Los dos "pequeños" documentos que publicamos a continuación son de los años 1930. En aquel entonces, el camarada MC ¡el mismo que estuvo en origen de la fundación de la CCI en 1975! era militante en la Oposición de Izquierda. En aquel periodo, esta oposición era una de las corrientes en la cual luchaban los militantes que buscaban mantenerse fieles a las enseñanzas del Octubre Rojo y que, por esta razón, sufrían los ataques, calumnias, denigramientos, y hasta agresiones físicas por parte de la Internacional Comunista stalinizada.
Sin extendernos en la trayectoria del compañero MC, señalemos brevemente que su postura en el seno de la Oposición pronto le llevaría a unirse con la otra corriente, mucho más consecuente, que llevaba a cabo la batalla contra las raíces de la degeneración del movimiento obrero: la Izquierda Italiana.
Así, pues, al inicio de los años 1930, el compañero MC es miembro de la Oposición y, ante la crisis que sacude a esta corriente, es remarcable que el espíritu que le anima está en total coherencia con lo que defendía ya entonces la Izquierda Comunista.
Para ubicar lo más suscintamente el contexto en el cual MC (y Treint 1) se expresa, recordemos que, en la Liga, grupo francés de la Oposición Internacional, una tendencia defendía la posición según la cual había que tener una actitud más "flexible" hacia el "centrismo" (así se definía a la tendencia estalinista en esa época) presionando así hacia la liquidación de las posiciones de la Oposición. Tal era la tendencia Emile-Felix a la cual se refiere MC.
Como reacción a esta situación, la dirección de la Liga (la CE: Commisión Ejecutiva) decidiól excluir a los representantes de esta tendencia.
MC pide que la decisión de exclusión sea anulada y que se lleve a cabo el debate en el seno de la organización, que los desacuerdos y las divergencias sean clarificados por el conjunto de la organización reunida en congreso antes de tomar una decisión definitiva.
Por supuesto, la preocupación del compañero MC no es "dar una nueva oportunidad" a las posiciones claramente conciliadoras y aún menos defender una visión "democrática". La preocupación del compañero, que siempre defendió desde aquél periodo, a lo largo de su trayectoria política, la que nos enseñó desde el origen de la CCI, es que no se eliminan las divergencias, confusiones, errores, ni siquiera las traiciones políticas "deshaciéndose", "eliminando" a los militantes que pudieran representarlas en determinado momento. ¡Que se combate realmente tales confusiones y errores solamente fortaleciendo a la organización, al conjunto de los militantes, con la apertura de un debate lo más amplio posible en el seno de la organización! Él repetía sin cesar que, si se tenía que llegar a una "separación organizativa", ésta debería realizarse con la mayor claridad política posible, después de haber llevado a cabo el debate, la confrontación de ideas hasta el final.
¿Es necesario subrayar que este "recordatorio" se dirige, en gran parte, hacia los dirigentes actuales de la CCI que todavía se atreven a reivindicar de las enseñanzas de MC?
Incluso si verdaderamente fuéramos los monstruos que intentan pintar, seríamos unos monaguillos en comparación con la tendencia Emile-Felix. Y la "lección" de MC es que se requiere que el conjunto de la organización escuche los argumentos de los militantes que defienden orientaciones diferentes; no prohibirles el acceso a los boletines internos, no impedirles que se dirijan a sus camaradas de organización mediante medidas disciplinarias.
¡Nosotros, la fracción, estamos plenamente conscientes (y orgullosos) de seguir los pasos del camarada MC!
¡Obviamente, algunos otros no podrían decir lo mismo... a menos de mentir descaradamente!
Camaradas,
La crisis de la región parisina lleva el riesgo de ser resuelta con métodos falsos, que van a crear un peligro mortal para la Oposición de izquierda.
En la hora actual, sólo la intervención urgente del conjunto de la Liga puede salvar la organización.
La tendencia liquidadora Émile-Félix se erige contra los principios mismos de la Oposición de izquierda y califica como contrarrevolucionarias las contratesis publicadas en la Vérité [La Verdad era la publicación de la Liga, nota del traductor] que la CE de la Liga opusó a las tesis de la fracción centrista con ocasión del Congreso del Partido.
Será preciso separarse de todos aquéllos que adopten definitivamente la posición liquidadora Émile-Félix.
Dos métodos se oponen de manera irreductible.
El método normal exige que el conjunto de la Liga se haga cargo de la crisis de la región parisina y se separe de la tendencia liquidadora con plena claridad política durante la próxima CE ampliada, juzgando no solamente en base a informaciones escritas sino también en base a la luz de un debate político que no sea perturbado por cuestiones secundarias. Este método de eliminación consciente por toda la organización de una tendencia anti-Oposicion es la única que garantiza el progreso y fortalecimiento de la Liga.
