capitalista (…) desviar al proletariado de la primera tarea que hace posible su emancipación, es decir, la destrucción del aparato político del capital y la implantación de la dictadura del proletariado a escala mundial (…) Todas las corrientes políticas que, incluso en nombre de la “autoexperiencia del proletariado” o del “establecimiento de relaciones comunistas entre los obreros”, defienden la autogestión son defensoras objetivas del orden capitalista”. (CCI, Plataforma política. XI, La autogestión, autoexplotación del proletariado).

Esta mistificación que tuvo su momento culminante con la experiencia “autogestionaria” y la derrota de los obreros de Lip en Francia (1973-75) está hoy agotada. Sin embargo, nada excluye que en el futuro tenga un nuevo impulso sobre todo con una mayor presencia del anarquismo. En efecto, en las luchas en España de 1936, fueron las corrientes anarquistas y anarco-sindicalistas quienes constituyeron los portavoces del mito de la autogestión, presentándola como una medida económica “revolucionaria”. (Plataforma de la CCI, nota de pie de página 4).

Así pues, la Plataforma de la CCI establece que la “gestión obrera en el capitalismo” es una mistificación, un engaño capitalista, un arma de la contrarrevolución ; y las organizaciones que la preconizan tales como el anarquismo y el anarcosindicalismo, son defensoras objetivas del orden capitalista.

Pero la CCI actual, en flagrante contradicción con esta posición de principio, declara que una organización de este tipo es ahora... ¡revolucionaria!

¿Será necesario recordar a los militantes de la CCI que, siempre según la plataforma, el papel específico de los sindicatos “no oficiales”, “revolucionarios” o “de base” es el de ser el último gancho para los obreros hacia el sindicalismo y los sindicatos, órganos del Estado burgués en el medio proletario, para lograr que los obreros recuperen la confianza en estos mismos sindicatos? La CCI actual, en completa contradicción con sus principios y con toda su política y práctica de décadas anteriores, pretende ahora haber encontrado organismos sindicales, tales como la CNT-AIT, que ya no están “fatalmente en el terreno de la contrarrevolución”, sino, de ahora en adelante en el “campo proletario revolucionario”.

La historia del anarquismo “revisada y corregida”

En nuestro boletín anterior (La CCI y su nueva política de fraternización con el anarquismo. Confabularse con el anarquismo es traicionar al proletariado) ya hemos denunciado los aspectos principales de la argumentación “teórica” con la que se pretende justificar la colaboración con el sindicalismo anarquista. Sencillamente recordamos los principios que fundan la existencia de la CCI y los contrastamos con la traición que actualmente se hace cada vez más abiertamente de estos, y remitimos a nuestros lectores, y a los militantes de la CCI a ese boletín.

Pero, para evaluar el grado de aberración y estulticia que los militantes de la CCI avalan actualmente con su silencio, echemos otro vistazo a la “nueva historia” del anarquismo tejida por la actual CCI.

En los últimos meses la CCI ha publicado algunos artículos sobre el anarquismo, en los que poco a poco ha ido introduciendo una nueva interpretación sobre la historia de esta corriente, inventada precisamente para justificar la colaboración de la CCI con el anarquismo. Según ésta, a lo largo de la historia habrían existido básicamente dos corrientes anarquistas diferentes: una reaccionaria o reformista, y otra revolucionaria e internacionalista constantemente inclinada a colaborar y acercarse al comunismo marxista. Una vez establecida esta tesis, y en el más puro estilo especulativo -que ya le conocemos a las elucubraciones “teóricas” de la facción liquidadora de la CCI desde 2001- el tejedor de la historia se lanza a buscar “ejemplos” para “probar” la tesis. El “truco” de esta historia es muy simple: Hacer abstracción del hecho de que, si algunos elementos o grupos anarquistas que se han acercado al comunismo marxista, lo han hecho en la misma medida, en el mismo grado, en que han abandonado sus propias concepciones anarquistas, como consecuencia del influjo del movimiento revolucionario del proletariado inspirado por el marxismo, y especialmente al calor de la oleada revolucionaria de 1917-23.

