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Extractos de la
"TOMA DE POSICIÓN SOBRE EL INFORME DE ACTIVIDADES ADOPTADO POR EL BI PLENARIO EXTRAORDINARIO DE SEPTIEMBRE DE 2001"

Respecto al problema de la "Comisión de investigación", no nos parece inútil publicar nuevamente aquí, como recordatorio, y anexo a nuestro texto "17º Congreso de la 'nueva' CCI: una confirmación de la degeneración", extractos de la "Toma de posición sobre el informe de actividades adoptado por el BI plenario extraordinario de septiembre de 2001", que fue presentado por miembros de nuestra fracción antes de su exclusión de la CCI y que publicamos en nuestro Boletín Nº 1.

No solamente podemos decir que, desde entonces y con justeza, no hemos cambiado de opinión al respecto, porque nuestra posición la hemos heredado de la experiencia del movimiento obrero y de "sus páginas más gloriosas", sin olvidar las más modestas de nuestra organización, sino también porque, desafortunadamente, una realidad más reciente -el 17º congreso de la "nueva" CCI y sus decisiones- nos ha dado plenamente la razón, especialmente cuando previmos en 2001: "Y por tanto la conclusión lógica de todo este galimatías, es la adopción por el BI actual de una demanda de cambio en los Estatutos para 'institucionalizar' la CI [Comisión de Investigación]. Es decir, volverla permanente, autónoma, independiente, inatacable, intocable y no criticable. ¿Es necesario subrayar la deriva particularmente grave que está siendo 'teorizada' y formalizada? Ésta muestra una actitud y una visión de desconfianza permanente en el interior de la organización. Muestra, por lo menos, un espíritu de 'fortaleza asediada' permanente y un desliz sectario y, en el peor de los casos, una degeneración de tipo stalinista".


(...) Rechazamos completamente la propuesta de una CI [Comisión de Investigación] permanente e independiente y los argumentos que se dan en ésta. Nuestra crítica se basa en la contribución del camarada Olivier aparecida en el BII 286 sobre "La cuestión de las comisiones de investigación..."1 Ésta muestra que hay por lo menos una gran confusión en el informe entre los diferentes tipos de comisiones. Y sobre todo muestra que la institucionalización, permanencia e independencia de tales comisiones se plantea sobre todo en periodos de degeneración de las organizaciones (particularmente en los años 20).

(...) Pero sobre todo queremos denunciar la argumentación y la visión que apoya la propuesta de CI permanente. Seremos breves y nos contentaremos con plantear las cuestiones sobre las que hay que reflexionar -por lo menos- que nos parecen particularmente falsas y peligrosas.

1) Las tareas de una CI "corresponden a las necesidades de la organización para defender su unidad, especialmente cuando la confianza en el interior de la organización está en peligro. Deben volverse activas cuando una cuestión requiere de ser clarificada cuando hay el peligro de parcialidad, de subjetivismo (...); la CI es un medio para restablecer esta confianza (...), para detectar estas ideologías y comportamientos extraños".

La parcialidad y el subjetivismo son problemas de una gran banalidad, a los cuales se confronta toda organización de manera casi permanente y sin que ello obstaculice gravemente su actividad. Son problemas que una organización digna de ese nombre trata y resuelve sin cesar en el marco colectivo y mediante el debate más amplio. Ésta dispone ya de las mejores armas para ello. Tratar estos problemas en el marco de una comisión especial, totalmente cerrada y que no tiene que referirse a la organización, significa no solamente no tratarlos de la mejor manera sino que, además, significa correr el riesgo de tratarlos de manera "parcial" y "subjetiva".

Respecto a las "ideologías y comportamientos extraños", así como para la cuestión de la confianza que es totalmente antagónica a las primeras, este principio es aún más cierto. Son en efecto cuestiones políticas por completo que, como la experiencia del movimiento revolucionario lo ha mostrado ampliamente, especialmente con la de la Izquierda italiana y sobre todo la que hemos vivido en la CCI, no hay más que un solo marco para ser tratadas y resueltas: el del colectivo, de la discusión más amplia, que conduzca a la convicción más extensa, como primera de las condiciones para restaurar la confianza y no mediante una comisión particular. Plantear en sí los peligros de parcialidad y subjetivismo no tiene ningún significado más que el de embrollarnos (¿pues quién juzga tal parcialidad?). Deja entender que existiría una imparcialidad y un objetivismo en sí, absoluto. Y es lo mismo en relación a las ideologías extrañas: es también mediante el debate y la discusión más amplia que las "ideologías pequeñoburguesas" son expuestas, discutidas y combatidas. La visión del informe no tiene nada que ver con el método del marxismo y la CCI.

