Dos dinámicas opuestas están en marcha en el campo proletario. Lo hemos mostrado en los números anteriores de nuestro boletín y, a medida que las semanas pasan, esta realidad se vuelve más notable.
El debate y la confrontación de los puntos de vista, elementos indispensables para toda perspectiva seria de reagrupamiento están en marcha. Se puede lamentar que no sea más profunda, más rápida y asumida de manera más decidida por los grupos del campo proletario (CP). Ello no la impide, existe y no deja de desarrollarse.
Desde hace algunos meses, frente a la situación social que se precisa, la mayor parte de los grupos del CP resienten y expresan la necesidad del debate, de la profundización, de la confrontación de los análisis y las posiciones. Los textos y artículos de estos grupos, sus análisis sobre la situación y su intervención muestran que miden la amplitud de los retos. ¡Esto nos da gusto!
En el mismo sentido, nuevas energías revolucionarias aparecen, como en Argentina, donde un grupo (el Núcleo Comunista Internacional) acaba de crearse. Dirigimos un fraternal saludo comunista a estos camaradas y les animamos a inscribirse en el debate, a tomar posición en relación a los puntos de vista expresados por el conjunto de los grupos del campo proletario. Es responsabilidad de los grupos revolucionarios constituidos el participar en la evolución de estos camaradas aislados. Compartimos además con este grupo muchas posiciones que son, a grandes rasgos, las de la CCI (¡la de verdad, no las de su caricatura oportunista actual!).
En sentido opuesto a esta lógica, a contrapelo de todos los esfuerzos requeridos por la necesidad de claridad en la clase obrera, una organización –¡no la menor de ellas!-, la CCI, continúa y amplifica su trabajo de zapa y destrucción de esta perspectiva.
Una lucha irreductible se ha emprendido entre estas dos dinámicas y está llamada a continuarse durante mucho tiempo. La dinámica marxista proletaria, sana, hacia el reagrupamiento, hacia el partido, y la que va hacia el oportunismo, el sectarismo, la dispersión, hacia el desmenuzamiento de las fuerzas, están ambas presentes en el interior del campo proletario.
Precisemos. La “línea del frente” entre estas dos lógicas no sigue, a priori, los límites de tal o cual organización. El combate por la clarificación, contra el espíritu de secta, contra el oportunismo, es una cuestión permanente en el interior de las organizaciones de la clase obrera. Ninguna está definitivamente al abrigo de la amenaza de la infiltración de la ideología burguesa, de las tendencias hacia el individualismo y al espíritu sectario.
Actualmente, sin embargo, la situación es tal que la CCI, nuestra organización, tiende a concentrar en ella todas estas taras, tiende a encerrarse en una lógica sectaria y, más grave aún, amenaza con contaminar a todos los que se hallan ante su puerta y no reaccionan con suficiente vigor.
Nuestra fracción y los militantes que la componen han sido las primeras víctimas del trabajo destructor de la línea “liquidacionista” que domina actualmente a la CCI. Hemos dado cuenta de esto en su momento. Pero actualmente, las cosas son aún más graves; ya no es solamente la fracción la que sufre esos ataques.
Los liquidacionistas que han tomado la dirección de nuestra organización han dado un nuevo paso en su deriva destructiva:
- no contentos con negarnos la palabra en sus reuniones “públicas” ¡ahora nos impiden el acceso a ellas!
- no contentos con agredir a un militante del PCI en T (ver boletín nº 18) ahora cuestionan el carácter proletario de esta organización, así como el del BIPR y los ponen a ambos, en todo caso, ¡al margen del campo proletario! (Revue internationale n° 115, Révolution internationale n° 340).
- no contentos con haber apelado, y tratado de hacer presión mediante el envío de cartas de simpatizantes no públicas, a los grupos del medio proletario a que denunciaran a nuestra fracción, y de acusarlos de colaborar con policías si no lo hacían, ahora se hacen aplaudir y seguir públicamente por sus simpatizantes (véase World Revolution n° 268 de octubre 2003, Solidarity with the ICC against parasitism) y otros sectarios, fraudulentamente disimuladas tras unos supuestos “círculos de discusión” (véase Acción Proletaria n° 173, noviembre 2003, Comunicado del Círculo de Barcelona). Y estos “círculos” (como el de Barcelona, desconocido hasta ahora) se autorizan a intimar al orden a las organizaciones, reconocidas anteriormente como comunistas por la CCI misma, a tomar posición contra la fracción. Creando así una atmósfera de tensión perjudicial, es al conjunto del campo proletario que busca dañar.