Pero aceptemos por un momento el punto de vista de la “nueva historia del anarquismo” sobre las “dos corrientes” elaborada por la CCI, para ver hasta dónde llega:

Actualmente, en Francia por ejemplo, la misma denominación “CNT” abarca a dos organizaciones anarquistas, una con posiciones auténticamente revolucionarias (CNT-AIT) y otra puramente “reformista” y reaccionaria (CNT Vignoles). (CCI. Izquierda comunista y anarquismo internacionalista: lo que tenemos en común. Traducción y negritas nuestras, aquí y en las citas que siguen).

Pero ¿Se han preguntado los militantes de la CCI sobre qué fundamentos se ha inventado esta distinción tan radical entre las dos “CNT”? ¿Será por su historia diferente? No, pues ambas provienen (y se reivindican) de la CNT española que en 1936 arrastró al proletariado a la guerra interburguesa entre democracia y fascismo. ¿Será por el programa de principios? No, pues ambas siguen defendiendo la misma carta sindical de fundación de 1946. ¿Será porque la CNT-AIT, tiende a acercarse a las posiciones comunistas marxistas? No, pues la carta de principios de la CNT rechaza, de entrada, tanto a todos los partidos políticos (incluso los obreros), como la dictadura de los consejos obreros (preconizando en cambio un organización federativa de sindicatos). Veamos lo que ésta piensa del marxismo:

La primera AIT nació en Londres en 1864. (…) Desde el inicio, el movimiento será desgarrado entre dos tendencias: los socialistas autoritarios reagrupados alrededor de Karl Marx, y los antiautoritarios -o federalistas- alrededor de Michel Bakunin. Para los antiautoritarios, son el poder, la dominación, la autoridad el fundamento mismo de esta sociedad, y nada cambiará verdaderamente si el movimiento que pretende revolucionar al mundo se organiza él mismo de manera jerárquica, centralizada, autoritaria. Se sabe ahora a qué monstruosidades ha conducido, y conduce aún, el socialismo autoritario. Los “libertarios” de entonces había percibido muy bien los peligros y las derivas sangrientas posibles de esta doctrina (…) el método marxista-leninista ha fracasado haciendo correr mucha sangre, hasta el punto que la idea misma de revolución se ha vuelto extremadamente sospechosa para muchos y muy íntimamente ligada a la idea de terror (CNT-AIT. ¿Qué es el anarcosindicalismo?).

Así que para la CNT-AIT el marxismo es autoritario, peligroso, y sólo ha conducido y conduce aún a enormes y sangrientas monstruosidades.

¿Pero, finalmente, será que la escisión de la CNT en 1993 (que dio nacimiento a la CNT-AIT y a la CNT-Vignoles) milagrosamente habría dado nacimiento a una corriente “auténticamente revolucionaria” como la califica la CCI? Cedamos la palabra a los propios protagonistas de la CNT:

Sin embargo, dos líneas se dibujaban, las cuales se afirmaron posteriormente: por una parte, una línea dogmática dura, que se oponía radicalmente a las elecciones de personal y por tanto a la estrategia de desarrollo de secciones sindicales replegándose de hecho sobre una línea propagandista anarquista/anarcosindicalista. Por otra parte, una línea que buscaba desarrollar un sindicalismo de lucha, aceptando la participación puntual en las elecciones para proteger a sus secciones sindicales, rehusando la referencia ideológica única al anarquismo, defendida por nuestra organización (llamada con frecuencia CNT Vignoles). Pero son distinciones que hay que relativizar: posteriormente ha sucedido que unos sindicatos de la CNT-AIT se presenten en las elecciones de DP y efectúen un excelente trabajo sindical; los de la CNT-F sólo se presentan, por lo demás, muy esporádicamente. Señalemos finalmente que, localmente, cuando las viejas rivalidades de personas están ausentes, existen excelentes relaciones, así como fructuoso trabajo común.” (CNT-F. Pequeña historia de la CNT-F http://www.cnt-f.org/spip.php?article712 ).

