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MISERIA + BARBARIE = CAPITALISMO

Actualmente, por todo el mundo, el capitalismo en crisis multiplica los planes de "gestión económica" que se traducen en cierres de fábricas, medidas de despidos masivos, reducciones de salarios para los que conservan su empleo y ataques insoportables sobre las jubilaciones, es decir en más miseria para el proletariado; esto sin hablar de las dos terceras partes de la humanidad que este sistema deja morir de hambre.

Actualmente, por aquí y por allá en el mundo, este mismo capitalismo extiende la barbarie bajo todas las formas posibles e imaginables: multiplicación de guerras y focos de tensiones, propagación de actos de terrorismo salvajes y masivos -sin olvidar las catástrofes llamadas "ecológicas" cada vez más numerosas- que ocasionan, cada día, miles de muertos y mutilados.

La clase dominante, apoyada por los medios de difusión a su servicio, se desvela justificando todas sus políticas antiobreras mediante las supuestas "necesidades imperativas" de una "mundialización" ideológicamente fabricada, al mismo tiempo que busca eximirse de las atrocidades cotidianas que engendra su sistema ofreciéndonos algunos chivos expiatorios locales y de poca monta o incriminando a la fatalidad y la "mala suerte".

¡TODO LO QUE LA BURGUESÍA NOS CUENTA SON SOLAMENTE MENTIRAS O UNA DEFORMACIÓN DE LA REALIDAD!

Lo que busca con ello, es defender lo mejor posible sus sórdidos intereses mediante una explotación acrecentada del proletariado y mediante la multiplicación de las masacres de seres humanos, si lo requiere y en la medida en que lo requiere.

Hace ya casi un siglo, la gran revolucionaria Rosa Luxemburg ponía en evidencia claramente esta realidad del sistema capitalista y de la clase dominante, cuando decía, dirigiéndose a los obreros de esa época:

"Los negocios fructifican sobre las ruinas. Las ciudades se transforman en montones de escombros, los pueblos en cementerios, regiones enteras en desiertos, poblaciones enteras en mendigos, las iglesias en caballerizas. (...)

Manchada, deshonrada, chapoteando en la sangre, cubierta de suciedad; así se presenta la sociedad burguesa, así es. No es cuando, relamida y honesta, se da la apariencia de la cultura y la filosofía, de la moral y el orden, de la paz y el derecho, sino cuando semeja a una bestia salvaje, cuando danza el aquelarre de la anarquía, cuando difunde la peste sobre la civilización y la humanidad, que se muestra en su desnudez, tal como verdaderamente es."

¡ES ESTA MISMA REALIDAD DEL CAPITALISMO LA QUE
LA CLASE OBRERA ACTUAL DEBE OBSERVAR DE FRENTE!

EL CAPITALISMO GENERA LA MISERIA

La realidad es que el capitalismo, contrariamente a lo que se nos quiere hacer creer, es un sistema que históricamente se encuentra al final del camino, es un sistema decadente, en quiebra, que, desde hace casi cuarenta años, vive un periodo de crisis económica abierta marcado por sobresaltos violentos, con consecuencias terribles para la clase obrera. Tan sólo en los últimos veinte años, tuvo el crack de 1987 en los mercados de acciones, después en 1990 el de las cajas de ahorro estadounidenses (Savings and Loans), en 1994 el del mercado de obligaciones de EUA, en 1997 y 1998 las crisis financieras que golpearon a países como Tailandia, Corea y Hongkong y enseguida a Rusia y Brasil, y, en fin, tuvo la explosión de la burbuja llamada de "internet" en 2001-2003. Desde hace algunos meses, se asiste a una nueva y aterradora sacudida, la cual se manifiesta en el plano financiero con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la quiebra en cascada de numerosos e importantes bancos de préstamos hipotecarios, con espantosas repercusiones económicas y sociales -y, según un eminente representante de la burguesía, "lo peor de la crisis financeria está todavía por venir". Actualmente, esta sacudida viene acompañada de una activación de la guerra comercial a la que se libran especialmente las grandes potencias capitalistas, la que se manifiesta, entre otros aspectos, en la rivalidad entre el dólar y el euro y en el ascenso del precio del petróleo. La clase dominante busca minimizar todo esto, pero a la vez lo hace pagar duramente al proletariado.

EL CAPITALISMO ES AÚN MÁS BARBARIE

La realidad es que el capitalismo es sobre todo el sistema más bárbaro que la humanidad ha conocido jamás. Desde hace un siglo, ha multiplicado los conflictos en el planeta, llegando a hacer sufrir dos guerras mundiales a la humanidad. Y desde el final de la segunda conflagración, contrariamente a la falsa imagen pacífica que trata de dar la burguesía de su sistema, ninguna generación de proletarios ha conocido al mundo capitalista sin enfrentamientos guerreros aquí o allá.

