Presentación del boletín 28

En la presentación del número 27 de este boletín, en septiembre pasado, escribimos esto: “Inevitablemente, estas medidas [los ataques contra la clase obrera] provocan reacciones obreras, como las huelgas y manifestaciones obreras en Alemania lo ilustraron en julio y agosto en el corazón mismo del proletariado industrial europeo. Desde hace dos años, estas reacciones se suceden unas tras las otras en los países del centro del capitalismo: Francia, Austria en 2003, Gran Bretaña e Italia en el invierno 2003-2004, y ahora Alemania, por no citar sino los principales. Se trata claramente de una reanudación internacional de las luchas obreras, que es la respuesta del proletariado a la profundización de la crisis económica del capitalismo…”

Las luchas que se desarrollan actualmente en el corazón de Europa, especialmente en Alemania, confirman y amplifican esta “reanudación” de la lucha de clase. La huelga salvaje de 9,000 obreros en Bochum, en la fábrica Opel, es la más reciente expresión evidente y conocida. Pero no es la única. Una vez más, debemos insistir en la importancia crucial de estas luchas que se desarrollan y tienden a multiplicarse en un contexto histórico en el que la crisis económica y las tensiones imperialistas muestran a la luz del día el atolladero mortal de este sistema.

A través de estos combates, la clase obrera expresa el mantenimiento de su combatividad. Al toparse de frente con los mismos obstáculos, al plantear las mismas cuestiones, al buscar resolver el mismo problema de tomar el control de sus luchas, nuestra clase, a nivel mundial, muestra a todo el mundo, y en particular a sus minorías comunistas, que no está dispuesta a aceptar los sacrificios que la burguesía le exige. Busca los medios de su combate, las armas para resistir eficazmente e imponer sus reivindicaciones.

Que nuestra clase tenga debilidades, que pruebe dificultades para situarse en el terreno político de su propia afirmación, que no logre aún alzar su combate a la altura de las exigencias de la hora, eso lo reconocemos. Pero, precisamente, el papel específico de las minorías comunistas es el dar orientaciones a la clase, indicarle el camino característico de su naturaleza de clase revolucionaria.

¡Pero seamos claros! La discusión, el debate, la confrontación de los puntos de vista respecto a estas dificultades y debilidades de la clase no puede concebirse más que entre grupos e individuos que se sitúan del lado de la lucha, del lado de la clase. No tenemos nada que decir a quienes consideran que estos combates no son otra cosa que el resultado de “maniobras” y “provocaciones” por parte de la burguesía.

¡O más bien sí! Tenemos una cosa que decirles. Lo mismo que decía Lenin, en otras circunstancias, a quienes renunciaban al combate. “¡Camaradas, soltadnos las manos!”, decía.

¡Vayan a donde les parezca! Precisamos ahora, pero dejen de pretender que su renuncia, su derrotismo ante la lucha de clase es la expresión de un punto de vista comunista.

Un renuevo político, reflejo del renuevo de la lucha de clase

También en este boletín con frecuencia hemos abordado sobre el debate y la confrontación de los puntos de vista que tienden a desarrollarse desde hace algún tiempo en el campo proletario.

Haría falta estar ciego para no comprender que hay un vínculo entre estas dos series de hechos. Cuando la situación económica, política, imperialista evoluciona a tal ritmo; cuando los drásticos ataques contra la clase provocan reacciones de lucha que no cesan desde hace casi tres años, ¿quién se sorprendería de que la clase obrera esté a la búsqueda de puntos de referencia políticos? ¿Quién, qué grupo político proletario no comprenderá que las cuestiones que se plantean a nuestra clase, que nuestra clase NOS plantea, deben ser debatidas abierta y públicamente de la manera más profunda y despojada de prejuicios? Que haya en estas condiciones un desarrollo y aceleración de la dinámica a la discusión, confrontación y clarificación de las posiciones políticas no debe sorprendernos.

El desarrollo de la intervención y la influencia de un grupo como el BIPR prueba que la aptitud para dar un marco serio, honesto y claro a este debate tiene un impacto enorme sobre el conjunto del campo proletario y sobre los elementos en búsqueda de claridad. El BIPR se ha puesto a la altura de sus responsabilidades como principal polo de reagrupamiento, las asume y saludamos, en tanto que expresión de la verdadera continuidad política de la CCI , en tanto que Fracción interna de la CCI, el trabajo hecho por estos camaradas en el plano internacional.

Una de las expresiones de la fuerza histórica de este proceso de reflexión y clarificación política en curso en el interior de la clase se encuentra concretado en la nueva orientación del exNúcleo Comunista Internacionalista, hoy Círculo de Comunistas Internacionalistas en Argentina. En otra situación histórica, en una dinámica histórica diferente, en una situación donde la alternativa histórica del capitalismo “guerra o revolución” no reapareciera tan claramente, los camaradas habrían tenido sin duda las mayores dificultades para salir del atolladero, desde el punto de vista comunista, en el cual la CCI liquidacionista quería encerrarlos y destruirlos. Esta nueva orientación de los camaradas argentinos es doble: por una parte, han decidido romper con la política de discusión particular, secreta, con la CCI oficial y al margen de los otros grupos del campo proletario, para orientarse alrededor del eje de reagrupamiento y clarificación políticas que representa actualmente el BIPR; y por otra parte han rechazado la posición derrotista e indiferentista de la CCI liquidacionista -ligada al dogma de la Descomposición- hacia las luchas obreras, en particular de los países de la periferia del capitalismo, y por supuesto en Argentina misma. Es sin duda esta última dimensión, la realidad de las luchas obreras y la necesidad de intervenir y responder ante las necesidades del proletariado, lo que ha sido determinante para la evolución positiva del NCI.

