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Publicamos a continuación dos documentos de correspondencia recibidos por la Fracción. El primero es la copia de una carta enviado por los CIM al grupo del BIPR en Canadá, el GIO. 1 El segundo es un extracto de una carta enviada por un contacto de Grecia.
Nuestra fracción mantiene relaciones políticas fraternales con los dos grupos de Canadá y no buscamos ponernos como “jueces de paz” en los desacuerdos que existen entre ambos.
Si decidimos publicar este documento es porque nos parece que la actitud de los CIM es positiva en la medida en que pone en primer plano de sus preocupaciones la necesidad del debate, de la confrontación de puntos de vista y análisis en un marco fraternal. Es esta preocupación de reagrupamiento de las débiles fuerzas comunistas lo que queremos saludar.
No es necesario mencionar que estamos dispuestos a publicar la respuesta de los camaradas del GIO si así lo desean.
El camarada de Grecia es un joven simpatizante con quien mantenemos correspondencia desde hace algunos meses. Fieles a la tradición de nuestra organización, la CCI, inmediatamente hemos impulsado a este camarada a informarse sobre las posiciones de los grupos políticos que defienden las posiciones de la Izquierda Comunista, a saberle PCI (Le Prolétaire), el BIPR y, evidentemente, la CCI. Es lo que ha hecho B y tenemos que saludar la gran madurez política de este camarada.
Al considerar, como nosotros mismos, que el BIPR es actualmente el único polo de reagrupamiento de las fuerzas de la Izquierda comunista, el camarada B ha emprendido un proceso de acercamiento con este grupo, al mismo tiempo que menciona su deseo de continuar la correspondencia con nuestra fracción. He aquí una bella demostración de la comprensión, por parte de este camarada, de lo que es el campo proletario, de lo que es una actitud de clarificación política.
Confiamos en las capacidades políticas de este camarada y tenemos la firme intención de participar en su evolución hacia un compromiso militante concreto en el interior de nuestra clase.
Más allá de las situaciones particulares, queremos subrayar y apoyar las dos actitudes –cuyas “dinámicas” aparentes podrían parecer contradictorias, si uno se queda en la superficie de las cosas: los camaradas del CIM acaban de alejarse del BIPR; el camarada B. se está cercando a esta organización- que se inscriben en la misma dinámica de fondo y participan, ambas, en el proceso que conduce al reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias. El camarada B ha tomado contacto con nuestra fracción hace algunos meses y, desde entonces, ha evolucionado hacia las posiciones del BIPR. Los camaradas de Canadá efectúan el camino "inverso", por decirlo así: de las posiciones del BIPR en un primer tiempo, han evolucionado luego hacia las posiciones de la CCI de origen mantenidas y defendidas por nuestra fracción. En ninguno de los dos casos los camaradas rechazan la corriente con la cual han desarrollado ciertos desacuerdos, sino que, por el contrario, afirman la necesidad de mantener los vínculos, y sobre todo de continuar el debate y la confrontación de las posiciones políticas. Es decir, reconocen que la corriente y posiciones de la cual se han "alejado" pertenecen al mismo campo de clase, y que deben ser debatidas y criticadas como tales. Y que este proceso de confrontación de posiciones es indispensable, que ello es un momento necesario del proceso de reagrupamiento que conduce al partido mundial de mañana.
Saludamos y animamos esta postura, que se inscribe plenamente en el proceso de discusión y confrontación de las posiciones políticas que hemos desarrollado con el BIPR estos últimos años; desde la constitución de nuestra fracción. Único polo de reagrupamiento que subsiste realmente en la actualidad; solamente “alrededor” del BIPR, por su filiación histórica, por su marco organizativo y, por supuesto, por sus posiciones políticas, es que puede desarrollarse esta dinámica de confrontación y reagrupamiento político. Lejos de los "bluffs" y los reagrupamientos formales, -es decir, de acercamientos sin confrontación de posiciones políticas y, por tanto, sin clarificación de éstas, que no pueden sino estallar y desaparecer al primer ventarrón serio provocado por la situación histórica- es el único método serio que puede despejar seria y sólidamente la vía hacia el futuro partido comunista mundial del proletariado.
Saludos camaradas,
Hemos pensado enviarles nuestras posiciones de base. Como lo constatarán, son muy parecidas a las de ustedes. De hecho, el GIO y los Comunistas Internacionalistas (de Montreal) son dos grupos del campo proletario que evolucionan en el mismo territorio. Las tensiones que existen entre nuestros dos grupos desde los sucesos de la primavera de 2006 no sirven para nada a la clase que es la nuestra, por el contrario.
Camaradas, las fuerzas salidas de nuestra corriente son numéricamente débiles. Así que, el presente envío constituye una propuesta de colaboración –o de apoyo- recíproco. Les proponemos eventualmente, por ejemplo, ayudarles a la difusión de algunos de sus textos o a organizar actos en común. Poco importa la forma de esta colaboración por el instante; deseamos simplemente hacerles conocer nuestra voluntad de hacer progresar las fuerzas de nuestro campo.
También, como lo constatarán ustedes, enviamos una copia de este envío a la Fracción Interna de la CCI, con la mantenemos intercambios constructivos desde hace algún tiempo, esto simplemente para hacerle conocer los acercamientos que intentamos hacer con otros grupos de la Izquierda Comunista.
Que estén bien todos ustedes.
A., por otros comunistas internacionalistas, Montreal (septiembre de 2007).