Así que los propios militantes de la CNT reconocen no solamente que la escisión estuvo basada en diferencias secundarias (personales o relativas) y no de principios, sino que incluso en la actualidad ambas partes efectúan el mismo tipo de “excelente trabajo sindical”, participan en elecciones sindicales, suelen tener por encima de las rivalidades personales “excelentes relaciones” e incluso un “fructuoso trabajo en común”. Como vemos, la tal distinción entre una CNT “auténticamente revolucionaria” y otra “reaccionaria” es sólo una falsificación de la realidad. ¿Se dan cuenta camaradas de la CCI en dónde están metiendo las patas? ¿Qué piensan ustedes, camaradas de la “alianza fraternal” que está forjando la CCI con una organización sindical y autogestionaria, que no representa otra cosa que un furgón de cola de las campañas burguesas contra el comunismo y, más globalmente, contra la conciencia de clase del proletariado?

Ruptura con las posiciones de principio de la CCI

El proceso oportunista de acercamiento y fraternización con el anarquismo es acompañado de un evidente y acelerado proceso de “involución” teórica por parte de la organización. Es claro que este acercamiento se debe no a que los anarquistas son convencidos por las posiciones comunistas, sino por el contrario, a que la actual CCI se aleja del marxismo, abandona cada vez más sus posiciones de principio.

En este sentido, la CCI ha publicado recientemente una serie de tres artículos titulada “Izquierda comunista y anarquismo internacionalista: lo que tenemos en común”.3 La serie está firmada: CCI; es decir se trata de la opinión no de un militante o una sección, sino de una toma de posición oficial de la organización, lo cual nos confirma que no existe ningún debate interno, ni sobre la fraternización con el anarquismo, ni sobre la “nueva” argumentación “teórica” que intenta justificarla. Los tres artículos en su conjunto nos dan una idea mucho más completa y precisa del salto que ha dado la CCI hacia la revisión tanto de sus principios básicos, como del marxismo en general, por lo que se nos hace imperioso advertirles, camaradas, acerca de lo que están avalando con su silencio cómplice: la horadación de la CCI como organización marxista, como organización de la izquierda comunista, como organización revolucionaria del proletariado. Pueden ignorar o reírse de nuestra advertencia: Serán los anarquistas -y, finalmente la burguesía- quienes les aplaudirán por ello.

Camaradas de la CCI ¿Se dan cuenta que esta nueva serie sobre el anarquismo consiste, ante todo, en una ruptura abierta y oficial con todas las tomas de posición sobre el anarquismo que la CCI ha defendido durante más de 30 años, desde su nacimiento en 1975 hasta todavía los primeros 2000?

La vieja CCI, nuestra CCI, tenía esta posición sobre la corriente política anarquista y anarcosindicalista:

Una corriente política, el anarco-sindicalismo, que se fue hundiendo cada vez más en las aguas putrefactas de la contrarrevolución, a pesar de su “horror” a la dictadura, a todo estado y a todo gobierno. La irresponsabilidad, la incoherencia histórica del anarco-sindicalismo quedó patente en este juego trágico de balanceo en la permanente duplicidad de las “autoridades”, de la “antiautoritaria” CNT manifestando una falta criminal de visión histórica y de clara teoría revolucionaria que pagarían con sus vidas muchos de sus militantes entregados a la causa de su clase... La CNT-FAI, por su ideología apolítica y su incomprensión de la naturaleza de clase del estado que le impide ejercer todo tipo de influencia para destruirlo, fue la última defensa del capitalismo contra la clase obrera. (CCI, España 1936, 1977, negritas nuestras).4

Consciente del peligro que representa la ideología y la corriente anarquistas como un todo para las nuevas generaciones de obreros y revolucionarios, la “vieja” CCI no dejaba de denunciar permanentemente y en todos los tonos, el carácter histórica y objetivamente contrarrevolucionario de aquélla.

