Las movilizaciones obreras de mayo de 2003 contra los ataques sobre las pensiones de retiro en Francia han sido una etapa complementaria en la liquidación de las adquisiciones de la Corriente Comunista internacional mediante su nueva orientación política. Esta organización no solamente ha estado retrasada en relación a los acontecimientos, sino también se ha situado, como organización, completamente fuera de esta movilización, incapaz de comprenderla y de plantear orientaciones de intervención adaptadas a la situación y su evolución.
Revolutión Internationale Nº 335 de mayo consagra solamente un artículo sobre el tema. Mientras que la movilización se desarrollaba ya y un llamado a la lucha se imponía –por nuestra parte, estimamos entonces necesario redactar un volante (ver nuestro volante del 30/04/03 publicado en este boletín)- este artículo fechado 25 de abril, plantea como perspectiva solamente que: “cualquiera que sea la capacidad de la clase obrera, relativamente débil actualmente (...) es de la mayor importancia que, para reforzarse en su lucha contra los ataques de la burguesía, se tome a cargo la discusión de las cuestiones fundamentales” que el capitalismo es responsable de la crisis y las guerras y que “lejos de reforzar la necesaria respuesta de la clase obrera, la acción de los sindicatos solamente la debilita” [subrayado por notros].
Señalemos la nueva comprensión idealista que se vuelve la regla en la nueva CCI y que llama a la “discusión de las cuestiones fundamentales” como condición previa de la lucha. Y dejemos de lado la concesión al sindicalismo que solamente “debilita la lucha obrera”. Podríamos Haber puesto todo eso en la cuenta de errores del redactor y de una falta de dominio colectivo en la realización del periódico. Esto puede sucederle a cualquier organización. Tanto más por cuanto ciertas fuentes nos habían dejado entender que se habían expresado desacuerdos sobre el artículo y que un suplemento, un número especial de RI, corregiría esto.
Desgraciadamente, este suplemento solamente desarrolla lo que ya está presente en el número de mayo y no plantea prácticamente nada diferente. El artículo, escrito el 23 de mayo en plena lucha –y retomado en el periódico de junio-, cuando la batalla es furiosa en las asambleas, manifestaciones, delegaciones, por la huelga general, no hace ninguna mención concreta del sabotaje de la huelga el 13, 14 y 15 de mayo a cargo de la CGT. Porque para la CCI no hay combate, no hay nada en juego, ni siquiera antes del 13 de mayo. La burguesía que “maniobra” –lo que es verdad en sí- ha previsto todo y la clase obrera está derrotada de antemano ante las maniobras y las trampas que se le han tendido. Este suplemento plantea como única perspectiva que: “el período que se abre es tal que la clase obrera será conducida cada vez más a comprender que no tiene otra elección que luchar [¡mientras que la clase está luchando desde hace ya varias semanas!] de reencontrar y de reafirmar su instinto de clase [lo que quiere decir que no lo está haciendo] (...). Así se crean las condiciones para que el proletariado recupere confianza en sí mismo, reencuentre su verdadera identidad de clase y se oponga masiva y unitariamente a los ataques de la burguesía como clase” [¿no es lo que está precisamente haciendo?] ¿Qué orientación para los militantes, para los obreros? Ninguna. Si no es que invitar a las asambleas a “reflexionar", dejando para mañana, para el futuro, la lucha, la lucha pura sin duda. La visión militante y dinámica del combate político entre las clases que la CCI, en la tradición del movimiento obrero, se había reapropiado en los años 80, es actualmente abandonada. En las luchas de los años 80 la CCI defendía la idea de “estar en la corriente” y es a partir de esta posición que buscábamos orientar las luchas en un sentido positivo. ¿Qué hace la CCI actualmente? Está a contracorriente cuando el curso es, con todos sus límites y los que se quieran poner, hacia la reanudación de la lucha de clases.
Es la misma huida vergonzosa ante la lucha de clases que la nueva CCI había justificado durante las luchas obreras en Argentina, rechazándolas como “interclasistas” y planteando como única perspectiva que“las nuevas oleadas de despidos y reducciones de salarios que se anuncian” [lo que se estaba haciendo de manera inmediata] solamente pueden crear las condiciones para un resurgimiento masivo de las luchas obreras en este país” (RI 319, enero 2002, subrayado por nosotros) ¡mientras que cientos de miles de trabajadores estaban en la lucha! Esto se vuelve desgraciadamente crónico: Cada lucha inmediata es negada, o rechazada como una trampa, y la lucha “real” –es decir “pura”- según la nueva CCI, es dejada para el futuro. Los combates reales, difíciles, y cotidianos de la clase obrera no son del gusto de la actual CCI. En consecuencia, los rechaza de antemano como trampas, e igualmente los niega como “interclasistas”.
