La nueva CCI y su participación en la campaña burguesa de “ayuda a las víctimas del tsunami”

El artículo “Tsunami en el sureste de Asia, el capitalismo es el responsable de la catástrofe social” (Revista Internacional 354, febrero 2005) es característico de la postura oportunista que desarrolla la actual CCI: En medio de aspectos del análisis que en general son correctos, y llamados al proletariado (generales y abstractos) a la lucha de clases, se deslizan posiciones contrarias a ese análisis, a la misma lucha de clase del proletariado y al marxismo. Posturas que –por decir lo menos- hacen concesiones a la ideología burguesa, y que allanan el camino al oportunismo, es decir a la colaboración de clases.

Una de estas posiciones, que gana cada vez más espacio en la prensa de la actual CCI, es la de la “solidaridad humana”. Ésta comenzó a expresarse abiertamente en la prensa a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y desde entonces no ha dejado de imponerse de manera creciente en cada oportunidad, como por ejemplo también cuando sucedieron los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Hay un deslizamiento progresivo hacia el “humanismo” que forma parte de la ideología burguesa, que, negando o haciendo abstracción de la existencia de clases sociales antagónicas, predica la “fraternidad”, la “solidaridad”, la “unidad” de todos los seres humanos, como una patraña para que el proletariado acepte pasivamente los sacrificios que le impone el capital. Claro que la CCI no presenta esta posición en forma “cruda” y abierta, sino que le da un barniz marxista y revolucionario; pero es esto mismo lo que vuelve aún más peligrosa su postura, ya que en realidad funciona como un “gancho” para que el proletariado acepte las consignas de la burguesía. Es así que leemos en el artículo de R.I mencionado:

Y desde las primeras imágenes en la TV, el primer reflejo de muchos, por todo el mundo, fue el de buscar hacer algo. Espontáneamente, millones de personas, y especialmente proletarios en todos los países, propusieron ofrecer alimentos, vestidos y donaciones financieras. En Francia, por ejemplo, empleados de supermercados, donde trabajan personas que vienen de los países golpeados por la catástrofe, ofrecieron espontáneamente sus aguinaldos de fin de año.

La solidaridad que ha expresado el proletariado puede y debe darnos confianza en nuestra clase. Dar 10, 20 o 30 euros cuando uno trabaja en el SMIC es un testimonio de devoción remarcable.”  (R.I. 354, feb 05. Los subrayados son nuestros).

Esta oración es un verdadero acto de prestidigitación. En primer lugar, expresa la idea de que la acción de los “proletarios” está inmersa, forma parte integrante de la de los otros “millones de personas”; es decir, la “solidaridad que ha expresado el proletariado” es parte integrante del “intentar hacer algo de muchos por todo el mundo”: forma parte de la solidaridad humana en general. Ya que

por supuesto, no solamente la clase obrera desarrolla la solidaridad, ésta es un elemento de la conciencia humana en general” (ídem)

Por supuesto”, la humanidad se encuentra desgarrada por antagonismos de clase, pero, vean ustedes, en momentos de crisis social lo que prima es la conciencia y la solidaridad humanas en general. Es esta noción precisamente la que la burguesía se encarga de extender con toda la fuerza de sus medios de difusión en momentos de crisis social (cuando se prepara una guerra, cuando hay una catástrofe o crisis económica, o cualquier suceso que deja al descubierto la explotación capitalista, etc.) como un recurso para atajar los impulsos de la lucha de clases: “Es cierto que hay diferencias sociales, etc, pero en estos momentos difíciles debemos estar unidos y ser solidarios, para salir de la difícil situación; el no hacerlo es una muestra de egoísmo”. Tal es el discurso del Estado y los medios de difusión para atraer tras de sí a las clases explotados, y la CCI actual … mediante un subterfugio se aproxima peligrosamente a ese discurso.

Dicho subterfugio es la supuesta “espontaneidad”. Supuestamente, millones de personas han ofrecido su ayuda “espontáneamente”… los trabajadores de los supermercados han ofrecido sus aguinaldos “espontáneamente”. Y solamente después la burguesía ha “recuperado” este “inmenso impulso” de solidaridad “espontánea”:

Frente a esta solidaridad que busca expresarse, la actitud de la burguesía es vomitiva. Ella recupera este inmenso impulso de solidaridad y lo desvía para sus propios pequeños intereses mezquinos con el mayor desprecio no solamente hacia las víctimas del tsunami, sino también hacia este esfuerzo de la clase obrera. (ídem).

Primero, la CCI contribuye, a su nivel, a confundir la noción de “solidaridad de clase” que requiere el proletariado para su lucha, con la “solidaridad humana” general que requiere preconizar a la burguesía –“cuando hay un medio de expresar su solidaridad, una solidaridad desinteresada y profundamente humana, la clase obrera se precipita”. Ahora, hace abstracción completa, en general del Estado capitalista omnipresente y del dominio de la ideología burguesa, y en particular de la existencia, anticipada y permanente, de organismos y mecanismos construidos cuidadosamente por la propia burguesía con el objetivo específico de predicar, organizar y administrar esa dichosa “solidaridad espontánea”.

Organismos que justamente entran en acción en los momentos de crisis social para encauzar el descontento del proletariado y las otras clases explotadas. La burguesía no ha “recuperado” ningún “impulso espontáneo” de los trabajadores de dar dinero para los damnificados del tsunami. Por el contrario, toda la educación escolar, la religión, los organismos de asistencia, los medios de difusión, en fin, todos los recursos de dominio ideológico nos “condicionan” para caer en ese tipo de “solidaridad espontánea” durante las situaciones en las que queda al descubierto la mistificación según la cual la función del Estado es la obra pública para proteger a la población y la administración de los recursos disponibles para socorrerla en caso de emergencia.