Como lo hemos señalado ya en otras ocasiones, todavía alrededor del año 2000, la CCI era consciente del nexo directo que existía entre la campaña de la burguesía mundial sobre la “muerte del comunismo” y el renacimiento del anarquismo:

En los años noventa hemos asistido junto a la campaña anticomunista posterior a la caída del Muro de Berlín donde se denigra al comunismo equiparándolo al estalinismo (cuando la realidad histórica nos muestra que éste fue el enterrador de la Revolución de Octubre del 17), a una promoción del anarquismo como verdadero movimiento revolucionario frente a los bolcheviques y Lenin que serían unos meros conspiradores que instauran su dictadura mediante un golpe de estado. Presentar al anarquismo como “vanguardia” del impulso revolucionario y a España 1936 como “modelo” de revolución social, no supone ninguna contradicción con la campaña anticomunista. En realidad es su continuación y reforzamiento. (…) el capitalismo es muy consciente de que semejantes músicas celestiales [“el triunfo de la democracia y el capitalismo”] necesitan el contrapunto crítico de ideologías y modelos aparentemente muy radicales pero que en el fondo defienden el orden capitalista por otros medios (Prólogo a la tercera edición del folleto de la CCI “España 1936”, aún disponible en español, en el sitio web de la CCI).

Es decir, el impulso al anarquismo era analizado y comprendido por la “vieja” CCI como un complemento y reforzamiento lógico de la campaña de la burguesía contra el marxismo y el comunismo, pues el anarquismo se caracteriza por atacar precisamente al comunismo marxista equiparándolo con el stalinismo, como una dictadura terrible, como algo asesino, monstruoso, que el proletariado debe rechazar. Después de dos décadas del derrumbe del bloque imperialista ruso, el anarquismo sigue sacándole jugo a la campaña sobre “la muerte del comunismo”, lo cual puede verse en prácticamente todas las páginas web y publicaciones anarquistas, cuando constantemente “recuerdan” las “monstruosidades de los bolcheviques marxistas” y “los horrores y el fracaso de la dictadura leninista-stalinista”.

¿Pero qué nos dice ahora de todo esto la “nueva” CCI?:

La actitud de la mayoría del Partido bolchevique en los años 1918-1924 (prohibición de cualquier prensa anarquista sin distinción, el enfrentamiento con el ejército de Makhno, el aplastamiento en sangre de los marinos insurrectos de Cronstadt...) ha cavado una fosa entre los revolucionarios marxistas y anarquistas (CCI, 2010. Izquierda comunista y anarquismo internacionalista, parte 3).

En otras palabras, ¡la CCI actual participa, a su manera, en la campaña burguesa apoyada por el anarquismo sobre los “crímenes y horrores de los bolcheviques comunistas”!

Podríamos proseguir con los ejemplos de cómo la “nueva” serie de la CCI sobre el anarquismo rompe con su posición sobre el anarquismo, dice directamente lo contrario de lo que había sostenido desde su origen. Basta con notar que en la serie no hay una sola cita de textos viejos de la CCI sobre el anarquismo para respaldar las nuevas afirmaciones. Por el contrario, la serie está dedicada a “pedir disculpas” por haber criticado y denunciado al anarquismo; a “reconocer” “exageraciones” o “errores” anteriores en lo que se dijo sobre esta corriente. Finalmente, en una nota de pie de página, se expresa con toda nitidez el fin último de esta serie de artículos:

Esto dicho, en el curso del debate que ha tenido lugar estos meses, algunos camaradas (compañeros) anarquistas han protestado con justeza contra fórmulas exageradas que dan una sentencia definitiva e injustificada respecto al anarquismo. Al volver sobre algunos de nuestros viejos textos, hemos encontrado por nuestra parte pasajes que hoy ya no escribiríamos. Por ejemplo:

- “Algunos elementos obreros pueden pensar en adherir a la revolución a partir del anarquismo, pero para adherir a un programa revolucionario hay que romper con el anarquismo” (http://fr.internationalism.org/rinte102/anar.htm).

- “Es por ello que el proletariado debe separarse resueltamente de estos mercaderes de ilusiones que son los anarquistas” (http://fr.internationalism.org/ri321/anarchisme.htm). (CCI, 2010. Izquierda comunista y anarquismo internacionalista, 3a parte.)

Así, en una nota de pie, la CCI actual ha encontrado “algunos pasajes” de sus viejas publicaciones “que hoy ya no escribiría”.

Camaradas de la CCI ¿así que ahora se avergüenzan por haber llamado durante tres décadas a los obreros a desatarse de las trampas contrarrevolucionarias del anarquismo? ¿así que ya no debemos llamar al proletariado y a los elementos en búsqueda de coherencia revolucionaria a deshacerse de sus delirios utópicos y reaccionarios? ¿así que el proletariado no tiene ya necesidad de “romper resueltamente con el anarquismo”?