2) "Una comisión de investigación solamente puede cumplir sus tareas si goza de una independencia total (...) La CI debe ser capaz de establecer su informe independientemente de cualquier influencia de una parte de la organización -en particular independiente de la influencia de sus órganos centrales."

He aquí una posición que da la espalda a toda la visión de la CCI y a toda la experiencia del movimiento obrero.

¡Abramos los ojos! ¿Qué se nos dice en realidad? Que ya no se debe tener confianza en la organización ni en sus capacidades para tratar todos los problemas que le conciernen mediante la reflexión más amplia y colectiva, ni en los OC [órganos centrales] que ha mandatado, por los cuales se ha votado y que podemos controlar regularmente. Incluso se llama a desconfiar de estos últimos.

¿Qué se nos propone en realidad? Una comisión independiente... de la organización. Una comisión que "establece su informe", es decir que define cuáles son las fuerzas y debilidades de la organización y que decide la política que hay que llevar a cabo; y esto "independientemente de cualquier influencia -en particular independiente de la influencia [¿nefasta?] de esos OC". Se nos propone, pues, un superOC, que pasa por encima de la opinión de la organización y que vuelve a los OC debidamente electos y mandatados algo totalmente caduco. ¿No recuerda esto a algo en la historia del movimiento obrero, y no precisamente de sus páginas más gloriosas?

Además, se nos quiere hacer creer que se puede decretar "la independencia" en sí de tal comisión -sin duda se va a proponer meter en los estatutos también la "independencia", luego de la "imparcialidad" y la "objetividad". Se trata de una visión abstracta y no marxista. En la realidad de la lucha de clases incluida las luchas de partido, no hay ninguna garantía de "independencia" sino, por el contrario, hay condiciones para que tal comisión, cuando es necesaria, tenga un mandato de la organización y pueda dar cuenta ante la organización. En particular, tal comisión no puede abstraerse de los hechos reales (hechos y orientaciones de la organización), de su continuidad y del proceso, es decir, de su historia real. Contrariamente a lo que se intentan hacernos avalar, no puede ser "independiente". Cierto, el informe precisa que da su mandato al congreso (es decir, cada dos años). Sin volver a la historia del movimiento obreros, los años 1920 en particular (véase el texto del camarada Olivier, BII 286), tomemos nuestro ejemplo concreto.

El ejemplo mismo de la CI actual invalida totalmente la visión abstracta y formalista dada por el informe. ¿Ha devuelto su mandato al congreso? ¿O bien al BI durante el congreso? No, absolutamente. Ha demandado al BI otorgarle confianza sobre la afirmación de la existencia de un clan pav-bis sin dar elementos concretos ni reales. Ha demandado al congreso otorgarle confianza dándole aún menos elementos. Ha demandado también luego del congreso, a toda la organización, no discutir su tesis de un clan pav mientras que este análisis cuestionaba toda la orientación dada por el 14º congreso y los congresos anteriores. En efecto: esta CI ha sido independiente del SI, del BI, del congreso y de toda la organización. En cambio, ha sido estrechamente dependiente de la influencia del trío Peter-Louise-Bruno, una tendencia realmente secreta que actuaba esencialmente fuera de cualquier marco formal de la organización. La CI ha retomado la tesis -mucho tiempo insinuada en los corredores, pero nunca defendida abiertamente en la organización, salvo después del congreso- del clan, sin que fuera discutida en la organización.

3) "Éstas [las CI] son llamadas a volverse el blanco de los ataques de quienes están bajo investigación o de aquéllos cuyo subjetivismo (¿estaremos soñando, estaremos en una secta psicológica?) les vuelve oponentes-enemigos de la CI (...) Seamos realistas: debemos esperar que el 'elemento' investigado se defienda y ataque a la CI (...) Es, pues, una experiencia común que los 'investigados' lancen los peores insultos y denigramientos contra los 'investigadores'".