En este mismo momento, Afganistán, Irak, el cuerno de África (Etiopía, Somalia, Sudán, Darfour) y otros puntos del planeta -que los medios de difusión menosprecian- se hallan a sangre y fuego; angustiantes ruidos de botas se escuchan en la frontera entre Turquía e Irak (cien mil soldados turcos se alistan), alrededor de Irán, en lo que fue Yugoslavia alrededor de Kosovo y en varios países del Cáucaso; sin olvidar los numerosos focos de tensiones, momentáneamente enfriados, que solamente esperan el momento para volverse a encender (Medio Oriente).

Y en todas las tensiones guerreras, se encuentran las grandes potencias capitalistas (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China...) ya sea en el escenario, adornadas con una hipócrita bandera de "fuerzas de paz", o tras bastidores, jalando los hilos y abasteciendo la maquinaria de muerte (desde 2006, la carrera armamentista ha batido los récords que habían sido alcanzados durante la "guerra fría"). Una cosa es segura: los "grandes" son los principales responsables de las masacres y destrucciones que arrasan al mundo.

En este mundo dominado por el capital, son también los principales responsables de las futuras tempestades que amenazan. Debido a las profundas rivalidades que les oponen, y que se consolidan cada vez más abiertamente, y sobre todo debido a la lógica del capitalismo actual golpeado por una crisis mortal, son enfrentamientos mayores lo que preparan (nótese la multiplicación de negociaciones y otros encuentros oficiales o secretos -en los que se hacen las transacciones más abyectas y se expresan presiones de toda naturaleza- con miras a formar alianzas y, a plazo, bloques imperialistas); es una nueva guerra mundial lo que quieren imponer a la humanidad.

EL PROLETARIADO TIENE LA SOLUCIÓN EN SUS MANOS

Contra las políticas antiobreras que se abaten por todas partes y se agravan sin cesar debido a la crisis económica, el proletariado no deja de responder.

Para solamente tomar algunos ejemplos de los últimos meses, citemos, entre otros, el gran movimiento social que, hasta la primavera, abarcó a Oaxaca (México), y que amenazaba con extenderse a otras partes del país; citemos, a finales del verano, la huelga ilegal de 27,000 obreros textiles en Egipto por aumentos salariales (40% obtenido), la de los 73,000 obreros de la General Motors en los Estados Unidos por salarios, seguridad social y pensiones; citemos también los duros combates llevados a cabo por los mineros del cobre en Chile (38 días de huelgas este verano) y por los del carbón en Perú, por salarios; citemos, en fin, en julio pasado, los obreros de autobuses en Irán, en huelga por salarios y mejores condiciones de trabajo.

Asimismo, el proletariado europeo no deja de responder, especialmente -aunque no solamente- en el sector de transportes: en Alemania, repetidas huelgas de ferrocarrileros a pesar de que han sido declaradas "ilegales" y "prohibidas" por los tribunales; en Francia, huelgas de los ferrocarrileros y en los transportes públicos (RATP) por las pensiones, y en Air France por salarios...

Es así cómo, con una gran determinación -y frecuentemente con una inmensa valentía- se expresa, un poco por todas partes, el descontento y la cólera obreras. Estas luchas significan claramente que la clase obrera no está dispuesta a aceptar los sacrificios cada vez más duros que los capitalistas y su Estado buscan imponerles.

Estas luchas son legítimas ¿pero son suficientes para hacer retroceder a los explotadores?

Para que su combate sea eficaz, la clase obrera debe ante todo imponer una relación de fuerzas a la burguesía; y, para ello, le es necesario multiplicar sus luchas, extenderlas mediante delegaciones masivas a otras fábricas, empresas y sectores, y hacer todo lo posible por unificarlas.

Emprender todo esto exige que los obreros tomen en sus manos el control de las luchas, mediante asambleas generales soberanas y comités de huelga elegidos y revocables en todo momento, y que no se sometan ya a los sindicatos, los cuales no son ya, desde hace mucho tiempo, organismos de defensa de los intereses obreros, ¡sino todo lo contrario!

Tal es el camino que el proletariado debe tomar necesariamente para defender hoy eficazmente sus intereses inmediatos y rechazar los ataques repetidos del capital. Pero es también el camino que le permitirá mañana -mediante el desarrollo de su combate y porque es la clase revolucionaria- "lanzarse al asalto del cielo" y echar abajo a este sistema, el cual, si no es derribado, solamente puede conducir a la humanidad a una nueva -y seguramente la última- guerra mundial.

DESARROLLEMOS Y UNIFIQUEMOS NUESTRAS LUCHAS
CONTRA EL CAPITALISMO, CONTRA SU LÓGICA DE MISERIA Y MUERTE

Noviembre 2007

FRACCIÓN INTERNA DE LA CCI (México, Francia)
y COMUNISTAS INTERNACIONALISTAS DE MONTREAL (Canadá)


Boletín Comunista 42 - FICCI