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Extractos de las Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura proletaria
(1er. Congreso de la Internacional Comunista, 4 de marzo de 1919)

10.- La guerra imperialista de 1914-1918 ha puesto al desnudo definitivamente, incluso ante los obreros atrasados, este verdadero carácter de la democracia burguesa, hasta en las repúblicas más libres, como dictadura de la burguesía. A causa del enriquecimiento de un grupo alemán o inglés de millonarios o multimillonarios, sucumbieron decenas de millones de hombres, y en las repúblicas más libres se implantó la dictadura militar de la burguesía. Esta dictadura militar continúa en los países de la entente después de la derrota de Alemania. Precisamente la guerra es la que más ha abierto los ojos a los trabajadores, la que ha arrancado las falsas flores de la democracia burguesa, la que ha mostrado al pueblo el pozo sin fondo de la especulación y del lucro durante la guerra y con motivo de ella. En nombre de la “libertad e igualdad” hizo la burguesía esta guerra, en nombre de la “libertad e igualdad” se enriquecieron escandalosamente los negociantes de la guerra. Ningún esfuerzo de la Internacional amarilla en Berna podrá ocultar a las masas el carácter explotador, hoy totalmente desenmascarado, de la libertad burguesa, de la igualdad burguesa y de la democracia burguesa.

11.- En Alemania, el país capitalista más desarrollado del continente europeo, los primeros meses de plena libertad republicana, traída por la derrota de Alemania imperialista, han hecho ver a los obreros alemanes y a todo el mundo la verdadera naturaleza de clase de la república democrática burguesa. El asesinato de Karl Liebknecht y de Rosa Luxemburg es un hecho de alcance histórico mundial, no sólo porque han perecido trágicamente los mejores hombres y jefes de la verdadera Internacional proletaria, de la Internacional comunista, sino porque se ha puesto definitivamente al desnudo la naturaleza de clase de un Estado europeo avanzado (se puede decir sin exagerar: de un estado avanzado a escala mundial). Si unos detenidos, es decir, hombres tomados bajo la protección de los poderes públicos, pueden ser asesinados con toda impunidad por unos oficiales y por los capitalistas, bajo un gobierno de socialpatriotas, se deduce de ello que una república democrática en la que pueden ocurrir tales cosas es una dictadura de la burguesía. Quienes expresan su indignación con motivo del asesinato de Carlos Liebknecht y Rosa Luxemburgo, pero sin comprender esta verdad, no hacen sino poner de manifiesto su cerrazón mental o su hipocresía. La “libertad” en una de las repúblicas más libres y avanzadas del mundo, en la república alemana, es la libertad de asesinar impunemente a los líderes arrestados del proletariado. Y no puede ser de otro modo mientras subsista el capitalismo, pues el desarrollo de la democracia no atenúa, sino que agudiza la lucha de clases, que, en virtud de todos los resultados y de todas las influencias de la guerra y sus consecuencias, ha llegado a su punto de ebullición…


Fracción interna de la CCI - Boletín Comunista (Nº 39)