¿Hay necesidad de comentar este pasaje? Si no fuera tan dramático para la CCI, sería risible y cómico. Es kafkiano. O bien el "sospechoso" no se defiende y por tanto sólo quedan las acusaciones contra él, o bien se defiende y ¡ello también es prueba de su culpabilidad! Esto es lo que ha sido adoptado por el BI sin ninguna discusión. Esperamos con impaciencia la publicación hacia el exterior de este tipo de trabajos...

La conclusión lógica, mecánica de todo esto: "es por ello que la organización debe brindar confianza tanto al método utilizado por la comisión como en las capacidades de sus miembros ["This is why the organization must have trust in the method used by the commission and the skills of its members"]. Según el informe, por definición, toda CI es inatacable, no criticable. Y además, este principio absoluta estará inscrito en los Estatutos. Pues, no: para el movimiento obrero y para la CCI, la confianza no es una confianza ciega, por principio, sino una confianza que se verifica permanentemente. Tal es la tradición del movimiento obrero, la que la CCI se reivindica.

4) Finalmente, una CI "debe también trabajar con hechos empíricos, más allá del establecimiento y la colecta de estos hechos, debe formular una tesis política, una posición política, una conclusión política, y debe presentar un análisis (...), ofrecer un análisis político."

Lástima, pero no corresponde a una CI como tarea particular dar, "ofrecer" un análisis (si bien sus trabajos pueden participar en una confirmación, incluso una elaboración, de un análisis). Corresponde a toda la organización, y a sus órganos responsables y mandatados -es decir, no autónomos, ni independientes, y menos aún intocables- dotarse de un análisis, de "ofrecerse" un análisis.

Aquí también, se justifica a la CI actual. La organización había trazado balances y se había dado una orientación como consecuencia. Corresponde, pues, a la organización, volver eventualmente de manera crítica sobre estos balances y orientaciones. Y debe hacerlo metódicamente, es decir, refiriéndose a los informes y resoluciones ya adoptados. En el caso presente, hemos visto a una CI que partió de una hipótesis contraria a los balances y orientaciones de la organización -la existencia de un clan pav- de la que no dio -y con razón- ninguna prueba. Después, ha solicitado la confianza sobre esta hipótesis, confianza ciega ya que no podía proporcionar elementos concretos -porque "había que tener paciencia". Luego, ha deformado e "interpretado" -por lo menos- la historia real y los hechos reales para probar su hipótesis inicial. Hipótesis que se ha vuelto la tesis final, inatacable, y en la que toda crítica aparece como una ... prueba complementaria de la validez de la tesis del clan pav-bis. Lo cual no puede ser más lógico, ya que hay que esperar que los "sospechosos" de clanismo se defiendan (¡Que es lo que tenía que demostrar!).

Y por tanto la conclusión lógica de todo este galimatías, es la adopción por el BI actual de una demanda de cambio en los Estatutos para 'institucionalizar' la CI. Es decir, volverla permanente, autónoma, independiente, inatacable, intocable y no criticable. ¿Es necesario subrayar la deriva particularmente grave que está siendo 'teorizada' y formalizada? Ésta muestra una actitud y una visión de desconfianza permanente en el interior de la organización. Muestra, por lo menos, un espíritu de 'fortaleza asediada' permanente y un desliz sectario y, en el peor de los casos, una degeneración de tipo stalinista.

Contrariamente a lo que nos dice el informe, la CI permanente tal como se nos presenta es un medio no para restaurar la confianza, sino para liquidarla, para impedir cualquier expresión o desarrollo. La CI permanente que nos propone el BI actual es la instauración de la desconfianza permanente en el interior de la organización y entre los camaradas. El informe de actividades adoptado traiciona los principios organizativos de la CCI, rechaza la experiencia misma del movimiento obrero y sus adquisiciones, e introduce prácticas de funcionamiento y una visión de la organización que no son las de la CCI, que no son las que MC nos legó.

La Fracción.


Notas:

1 La cuestión de las comisiones de investigación o comisiones de conflictos en la historia del movimiento obrero. BII 286.

Boletín Comunista 41 - FICCI