No contentos, en una palabra, con encerrarse en sí misma y con encerrar a los militantes de la CCI y sus simpatizantes en un sectarismo descarado, ¡ahora la dirección oportunista de nuestra organización quiere destruir abierta y descaradamente todo lo que el campo proletario emprende!
Este trabajo de zapa, este sabotaje repugnante, esta voluntad delirante de destruir todo alrededor de ella, nos lleva a plantear una cuestión crucial y dolorosa:
¿La CCI actual, atrapada en su deriva oportunista, no se está volviendo un obstáculo para la clase obrera y para el desarrollo de sus minorías revolucionarias?
Nosotros recibimos cada vez más testimonios de simpatizantes y lectores –con frecuencia de mucho tiempo- de la CCI, de elementos aislados, que expresan su voluntad de alejarse de las reuniones públicas de la CCI, que renuncias a leer su prensa. Estos camaradas tienen primero una reacción de desagrado y desmoralización ante las pequeñas maquinaciones sórdidas de la dirección actual de la CCI. La decepción y la incomprensión ganan, desafortunadamente, a muchos de estos elementos. También hemos recibido y sobre todo, las opiniones fraternales de las organizaciones políticas que están aterradas por esta situación.
A todos, y en particular a todos los elementos no organizados, queremos hacerles este llamado:
- Ante todo, los grupos no deben caer en el indiferentismo, los elementos aislados no deben desmoralizarse, abandonando el combate revolucionario;
- No hay que aceptar la degeneración actual de la CCI, sino por el contrario, emprender la lucha por su enderezamiento, al menos para salvar al máximo de sus militantes de un desastre que, si se produjera, sería definitivo. Es todo el sentido del combate emprendido por nuestra fracción desde hace dos años;
- Para ello, es indispensable participar lo más activamente posible en el reforzamiento y el reagrupamiento de todo el campo proletario y apoyarse en la dinámica actual.
En este sentido, un medio esencial, vital, consiste en impulsar el desarrollo del debate en el interior de este campo proletario, sobre todas las cuestiones que se le plantean, así como a nuestra clase.
Asumir esta responsabilidad participando en las reuniones públicas organizadas por los grupos (incluidas las de la CCI, donde esto sea posible) que le componen, pero también tomando posición por escrito sin vacilar cada vez que sea necesario (recordamos a todos los camaradas aislados que nuestro boletín es uno de los medios para tomar posición públicamente).
A los liquidacionistas les decimos:
Ustedes han sitiado a la CCI para destruirla, pero solamente se llevarán con ustedes, en el mejor de los casos, un cascarón. La historia no dejará de juzgarles por esto. En cuanto a la verdadera CCI, es decir, al corpus político sobre el cual se constituyó y desarrolló, es nuestra fracción la que lo mantiene y hace vivir.
¡Roma ya no está en Roma!.
Diciembre 20, 2003.
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Algunos lectores nos han dado parte de su sorpresa, o inquietud, ante el “retardo” en la aparición de nuestro boletín. El número 21 apareció, en efecto, hace alrededor de dos meses. Queremos tranquilizarles, confirmando que nuestra “salud política” está de lo mejor. Pensamos, por lo demás, que la lectura de los textos que siguen se los confirmará. Si bien estos textos han sido, esencialmente, elaborados hace ya un mes y no toman en cuenta los desarrollos posteriores. El retardo –relativo- en la aparición de este número esta relacionado con una serie de problemas de salud física de algunos de nuestros camaradas y a problemas de orden familiar para otros. Pero que nuestros lectores se tranquilicen: nuestra convicción y entusiasmo militantes no se han arrugado. Nos mantenemos igualmente determinados para el combate. ¡Que se sepa! |
Boletín Comunista Nº 22 - Fracción interna de la CCI