Imagínense por un momento -disculparán la digresión- que la CCI se encuentra en España 1936 y que defiende, frente a la clase obrera, su “nueva” consigna: ¡obreros, no tienen que romper con la CNT-AIT porque ella es “auténticamente revolucionaria! ¿Se dan cuenta de que estarían en oposición a la “mayoría” de Bilan, que estarían al lado del POUM y de los anarquistas, y que a fin de cuentas la CCI, a su nivel, habría participado en la derrota del proletariado en España y luego en su masacre en la carnicería imperialista mundial?

Ruptura cada vez más abierta con la plataforma de la CCI y con el marxismo

La nueva serie de artículos, tomada en su conjunto, nos da un panorama mucho más claro sobre la tendencia de la actual CCI a hacer a un lado, a enterrar de manera global, su propia plataforma política.

Según ésta : puntos de acuerdo fundamentales acercan a los anarquistas internacionalistas con la Izquierda comunista. Para la CCU, sin negar que existen divergencias importantes, el aspecto crucial es que todos defendemos de manera determinada la autonomía obrera al rechazar “aportar” un apoyo, de cualquier clase (…) a un sector de la burguesía: ni a la burguesía “democrática” contra la burguesía “fascista” [¡olvidemos el papel de la CNT en 1936!]; ni a la izquierda contra la derecha; ni a la burguesía palestina contra la burguesía israelí; etc. Más concretamente se trata de:

1) Rechazar todo apoyo electoral, toda colaboración con partidos gobernantes del sistema capitalista o defensores de tal o cual forma de éste (socialdemocracia, stalinismo, “chavismo”, etc.)

2) Mantener un internacionalismo intransigente, rechazando elegir entre tal o cual campo imperialista durante cada guerra.

Todos los que defienden teórica y prácticamente estas posiciones esenciales deben tener conciencia de pertenecer a un mismo campo: el de la clase obrera, el de la revolución” (CCI, 2010, op cit, 2a parte).

En suma, para la “nueva” CCI, basta con declara “la autonomía obrera”, el “rechazo a las elecciones” y un “internacionalismo intransigente” (?) para encontrar gracia ante sus ojos.

De hecho, los tales “puntos fundamentales” los toma la CCI, no de su plataforma política, sino del “pantano de principios” en los que chapotean un conjunto de grupos y personas “laxas” que se mueven entre el diletantismo, el radicalismo verbal y la confusión, y que se definen como “antibolcheviques”, “autonomistas”, “consejo-anarquistas”, “situacionistas”, “pro-revolucionarios”, etc. Por ejemplo veamos las posiciones de un grupo de este tipo autonombrado “Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques”:

1. El comunismo no es una filosofía o un programa político al que amoldar el pensamiento y la acción de la clase obrera. Es la acción de la clase obrera misma (…) [o, como dice la CCI actual: “el marxismo es sólo una etiqueta”]

2. Defendemos el desarrollo de la autonomía de l@s proletari@s en su lucha (...)

3. Estamos por el internacionalismo revolucionario consecuente, (…) [¡e intransigente!... añadiría la CCI actual]

4. Nos esforzamos por la autoliberación radical e integral de l@s proletari@s.

5. Defendemos la centralidad del proletariado como clase revolucionaria, (…) la centralidad del proletariado como clase revolucionaria significa además que la emancipación de l@s proletari@s depende solamente de sus propios esfuerzos.5

Como se puede ver, no existe ninguna diferencia con los puntos considerados “fundamentales” por la CCI. Por estas generalidades, hace a un lado la CCI su programa político marxista.

También la lista de “divergencias importantes” que la CCI actual dice encontrar con el anarquismo es significativa de su “nueva” política:

Hay en efecto divergencias muy importantes que los separan:

- centralización / federalismo;

- materialismo / idealismo;

- “periodo de transición” o “abolición inmediata del Estado”;

- reconocimiento o denuncia de la revolución de octubre 1917 y del partido bolchevique (CCI, 2010, op cit, 1a parte).