El otro método consiste en utilizar tal o cual falta parcial para excluir apresuradamente, en la obscuridad política, a algunos liquidadores de la región parisina y colocar a la provincia ante el hecho consumado. Excluir así, es sustituir la necesaria clarificación política con una discusión sobre cuestiones secundarias y formales; es permitir que los expulsados aprovechen el mantenimiento de tal obscuridad política para seguirse presentando como oposicionistas ante los ojos de los simpatizantes. Es desdeñar la opinión, los consejos, las sugestiones y la autoridad de los militantes de base. Es exigirles a estps una confianza y obediencia ciegas (2). Tal método conduciría a la Liga hacia la ruina.
La región parisina había sido obligada a pronunciar la exclusión del camarada Félix, ya que éste había amenazado con intervenir públicamente contre la C.E. Pero, al haberse retractado Felix posteriormente, entonces el interés de la Liga es retirar la exclusión con el fin de llevar hasta el fondo la discusión hasta la CE ampliada, la que finalmente deberá zanjar.
Al contrario de las indicaciones de la región parisina, una parte de la C.E. quiere excluir immediatamente a Félix, a pesar de haberse retractado, destituir al comité regional elegido normalmente, e imponer a la región parisina un triunvirato nombrado por la C.E. (3). Sustituir a la dirección, elegida por la base, por una dirección designada por la cumbre equivaldría, en la situación de la región parisina, a provocar una escisión en la noche, equivaldría además a desarrollar en la Liga un régimen interior peor que el de los stalinistas en el partido. ¿Cómo podría posteriormente la Oposición de Izquierda alzarse contra el nefasto regimen interno del partido?
Es posible que lunes próximo, a pesar de nuestra resistencia, encontremos en la C.E. una mayoría que vote tales medidas arbitrarias de ahogamiento, que conducirían a la dislocación de la región parisina en plena obscuridad política y que asestaría un martillazo a los grupos de provincia que no están al coriente casi de nada.
Los grupos de provincia, si quieren impedir la catástrofe, deben hacer llegar urgentemente su protesta a la C.E. para el próximo lunes.
La existencia misma de la Liga está en juego. Cada uno está ante sus responsabilidades. Estamos seguros de que cada grupo de provincia hará lo necesario para conjurar el peligro.
Marc- Treint
Dirigir la respuesta a TREINT, 3 rue Carducci- Paris (19ème) quien la transmitirá a la CE.
La importancia de la discusión política, las divergencias profundas y las corrientes que surgen, no pueden escapar más a nadie. Igualmente, es obvio que si los compañeros de la tendencia Émile-Félix persisten en su orientación, que significa la liquidación de la Oposición, será necesario y saludable, para la existencia y desarrollo de ésta, separarse de aquéllos.
Hace falta, pues, que esta discusión tenga conveniente provecho, para todos los camaradas y para el porvenir de la organización, por los problemas debatidos, por la claridad de las respuestas dadas sobre puntos que, hasta ahora, se mantienen en la obscuridad y sobre los cuales ha girado constantemente la Liga sin llegar a resolverlos, tales como la definición de la naturaleza del centrismo, el papel de la Oposición y las relaciones con el Partido que de allí se desprenden. Para que sea así, es necesario que toda la organización y en primer lugar la C.E. observen celosamente las reglas de democracia en la discusión, las más amplias, haciendo todos los esfuerzos con el fin de que no se perturbe la marcha de dicha discusión, de impedir cualquier desviación tendiente a la transformación de la discusión política en una cuestión de disciplina; incluso aunque hay indisciplina caracterizada y hasta el último límite (la lucha contra la organización en el exterior) no sancionar a quien sea.
Con mayor razón aún, es preciso impedir que tome un cariz envenenado de disputa personal, o que se intente explicar todo mediante el carácter psicológico de tal o cual camarada(4). Todo esto, voluntariamente o no, ahoga la discusión y corre un velo sobre las divergencias reales que han aparecido.
Sé que es una tarea muy dificil. Sé que mientras tanto la actividad exterior de la organización sufre terriblemente. Sé que cuando una dirección responsable se encuentra ante camaradas que, en interés de su política fraccional, recurren a la pasividad e incluso al sabotaje, es a menudo empujada a actuar sin preocuparse en todos los casos de las reglas de la organización. Una reacción impaciente se explica a veces, pero justificarla y admitirla como regla de conducta sería extremamente peligroso y perjudicial.
Debo decir lo que en verdad pienso. Desgraciadamente, la mayoría de los camaradas de la C.E. son llevados por esta vía. Con su impaciencia por resolver la crisis de la región parisina y por ver una actividad mejor, estos camaradas se preocupan cada vez menos por el carácter político de dicha crisis, y por los métodos normales de una organización comunista.