Es importante mencionar que las posiciones políticas adoptadas por los comunistas internacionalistas de Montreal, representan solamente una base sumaria, con miras a discusiones más profundas, con el objetivo, entre otros, de dotarnos de una plataforma organizativa. En realidad, si bien intentan tener la mayor precisión posible, estas bases siguen abiertas a modificaciones. Por otra parte, las grandes líneas se han trazado ya y forman, en general, el verdadero cuerpo histórico del campo político proletario y son, de hecho, no negociables.
La revolución de Octubre de 1917 en Rusia fue el primer paso de una auténtica revolución comunista mundial en una oleada revolucionaria internacional que puso fin a la guerra imperialista y se prolongó durante varios años. El fracaso de esta oleada revolucionaria, en particular en Alemania en 1919-23, condenó a la revolución en Rusia al aislamiento y a una rápida degeneración. El stalinismo instaurado en los años 20 y posteriormente no fue el comunismo, sino un capitalismo de Estado planificado centralmente incluyendo la doctrina del “socialismo en un solo país”, la cual rechazamos.
Desde la Primera guerra mundial, el capitalismo es un sistema social en decadencia. No tiene ya ningún valor progresista que ofrecer. Ha hundido en dos ocasiones a la humanidad en un ciclo bárbaro de crisis, guerra mundial, reconstrucción, nueva crisis. La teoría de la decadencia es un punto de vista en movimiento que permite entrever la dirección que busca tomar el capitalismo mundial.
Los expaíses de Europa Oriental, China, Corea del Norte, Cuba, etc., jamás fueron países comunistas, como lo dice la propaganda burguesa. Eran y son aún, algunos, países en donde reina una forma específica del capitalismo de Estado.
Consideramos a los sindicatos como organismos ligados al Estado por miles de hilos, leyes, subvenciones, y concertaciones. Cambiar las direcciones sindicales o intentar transformarlos es imposible en tanto su relación y ligazón con el Estado capitalista son orgánicas. Esto implica el rechazo de los sindicatos rojos o anarquistas.
Rechazamos las tácticas de “frente unido”, “frentes populares” y “antifascistas”. Todas estas tácticas mezclan los intereses del proletariado con los de fracciones de la burguesía cualesquiera que sean y, en última instancia, solamente sirven para desviar a la clase obrera de sus objetivos revolucionarios.
Todas las ideologías nacionalistas, de “independencia nacional”, de “derecho de los pueblos a la autodeterminación”, cualquiera que sea su pretexto: étnico, histórico, religioso, etc., constituyen una verdadera droga para los obreros. Buscan hacerles tomar partido por una u otra fracción de la burguesía, les conducen a enfrentarse los unos contra los otros, pudiendo llegar hasta la guerra.
La clase obrera es la única clase capaz de llevar a cabo la revolución comunista. La lucha revolucionaria conduce necesariamente a la clase obrera a una confrontación con el Estado capitalista. Para destruir al capitalismo, la clase obrera deberá derrocar todos los Estados y establecer la dictadura del proletariado a escala mundial: el poder internacional de los consejos obreros, reagrupando al conjunto del proletariado.
La "autogestión" y la "nacionalización" de la economía no son medios para derrocar al capitalismo y dirigirse hacia una sociedad comunista. El comunismo requiere de la abolición consciente por la clase obrera de las relaciones sociales capitalistas y la creación de una sociedad sin Estado, sin clases, sin dinero, sin fronteras nacionales, ni ejércitos profesionales.
Un primer paso hacia este objetivo es la organización política revolucionaria de los proletarios que tengan una conciencia de clase y su unión en un partido político internacional. El papel de este partido no será el de tomar el poder en nombre de la clase obrera, sino de participar en la unificación de sus luchas, así como en el control de éstas por los obreros mismos, y en la difusión del programa comunista. Solo la clase obrera en su totalidad, a través de sus propios órganos autónomos, puede instituir el socialismo. Esta tarea no puede ser delegada, ni al Partido de clase más conciente.
Nos damos como mandato el de intervenir lo más frecuentemente posible, según nuestras fuerzas reales, en el interior de nuestra clase, con el fin de intercambiar y participar en la clarificación del programa proletario, y en la edificación del partido revolucionario.
30 de agosto de 2007
Queridos camaradas de la FICCI,
[…] he tomado contacto con el BIPR. Pienso que mis posiciones son más próximas a las del PCInt. Además, el BIPR es ahora el único reagrupamiento internacional existente (a pesar de las debilidades y dificultades) que puede asegurar la continuidad de la Izquierda Comunista. Comparto las posiciones del BIPR, particularmente en lo que concierne a la construcción y papel del Partido Revolucionario y al análisis de los fenómenos relativamente jóvenes del capitalismo actual. En mi opinión, el BIPR ofrece una plataforma y posiciones claras para la formación de un polo de referencia de la Izquierda Comunista. Es por ello que he decidido unirme a esta tendencia. Sin embargo, deseo que continuemos nuestra correspondencia. Es la comunicación de los grupos y militantes comunistas lo que conducirá a la formación del futuro partido internacional del proletariado.
[…] Fraternalmente
B.
Notas:
1 CIM: Comunistas Internacionalistas de Montreal. GIO: Grupo Internacionalista Obrero. El GIO es un grupo miembro del BIPR y los CIM son antiguos camaradas que participaban en ese grupo. Los desacuerdos políticos han llevado, hace algunos meses, a los primeros, a separarse del segundo y a constituirse como grupo separado.
Boletín Comunista 41 - FICCI