La afirmación de algunas divergencias (por cierto importantes) le permite evitar con cuidado otras cuestiones, como la cuestión sindical, que sólo pueden conducir a una confrontación intransigente con la política práctica de los anarquistas y otros anarcosindicalistas (con quienes fraterniza hoy). Y hace lo mismo respecto a otras dos cuestiones fundamentales que han marcado históricamente el antagonismo entre el marxismo y el anarquismo:

- La necesidad del partido político del proletariado: para el marxismo “la existencia del partido y su actividad constituyen una condición indispensable para la victoria final del proletariado” (Plataforma de la CCI, punto XVI); mientras que para el anarquismo el partido político es el peor mal que puede sufrir la clase obrera. Es decir el comunismo marxista lucha por la construcción del partido, por la organización de la vanguardia del proletariado; mientras que el anarquismo (del cual la CNT-AIT es uno de sus florones) hace todo lo posible por evitar que la clase obrera tenga un partido.

- La cuestión de la dictadura del proletariado que muestra claramente hasta qué punto la CCI actual está abandonando no solamente su propia plataforma política, sino también al marxismo en general.

­Así, esta nueva serie de artículos de la CCI sobre el anarquismo es significativa no solamente por lo que dice, sino también por lo que omite. Es notable que el eje fundamental de la oposición entre marxismo y anarquismo, es decir la dictadura del proletariado, ¡ni siquiera se mencione a lo largo de tres artículos dedicados a exponer “los puntos de acuerdo y divergencia” entre ambas corrientes! La CCI actual ha “olvidado” este concepto fundamental del marxismo revolucionario, históricamente capital y ya verificado en la práctica de nuestra clase (la Comuna de París y sobre todo la Revolución rusa de 1917); concepto que, por lo demás, es claramente planteado y defendido en su propia plataforma; pero ahora prefiere hablar con pudor, puede ser que para no herir los sensibles oídos de los “amigos” anarquistas.

En oposición a este principio fundamental del marxismo, la corriente anarquista predica como su principio fundamental la “abolición inmediata del Estado”, por lo que, consecuentemente, rechaza frontalmente la lucha por el poder político del proletariado, es decir, rechaza y combate la dictadura del proletariado. Esta oposición fundamental, de principios, está clara tanto para comunistas como para anarquistas, y ello desde Marx y Bakunin mismos. Veamos, por ejemplo, como se expresaba la máxima figura del anarquismo -de la cual, hasta la fecha, ningún anarquista consecuente reniega:

Este punto separa fundamentalmente a los colectivistas o socialistas revolucionarios de los comunistas autoritarios, partidarios de la absoluta iniciativa del Estado. La meta de ambos partidos es idéntica (…) Pero los comunistas imaginan que esto puede lograrse mediante el desarrollo y la organización del poder político de las clases trabajadoras, encabezadas por el proletariado de la ciudad (...); mientras los socialistas revolucionarios, enemigos de toda alianza ambigua, creen que este objetivo común no puede lograrse a través de la organización política sino mediante la organización social (y, por tanto, antipolítica) y el poder de las masas trabajadoras de las ciudades y los pueblos (…) De ahí la existencia de dos métodos diferentes. Los comunistas creen que es necesario organizar las fuerzas de los trabajadores para tomar posesión del poder político estatal. Los socialistas revolucionarios las organizan con vistas a destruir, o si preferís una expresión más refinada, a liquidar el Estado. Los comunistas son partidarios del principio y la práctica de la autoridad, mientras los socialistas revolucionarios sólo ponen su fe en la libertad. (…) (M. Bakunin. Socialismo sin Estado: Anarquismo).

En cambio, para el comunismo -y esto desde Marx-, la destrucción del Estado burgués y la instauración de la dictadura del proletariado es, ni más ni menos, el objetivo histórico inmediato de la revolución proletaria. Es lo que le da sentido (totalmente diferente al que le da el anarquismo) a la “autonomía obrera”, al “internacionalismo intransigente” y a todo el combate del proletariado contra el capitalismo; es el punto de partida de la revolución comunista, de la lucha por abolir la explotación asalariada y la división de la sociedad en clases. ¿Será también necesario recordar a los camaradas de la CCI el abc de la teoría de Marx?