El Círculo es la continuidad del NCI que, luego de algunos meses de existencia, arribó a profundizar y modificar algunas de sus posiciones anteriores. Durante este proceso y debido a los cambios políticos operados, los camaradas juzgaron necesario, para la claridad del debate, cambiar el nombre de su grupo. El Círculo no viene, pues, de la nada, como lo pretenden algunos; es el resultado de una reflexión, de una decantación y de una evolución en el interior del NCI que, de hecho, ha desaparecido como tal para dar lugar al nuevo organismo.

Se constatará, con la lectura de las diferentes “declaraciones” del Círculo que este proceso, el cual no ha dejado de tener dificultades, es perfectamente claro y no deja duda sobre la integridad política del círculo y sus miembros.

Publicamos también un texto de estos camaradas (Perspectiva del proletariado en Argentina y en las naciones periféricas para el presente periodo) seguido de nuestros comentarios (Elementos de respuesta al Círculo de Comunistas Internacionalistas). Este texto es la demostración de la vitalidad política del Círculo, de su voluntad y capacidad de marchar hacia la clarificación y precisión de sus posiciones políticas. Por medio del debate, de la confrontación de posiciones, sin segundas intenciones ni rodeos, los camaradas se integran al campo proletario. Este tipo de discusiones intransigentes en cuanto a su contenido político pero fraternales y francas es una de las características del campo proletario, al igual la de que el debate se lleve a cabo a la luz del día y públicamente.

Después del inicio de discusión de un grupo de camaradas en Alemania alrededor de las posiciones del BIPR, en el momento en que un ciclo de conferencias y de debate se desarrolla en Rusia (véase la prensa de la CCI), el surgimiento del Círculo en Argentina confirma la tendencia al surgimiento de minorías políticas del seno de la clase obrera. Ello confirma también el papel central que ocupa el BIPR en esta dinámica. ¡La fracción se alegra!

Y mientras tanto…

Sí, la cuestión que se plantea es esta: ¿qué hace la CCI ante esta necesidad que se expresa en el interior de la clase y de sus minorías de vanguardia?

¡Conocimos una CCI, NUESTRA CCI, que una situación tal habría estado al frente del combate, que habría estimulado a estas nuevas fuerzas, que habría debatido con estos camaradas y les habría animado a entrar en relación con los otros grupos, les habría ayudado a tener conocimiento de las posiciones del conjunto de grupos del campo proletario, que habría, si fuera necesario, proporcionado material político a esos grupos, habría publicado sus contribuciones y habría discutido y hecho la crítica!

En el momento en que movimientos sociales importantes sacuden al continente europeo, la CCI es más particularmente prolija para colmar de injurias tanto a nuestra fracción y al BIPR como al Círculo: además de las columnas de su prensa (1), son ahora declaraciones y comunicados casi cotidianos las que inundan a los lectores de sus sitio. Sin hablar del último correo dirigido especialmente a sus suscriptores invitándoles a “darle la confianza a la CCI” y a “apoyarla” ante el complot internacional del que sería víctima. ¡Qué lamentable! Visiblemente, la dirección liquidacionista de nuestra organización vive el cambio de orientación política del NCI como una traición y no soporta la quiebra comprobada de su política.

Así, luego de haber desertado de las luchas de clase de la primavera de 2003, especialmente en Francia, después de haber denigrado esas luchas para intentar justificar su injustificable deserción, ahora trata de sabotear, desacreditar, destruir, abierta, públicamente, la voluntad mostrada y reivindicada de clarificación política de unos elementos en búsqueda de coherencia y reagrupamiento políticos. Y he aquí que, una vez más, intenta justificar su oposición a las responsabilidades de las minorías políticas comunistas denigrando a los que se baten, a los que buscan asumirlas, acusándolos gratuita y masivamente de utilizar prácticas de las que ella es desde hace mucho tiempo la artífice jamás igualada.

¡Los liquidacionistas tienen la manía de inventar una realidad conforme a sus deseos cuando la realidad objetiva no les conviene! Y, lógicamente, los que toman la realidad de frente y se esfuerzan por tener un impacto sobre ella, son considerados, por estos señores, como sus peores enemigos ¡porque revelan que los reyes liquidacionistas están desnudos! Quieren, por tanto, destruir los espejos que les muestran la imagen de su desnudez y, sobre todo, de su oportunismo político.

Pero los hechos son testarudos, como decía Lenin, y los hechos muestran, evidentemente, que la CCI no podrá destruir ni la realidad, ni los espejos que la reflejan. ¡No podrán destruir tampoco a la CCI, al cuerpo político y programático de la CCI, porque nosotros, fracción, somos la CCI!

¡Y continuaremos siéndolo y haciéndola vivir a través de los combates que llevamos a cabo tanto en el seno de las luchas de nuestra clase como en el seno del campo proletario en el que defendemos las verdaderas posiciones de la CCI!

¡Que los liquidacionistas intenten, pues, mostrar lo contrario!

La fracción interna, octubre 30, 2004.


Notas:

1. El más reciente número de o de Révolution internationale publicado después del final de la huelga “salvaje” de los 9,000 obreros de la Opel en Bochum, Alemania, ¡no dice ni una palabra al respecto!


Boletín Comunista Nº 28 - Fracción Interna de la CCI