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Como lo señalamos en el editorial de este boletín, hay dos dimensiones de la situación histórica actual que intervienen en el desarrollo y el establecimiento de la relación de fuerzas entre las clases: el desarrollo de luchas masivas en respuesta a la crisis; y la capacidad del campo proletario, de los grupos políticos comunistas, de estar a la altura de su tarea frente al desarrollo de esta situación, tanto desde el punto de vista inmediato -la intervención ante la clase obrera- como desde el punto de vista histórico -el reagrupamiento de sus fuerzas y la constitución del partido mundial del proletariado. No dudamos que son numerosos quienes dudan, o niegan, que el estado del campo proletario en la actualidad pueda intervenir ya en la relación de fuerzas entre las clases. Es verdad que en lo esencial la debilidad de las fuerzas comunistas no permite aún a éstas ser un factor determinante en la dinámica que conduce a las confrontaciones masivas -lo que no quiere decir que no puedan jugar este papel, incluso hoy, en ciertas situaciones particulares.
Sin embargo el desarrollo de las luchas obreras no puede dejar de favorecer la emergencia de nuevas generaciones de obreros y de militantes en búsqueda de coherencia revolucionaria y su reagrupamiento, al menos en términos de escucha, de referencia, de reflexión, de clarificación teórica y política, incluso de orientaciones concretas y de consignas inmediatas, alrededor de los grupos de la Izquierda comunista. Que minorías significativas se agrupen alrededor del campo proletario y se pronuncien sobre las perspectivas históricas del comunismo es un reto de la situación, un elemento de la relación de fuerzas entre las clases. Que las posiciones comunistas estén presentes, es decir se presente y defiendan de la manera más amplia y unida posible formando constituye un elemento de la situación, un elemento fundamental, en favor del proletariado, de la relación de fuerzas en la lucha de clases.
Pero hace falta que este campo proletario esté a la altura de su tarea, que esté en condiciones de cristalizar sus energías revolucionarias alrededor de posiciones políticas comunistas marxistas, de posiciones de clase del proletariado.
Desafortunadamente, el estado del campo proletario actualmente no le permite estar a la altura de su reto histórico. El PCI (Le Prolétaire), hasta hoy, está muy debilitado y prisionero de sus posiciones de base (véase sus comentarios críticos a la plataforma de los CI-Klasbatalo) marcadas por el dogmatismo y el sectarismo. La TCI (exBIPR) sigue aún, según nosotros, muy tímido, muy pusilánime, incapaz de medir plenamente su responsabilidad y de asumir el lugar central que la historia le ha asignado hasta el día de hoy, en el proceso que debe llevar al reagrupamiento, a la clarificación política y a la constitución del partido. En cuanto a la CCI... ¡se ha vuelto el caballo de Troya que permite a posiciones políticas, por lo menos no proletarias (las del anarquismo), infiltrarse en el interior del campo comunista!
Es por ello que mantenemos que la lucha contra el oportunismo (que golpea actualmente más particularmente a esta organización) representa una prioridad para las fuerzas comunistas. Defender la teoría del proletariado, el marxismo, contra sus parodias y contra la revisión o traición, defender la tradición de la Izquierda comunista actualmente directamente atacada, no es sólo la responsabilidad de los militantes y simpatizantes de la CCI, sino también la de todos los componentes del campo proletario. Mañana, el oportunismo volverá a golpear bajo una forma u otra y la experiencia del combate teórico-político que llevamos a cabo servirá de nuevo como los combates pasados de Marx, Lenin, Rosa Luxemburg, y de las fracciones de izquierda de la IC nos sirven ahora. Si bien la deriva oportunista de la CCI es un factor negativo para el establecimiento de la relación de fuerzas entre las clases, estamos convencido que el combate contra ésta será un elemento, un factor activo, de esta relación de fuerzas en favor del proletariado.
Así que volvemos aquí, como es habitual para nosotros, sobre el último congreso de la sección en Francia de la CCI y sobre el balance que esta organización ha hecho en su prensa. Y sobre todo, ante la increíble apertura hacia el anarquismo que se está imponiendo, visiblemente sin ningún debate real en su interior, publicamos una carta abierta a los militantes de esta organización para incitarlos a salir de su letargia, a reaccionar ante esta deriva acelerada y, al menos, a mantenerse fieles a la plataforma política que compartimos.
También publicamos el correo que hemos enviado a la CWO (grupo británico de la Tendencia Comunista Internacionalista) llamándole a intervenir respecto a este proceso de degeneración acelerada que sufre la CCI.
La FICI.1
1. En la presente edición en español del Boletín solamente hemos podido publicar la carta abierta a los militantes de la CCI.
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