Mucho antes que yo, los historiadores burgueses habían descrito el desarrollo histórico de esta lucha de clases, y los economistas burgueses la anatomía económica de las clases. Lo que yo hice de nuevo fue demostrar: 1) que la existencia de las clases está vinculada únicamente a fases particulares, históricas, del desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura sólo constituye la transición a la abolición de todas las clases y a una sociedad sin clases.” (Marx. Carta a Weydemeyer, 5 de marzo de 1852).

(…) la dictadura del proletariado no sólo es por completo legítima, como medio para derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia, sino también absolutamente necesaria para toda la masa trabajadora como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ha llevado a la guerra y está gestando nuevas matanzas. (…) en la sociedad capitalista, cuando la lucha de clases inherente a ella experimenta una agudización más o menos seria, no puede haber nada intermedio, nada que no sea la dictadura de la burguesía o la dictadura del proletariado. Todo sueño en una tercera solución es un reaccionario gimoteo de pequeño burgués. Así lo evidencian tanto la experiencia de más de cien años de desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países adelantados como, particularmente, la experiencia del último lustro. (Lenin, Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado, 1919).

Y, en el mismo sentido, la plataforma de la CCI afirma que:

La toma del poder político por el proletariado a escala mundial, condición preliminar y primera etapa de la transformación revolucionaria de la sociedad capitalista, significa, por encima de todo, la destrucción total del Estado capitalista (…) Palanca de la transformación económica de la sociedad, la dictadura del proletariado, o sea, el ejercicio exclusivo por éste del poder político tendrá por tarea expropiar a la clase explotadora socializando sus medios de producción (…) Apoyado en su poder político el proletariado deberá atacar la economía política burguesa llevando una política económica dirigida a la abolición del trabajo asalariado y de la producción mercantil en el sentido de la plena satisfacción de las necesidades humanas. (CCI, Plataforma política, XV: La dictadura del proletariado).

Es esta oposición fundamental (y no simple “divergencia”) entre marxismo y anarquismo la que, a sabiendas, elude la CCI actual. De aquí que, a fin de cuentas, todos los supuestos “acuerdos fundamentales” que declara en la serie de artículos significan pura charlatanería, una cortina de humo, para esconder el importante hecho de que la actual CCI fraterniza con el anarquismo a partir del abandono de su propia plataforma de principios políticos y del marxismo en general. ¿No es esto la expresión más pura del oportunismo político?. Desafortunadamente, esta oposición fundamental no es meramente “teórica”: la historia ha zanjado ya y permite ver a dónde conduce el combate cuando se basa en uno u otro de estos principios: En el primer caso a Rusia 1917; en el segundo a España 1936. El primero, al triunfo de la revolución proletaria; el segundo, a la derrota sangrienta del proletariado y su enrolamiento detrás de una fracción de la burguesía. Como dice Lenin: no puede haber nada intermedio.

Camaradas de la CCI: ¿Aún recuerdan la divisa de Internationalisme, del cual la CCI es el heredero político?: ¡Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario! ¿Será necesario recordarles el primer punto de nuestra plataforma política sobre la teoría de la revolución comunista?

El marxismo es la adquisición teórica fundamental de la lucha proletaria. Sólo basándose en él el conjunto de experiencias del proletariado se pueden integrar en un todo coherente. Al explicar la marcha de la historia por el desarrollo de la lucha de clases, es decir, de la lucha basada en la defensa de intereses económicos en un cuadro dado de desarrollo de las fuerzas productivas y al reconocer al proletariado como la única clase agente de la revolución que abolirá el capitalismo, el marxismo es la única concepción del mundo que se sitúa en el punto de vista de esta clase. Lejos de constituir una concepción abstracta sobre el mundo es ante todo y sobre todo un arma de combate del proletariado. Al estar basado en la primera y única clase cuya emancipación lleva necesariamente consigo la emancipación de toda la humanidad y cuya dominación sobre la sociedad no implica ninguna forma de explotación sino la abolición de toda explotación, el marxismo es el único sistema capaz de comprender la realidad social de manera objetiva y científica, sin prejuicios ni mistificaciones de ninguna clase. En consecuencia, al no ser un sistema ni un cuerpo de ideas y conceptos cerrado sino al contrario una teoría en elaboración constante en directa y viva relación con la lucha de clases y al haberse beneficiado de las expresiones teóricas de la acción de las clases que le han precedido; el marxismo constituye, desde el momento en que sus bases fueron establecidas, la única base a partir de la cual la teoría revolucionaria puede desarrollarse.