El suplemento de la CCI fue realizado en el momento en que el PCI–Le Prolétaire titulaba con justeza su volante fechado el 24 de mayo ¡Los proletarios deben tomar las luchas en sus manos! El volante del BIPR fechado 22 de mayo llamaba “ a que los trabajadores retomen la lucha” subrayando que “de manera contrastante, los trabajadores retoman la ofensiva. Los sectores de la Educación Nacional están muy movilizados y se organizan ellos mismos para extender la lucha a los diferentes establecimientos y contactar a los trabajadores de otros sectores". Estas dos organizaciones, cuyas fuerzas militantes en Francia son actualmente claramente menores que las de la CCI, son capaces de situarse en el movimiento y de plantear orientaciones que corresponden , al menos globalmente, a las necesidades de la lucha. El contraste con la CCI es nuevamente, después de sus intervenciones sobre la guerra en Irak, (ver nuestro Boletín 18 y nuestra carta a la CCI reproducida al final de este número), evidente.
El método de comprensión de la nueva CCI queda prisionero de los esquemas hechos según los cuales por una parte “la burguesía maniobra siempre”, lo que implica que controla todo, y por otra parte, “una gran parte de los proletarios está aún dominada por un sentimiento de impotencia y resignación” acompañado de un “aumento de desorientación y desconcierto en las filas de los obreros ocasionada” por la política de unión nacional de la burguesía Francesa durante la guerra de Irak. Este artículo escrito el 23 de mayo y retomado tal cual en RI 336 de junio, habla de "impotencia y resignación” cuando millones de obreros se manifiestan confundidos todos los sectores, se reúnen en asambleas, envían delegaciones a otras empresas, y una gran parte de ellos está en huelga. Este artículo habla de "desorientación y desconcierto” luego de la guerra, ¡mientras la clase obrera hace estallar en pedazos la unión nacional justamente apenas unas semanas después de esta guerra! ¿En qué planeta vive la CCI?
Pero la actual CCI ya solamente ve a la burguesía y sus maniobras. Ignora completamente las luchas de la clase obrera y su propia dinámica de enfrentamiento político con la burguesía, contra las maniobras y la oposición a las fuerzas de la burguesía. No había por tanto para RI nada en juego, ningún combate inmediato para la clase obrera durante esta movilización, sino solamente una trampa.
Para argumentar su postura, la actual CCI se ve obligada ya sea a deformar la realidad o negarla; o a decir tonterías evidentes. Solamente un ejemplo entre otros en el suplemento: “Los obreros se han dejado embarcar en la falsa solidaridad impulsada por los sindicatos en los servicios públicos y particularmente en los transportes (SNCF –ferrocarriles-, RATP –metro-, autobuses urbanos) donde las huelgas han paralizado durante varios días el tráfico de los transportes públicos. En lugar de solidaridad, éstas constituyen un obstáculo complementario a la extensión del movimiento al limitar la participación en las manifestaciones de otro modo que no sea yendo con los autobuses rentados por los sindicatos. Éstas también han contribuido a volver la huelga aun más impopular entre los no huelguistas". Esta visión de los sucesos niega la realidad de los hechos, la historia real y presenta una comprensión de la dinámica de la lucha de clases particularmente idealista y abstracta.
Por un lado, sin volver sobre lo que este artículo presenta como “la falsa solidaridad”, la CCI actual ignora completamente el enfrentamiento de los ferroviarios y de los trabajadores de la RATP contra los sindicatos, la CGT a la cabeza, antes del 13 de mayo y sobretodo, mientras que estaban en huelga el 14, 15 y 16 de mayo. La CGT ha debido batallar a todo lo largo de estas jornadas para imponer con todas las maniobras a su disposición, la vuelta al trabajo. Como lo afirmó en la reunión pública de París, el 14 de junio, un simpatizante de Rouen de la CCI que había participado activamente en el movimiento, el anuncio de la continuación del movimiento en los transportes el 14 de mayo fue recibido con entusiasmo en todos los sectores, como un llamado y el principio de una lucha generalizada. Y es esto lo que todas las fuerzas de la burguesía, gobierno, partidos, medios y sindicatos, han combatido en ese momento.