Ese tipo de “solidaridad espontánea” de los trabajadores consistente en entregar sus aguinaldos para la “ayuda humanitaria” es más bien una expresión del dominio ideológico que ejerce la burguesía porque:

- Es una aceptación de la idea de que, a pesar de que ya el proletariado es expoliado cotidianamente mediante el sobretrabajo, la extorsion del plusvalor, y que paga ya mediante mil impuestos la “obra pública” que supuestamente debería proteger a las poblaciones, ante la “catástrofe natural”, sea expoliado todavía otro poco más sin chistar.

- Es una aceptación de la idea de que ha pasado una catástrofe que sobrepasa la “capacidad” del Estado, y de la que el Estado no es responsable; en lugar de provocar una ola de protestas sociales precisamente por la responsabilidad directa, tanto histórica como inmediata, de la clase dominante y su Estado en dicha catástrofe.

- Es una aceptación de la idea de que el Estado y las “organizaciones no gubernamentales” son instituciones “útiles” al menos para ayudar en las urgencias sociales, a través de la cual puede fluir ayuda “humanitaria”. Es decir, es una aceptación de la colaboración de clases. En particular es significativo que, en este periodo de preparación para la guerra imperialista, sea el ejército (barcos, soldados, etc) los que se muestran en los medios de difusión como los encargados de repartir dicha ayuda.

En efecto, detrás de la careta “humanitaria”, las grandes potencias imperialistas especialmente proporcionan una experiencia concreta, en vivo, de gestión de situaciones de catástrofe y destrucción a sus ejércitos con el fin de prepararlos mejor para los enfrentamientos devastadores futuros, para la guerra generalizada. Por tanto, impulsar o dejarse llevar por la “solidaridad espontánea” mediante “donativos”, es también participar (de “buena fé”) al financiamiento y preparación de las diferentes burguesías para la guerra.

Ahora bien. Los camaradas de la CCI pueden responder: la cita está cortada y fuera de contexto, pues a renglón seguido se denuncia la hipocresía de la burguesía el uso “mezquino” de esa solidaridad, las campañas ideológicas donde se intenta confundir al proletariado con la burguesía, donde se le inyecta el nacionalismo, y finalmente que el proletariado se encuentra

ahogado en nociones de civismo que ponen en el mismo saco la solidaridad de los obreros con las limosnas interesadas de la burguesía, y que de una solidaridad de clase pasa a la solidaridad de los franceses, o de los ingleses, alemanes, etc. todas las clases confundidas, enfrentadas en competencia con la solidaridad de las otras naciones” (ídem).

¡Justo ! Pero ¿de qué se trata entonces? ¿de una solidaridad espontánea o de una actitud producto de que el proletariado está “ahogado en las nociones de civismo”? ¿Debe la clase obrera rechazar o participar en este tipo de actos de “solidaridad”? ¿Deben los revolucionarios denunciar este espíritu de sometimiento al Estado y las instituciones caritativas o bien “saludar este espíritu de solidaridad” como lo hace la CCI?. Finalmente, si la CCI considera como un acto de solidaridad humana y proletaria la donación de los aguinaldos que hicieron los trabajadores de supermercados ¿no debería la CCI como organización sumarse a esta ayuda económica humanitaria? ¿o tal vez la deja al criterio “espontáneo-humanitario” individual de cada militante?1

Para nosotros, es esta tendencia al contrasentido, al doble lenguaje, que la actual CCI utiliza cada vez con mayor frecuencia y soltura, lo que le da a sus artículos un carácter oportunista: hacer pasar posiciones burguesas envueltas en un lenguaje revolucionario.

En 1902, à la Martinique, le volcan de la montagne Pelé anéantit la ville de Saint-Pierre. Nous reproduisons l'article que Rosa Luxemburg avait écrit pour l'occasion. Ecrit il y a plus de 100 ans, il est d'une incroyable actualité. Actualité de la dénonciation du capitalisme devant la catastrophe du tsunami d'aujourd'hui. Actualité de la dénonciation devant l'appui de l'actuel CCI opportuniste aux campagnes humanitaires de la bourgeoisie.

Pour ce dernier, les révolutionnaires "ne peuvent que saluer l’élan de solidarité humaine au niveau planétaire qui s’est manifesté immédiatement" (RI 353 "Raz-de-marée meurtriers en Asie du Sud LA VRAIE CATASTROPHE SOCIALE, C’EST LE CAPITALISME !" (2), nous soulignons). Au nom du mouvement communiste, Rosa Luxemburg leur confirme le sens bourgeois et méprisable de leur position quand elle dit : "un nouvel arrivant s’invite en Martinique, un invité encore inconnu, jamais rencontré auparavant : l'être humain (...) qui ressent seulement la douleur et constate seulement le désastre, qui cherche seulement à aider et secourir" (...). La confrérie des peuples contre la haine brûlante de la nature, une résurrection de l'humanisme sur les ruines de la culture humaine s’est manifestée."


Notas:

1 ¿Cuántos militantes de la CCI actual se habrán planteado la cuestión de participar en la “colecta” para las víctimas del tsunami? ¿Cuántos, entre los más “consecuentes” habrán participado dando dinero? Por otra parte, hay que mencionar que, en los países europeos, las mayores empresas tanto del sector público como del privado organizaron directamente con ayuda de los sindicatos la colectas para las “víctimas del tsunami”. Es a todos los niveles de los Estados burgueses que esta campaña de unidad nacional y de colaboración de clases se ha establecido, y dirigida particularmente contra la clase obrera.

2. Article présenté sur le site web du CCI dans la rubrique "RI 353"

Fracción interna de la CCI - Boletín 30