Camaradas de la CCI, preguntamos y demandamos una respuesta clara: ¿Es o no el marxismo la adquisición teórica fundamental de la lucha proletaria; es o no el marxismo la única concepción del mundo que se coloca realmente desde el punto de vista del proletariado; es o no el marxismo un indispensable arma de combate de la clase obrera; es o no el marxismo el único marco a partir del cual puede desarrollarse la teoría revolucionaria? O bien... “¿hay que ir más allá de la etiqueta de marxista o anarquista?”.

Preguntamos y demandamos una respuesta clara: ¿Hay en el interior de la CCI actual un sólo militante que aún defienda al marxismo y se oponga a la ideología anarquista y anarcosindicalista? ¡Entonces que se levante y combata, antes de que el revisionismo termine por ahogar definitivamente a la CCI, antes de volverse cómplice de la liquidación de la CCI en tanto que organización de la Izquierda comunista, en tanto que organización marxista, en tanto que organización del proletariado!

Octubre 2010.

De último minuto: a finales de este octubre de 2010, parece que el proceso de “liquidación interna” de la CCI está conociendo una fuerte aceleración. Luego de haber abierto políticamente la puerta del campo proletario al anarquismo, ahora la CCI le abre llanamente las columnas de su prensa: 2 artículos de la CNT (“¿Cómo luchar? Por una resistencia popular autónoma” y “¿Qué es una asamblea general?”) de fuerte tonalidad “libertaria” han sido colocados en su sitio web; y al parecer es sólo el principio.

Como militantes excluidos (por la fuerza) de la CCI, tenemos el derecho de preguntarnos si todos los miembros de esta organización -que, en principio, es aún marxista- fueron “previamente informados”, si tuvieron la posibilidad de debatir y decidir colectivamente acerca de esta increíble iniciativa, o si simplemente fueron puestos ante el hecho cumplido. De cualquier modo hasta dónde dejarán seguir el derrape de la CCI? ¿Hasta que muera para el proletariado?

Octubre 2010.

La Fracción de la Izquierda comunista internacional


Centrismo y anarquismo, al unirse a la socialdemocracia, han alcanzado, en España, el término de su evolución, como fue el caso en 1914 durante la guerra que redujo a la Segunda internacional a un estado de cadáver. (Bilan 41, 1937, Plomo, metralla, prisión...).

Dirigido en apariencia contra un principio del socialismo científico -el principio político de la dictadura del proletariado- la crítica anarquista lo es en realidad contra toda la nueva concepción defendida desde su nacimiento por el socialismo, y que es la concepción materialista de la historia (Programme communiste, Balance de una revolución, cap. La lección anarquista).

1. Boletín 1: Carta al Grupo socialista libertario. Boletín 2: La CCI y su nueva política de fraternización con el anarquismo.

2. Reproducido en el foro del sitio de la CNT-AIT de Caen :

http://cnt.ait.caen.free.fr/forum/viewtopic.php?f=8&t=4564&start=20

3. Gauche communiste et anarchisme internationaliste : ce que nous avons en commun ; Gauche communiste et anarchisme internationaliste (2eme partie) : Sur nos difficultés à débattre et les moyens de les dépasser ; Gauche communiste et anarchisme internationaliste (3) : quel état d’esprit doit animer le débat ?. Se pueden consultar en la prensa de la CCI, así como en su sitio web, en varios idiomas (world.internationalism.org).

4.http://es.internationalism.org/libros/1936/intro/2_BILAN

5. Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques. El texto completo puede consultarse en http://cai.xtreemhost.com/orientacion.htm ; en el sitio de este “círculo” se encuentra también una sección de ligas a páginas de grupos y personas afines o cercanas, entre las que encontramos al GSL de México, uno de los grupos anarquistas con los que colabora actualmente la CCI.


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