Esto nos lleva al centro del problema del régimen interior y de los métodos en la organización. Si bien es infantil y ridículo querer resolver las divergencias políticas, y aún más el construir una organización mediante un “barrido higiénico” (Raymond), se llega al mismo resultado cuando se quiere llevar a cabo una política justa con un régimen interior malo y mediante métodos arbitrarios.
En un próximo boletín, volveré sobre este punto en detalle.
Para ilustrar mi pensamiento, daré ahora dos ejemplos que, a mi parecer, pueden arrojar un poco de luz sobre este punto:
1) Todos los camaradas saben ahora que la CE ampliada se pospuso definitivamente hasta Pentecostés. ¿ Cómo es posible que después la CN [¿ Comisión Nacional ?] en la cual se habló de convocar otra luego de tres meses, después de que se pensó hacerla en Navidad, y luego que se votó definitivamente por Pascua, ahora sea pospuesta hasta Pentecostés? La razón es simple. Durante meses, la C.E., subestimando las divergencias políticas, descuidó la preparación y no sacó ningún boletín interno. Así volvió imposible una C.E. ampliada que fuera capaz de dar una respuesta con conocimiento de causa.
Este descuido, incluso involuntario, no deja de ser una arbitrariedad, nos costó meses y meses de estancamiento en un momento el que había que actuar.
2) La más reciente "Vérité" publica un documento de la CE para el Congreso del partido. Como se podrá ver en las actas de la CE, este documento provocó grandes discusiones en el interior de la CE y provocó la dimisión del secretariado. De cualquier manera que se juzgue este documento, hubiera sido mucho más beneficioso y más normal para la organización si ésta hubiera podido conocer su contenido, discutirlo, mucho antes de su publicación. Aparte de que se considere correcto o no, todo el mundo está de acuerdo para en otorgarle una gran importancia, sea positiva o negativa, para la acción ulterior de la Oposición en Francia. Varios puntos, tales como la táctica electoral y su orientación general todavía no habían sido resueltos por la Liga e incluso estaban siendo discutidos. En ningún caso puedo reprochar su publicación. Era indispensable que la Oposición llevara su voz ante el Congreso del Partido, y la CE tenía el deber de hablar en nombre de la Oposición. Lo que reprocho es que, teniendo varios meses para hacer este documento, con el acuerdo de toda la organización, la CE no lo haya hecho.
Aquí nos enfrentamos plenamente con estos métodos que, a fin de cuentas, son arbitrarios. Quiérase o no, lo que resulta es un desprecio hacia el conjunto de la organización.
Ya es tiempo de que, al batallar por una política justa, luchemos también por instaurar un régimen interior sano y métodos justos. La una sin el otro es inconcebible. Es un sinsentido. De esta condición dependen nuestros progresos y nuestro porvenir.
Marc
En el Bulletin intérieur de la Ligue 10 de abril 1932
Notas:
1 Treint era el ex-Secretario General del Partido Comunista Francés durante el periodo de bolchevización llevada por Zinoviev, Kamenev y Stalin, la "Troïka" secreta después la muerte de Lenin.
2. Esta posición de MC contra la confianza ciega es muy interesante ya que rechaza, casi 70 años antes, la nueva tesis de la CCI de los liquidacionistas sobre la "Confianza" tal como fue desarrollada en el texto "teórico" de la facción liquidacionista, Confianza y Solidaridad en la lucha del proletariado, publicado en la Revista Internacional 111 y 112. Se presentó este texto en el interior como un avance histórico y teórico del marxismo (!) y debía legitimar de manera teórica el putsch de la facción liquidacionista. En un primer momento, la gran mayoría de los militantes de la CCI estaban en contra del contenido político de este texto. Finalmente lo "adoptaron" no después una discusión abierta sobre su contenido sino después el haber sido... "convencidos" (?) de la amenaza mortal para la CCI de nuestro supuesto clanismo y por la necesidad de defender su unidad - formal. Hoy, obviamente, gran parte de la CCI todavía tiene vergüenza de este texto ya que, por ejemplo, no está disponible en las páginas francesas, inglesas ni españolas del sitio web de la CCI [Nota del traductor en la versión española e inglesa].
3. De nuevo, vale la pena destacar que los comentarios de MC rechazan 70 años antes la destitución de la comisión de organización de Paris regularmente elegida unos pocos meses antes y su sustitución por los dos liquidacionistas Peter y Bruno... ¡hay tantos paralelos!... El lector interesado puede referirse al Epílogo de nuestra Historial del SI en el boletín 25 [Nota del traductor en la versión española e inglesa].
4. Aquí de nuevo, hace 70 años, ya hay un rechazo claro y tajante por MC del uso de los métodos psicológicos utilizados por la CCI actual de los liquidacionistas y del rechazo de la famosa tesis del clanismo como método clave y central para explicar las crisis organizacionales del movimiento obrero como lo hace la CCI actual [nota del traductor en la versión española e inglesa].
Boletín Comunista Nº 29 - Fracción Interna de la CCI