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La lucha y la movilización que se desarrollan desde hace más de dos semanas contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) son la única respuesta que puede darse frente a un ataque tan directo y brutal. Esta movilización debe continuar y extenderse.
Todos sabemos lo que significa el CPE en términos de precariedad acrecentada y acelerada:
- para los menores de 26 años, un salario de miseria con una amenaza permanente de de despido de un día al otro;
- para los que trabajan ahora, serán, mañana, reemplazados por CPE y un patrón contratará mejor a un CPE para deshacerse de un CDI (trabajador con empleo fijo). Pues, en efecto, ¿para qué conservar empleados de mayor edad, mejor pagados, más exigentes en cuanto a su salario y condiciones de trabajo, si se puede encontrar fácilmente mano de obra moldeable y disponible a granel?
¡Y si trata de abrir la boca, protestar, hacer huelga, reivindicar, defender sus condiciones de trabajo y de vida: Despedido inmediatamente!
Actualmente, la burguesía golpea a la parte “juvenil” de la clase obrera, la misma que, al ser hijos de trabajadores en su mayor parte, está o bien desempleada, o son estudiantes, o las dos cosas a la vez. Cuando la burguesía golpea a una parte de nosotros (ayer a los retirados, ahora a los más jóvenes, mañana a los maduros, etc...) sabemos por experiencia que sufriremos todos. El aumento de la precariedad y la flexibilidad para los jóvenes hoy, es todavía más precariedad y flexibilidad para todos nosotros mañana.
De hecho, la CPE es tan sólo la más reciente de las diversas medidas de los gobiernos que, desde hace años, tienen un solo objetivo: reducir el costo del trabajo, acrecentar la “flexibilidad”, es decir, la explotación capitalista del conjunto de la clase obrera, y ello tratándole de imponer la sumisión más completa. Pero al atacar directamente a los hijos de los proletarios, la burguesía continúa y desarrolla todavía más su ataque contra el conjunto de la clase obrera, categoría tras categoría, sector tras sector.
El combate que se ha emprendido en las facultades y liceos no es un combate específico de una categoría particular, los “jóvenes”. Detrás del rechazo al CPE, está la lucha contra el deterioro creciente y brutal de las condiciones de trabajo y vida, de por sí ya miserables, que conoce el conjunto de la clase obrera. Y solamente unidos podremos resistir.
“Jóvenes” y “menos jóvenes”, hijos de obreros estudiantes, desempleados de todas las edades, trabajadores con empleo, retirados, la lucha contra el CPE nos concierne a todos!
Para hacer retroceder a la burguesía y su Estado, solamente hay un camino: extender la lucha al conjunto de la clase obrera.
Los sindicatos, apoyados por los partidos de izquierda, con el PS (Partido Socialista) a la cabeza, organizan jornadas de acción y manifestaciones en las que ellos deciden sobre las fechas y formas con el fin de evitar y sabotear la entrada real en la lucha de otros sectores del proletariado, es decir, esencialmente de los obreros y empleados que tienen trabajo, y por tanto la unificación real, en la lucha, contra el Estado capitalista.
¡Jóvenes, estudiantes en lucha! ¡No se queden aislados! ¡Extiendan el combate!
¡Envíen delegaciones masivas a las empresas, a los lugares de trabajo!
¡Llamen a los “mayores” a unírseles en las manifestaciones y en la huelga!
Obreros, asalariados, la movilización actual es una oportunidad para imponer otra relación de fuerzas a la burguesía y su Estado.
¡Hay que unirse! ¡Hay que reagruparse! ¡Lleven a cabo asambleas generales para decidir sobre las manifestaciones y la huelga unificadora! ¡Envíen delegaciones a las asambleas de estudiantes y de los otros sectores!
s y unifiquemos la lucha entre todos los sectores de la clase obrera!
18 de marzo, 2006.
Fracción interna de la CCI - Boletín 35