Por otro lado, es increíble que, al mismo tiempo que se presenta a la clase obrera como “dominada por un sentimiento de impotencia y de resignación”, se le reproche el no poner los transportes públicos al servicio de la lucha como si estuviéramos en un período de “conciencia particularmente elevada”, tal como en un período insurreccional o de huelga de masas. Nuevamente es aplicar esquemas abstractos sin comprender, y sobre todo rechazando, la dinámica real de la lucha de clases y su nivel inmediato. El 14 y 15 de mayo del 2003, es a decir en esta movilización, en este momento, las necesidades del desarrollo de la lucha generalizada, de su extensión, y sobre todo de su unidad, exigían que los ferroviarios y los conductores del metro se pusieran en huelga en lugar de continuar en el trabajo. La burguesía lo ha comprendido bien. Todos los obreros lo han comprendido también. Solamente la actual CCI no lo comprende. Inútil agregar más volviendo sobre otras sandeces y contradicciones presentadas en el artículo del suplemento. Es sin embargo desolador y triste.
Preferimos comentar rápidamente sobre la reunión pública en París del 14 de junio. Ésta viene a confirmar la desorientación de los militantes y la heterogeneidad creciente en el interior de la CCI. La exposición realizada por un militante que visiblemente había participado activamente y, al parecer positivamente, en la lucha en su trabajo, estaba en contradicción flagrante con la prensa de la CCI. Lo que no ha dejado de revelar una participante 1. Las explicaciones han sido más bien alambicadas y difíciles. Lo que confirma la existencia de una heterogeneidad y de dudas internas. Tanto más por cuanto otras intervenciones de militantes, particularmente las de los que pertenecen a la que nosotros hemos llamado la facción liquidacionista, estaban en sus insistencias y sus contenidos en oposición con lo expuesto. Ésta había intentado partir de la situación real de la lucha, de las iniciativas, de las asambleas, de las necesidades de la lucha; mientras que los otros partían e insistían solamente en las maniobras de la burguesía, rechazando así todo lo que estaba en juego, toda posibilidad, por mínima que fuera, para la clase obrera de imponer otra relación de fuerzas2.
Actualmente, evidentemente, en el momento en que la lucha retrocede, y cuando los sindicatos y los izquierdistas comienzan a adoptar un tono radical y de "ir hasta el final" con el objetivo de empujar a la mayor derrota posible, la CCI de los liquidacionistas “terminan teniendo la razón”. Ignorando los diferentes momentos de esta lucha, su dinámica, utiliza las asambleas posteriores al 10 de junio para justificar su posición derrotista e indiferentista de inicios de mayo. Pero su “comprensión” abstracta y esquemática de los acontecimientos habrá desarmado a sus militantes, a los que han intervenido –no es el caso de todos los que pudieron hacerlo- en sus lugares de trabajo o en las asambleas. En cuanto a su intervención, desgraciadamente, no habrá dejado de tener efecto en tanto que sabemos que el suplemento ha sido vendido bien: habrá sido un factor de confusión y de desmoralización para los lectores ante los cuales la CCI aun tiene un crédito político –tenemos ya ecos de esto; habrá sido un factor de descrédito y de alejamiento de los grupos revolucionarios y de la Izquierda Comunista, si no es que hasta de asco –hemos recibido algunos testimonios en este sentido- para los lectores ocasionales que no conocían a la CCI.
Con ocasión de este renuevo abierto y masivo de la lucha obrera, son las adquisiciones de la CCI de los años de 1970 y 1980 las que son olvidadas y liquidadas a su vez. Y con ello la credibilidad y el renombre de la CCI en las luchas obreras. Su deriva oportunista continúa ineluctablemente con nuestra gran pesar y sin duda con gran pesar para una parte de sus militantes aún apegados al combate y a la militancia comunista. Incumbe pues a nuestra Fracción, también sobre este plano de la intervención de los revolucionarios en las luchas obreras, el asegurar la defensa de las adquisiciones de la CCI de los años 1970 y 1980.
15 de junio del 2003.
"El marxismo revolucionario no está
muerto y lee aún la historia a través de los
antagonismos de las clases adversarias y no a través de los
protagonistas que recitan en los sillones en las reuniones de la
cumbre".
(Bordiga)
"Los partidarios de las
'batallas ordenadas y disciplinadas' concebidas según un plan
y esquema, los que en particular quieren siempre saber exactamente de
lejos cómo 'se debería haber hecho', estiman que fue un
'grave error' dividir la gran acción de huelga general
política de enero de 1905 en una infinidad de lucha
económicas, porque ello condujo a sus ojos a paralizar esta
acción y volverla un 'fuego de paja'. Incluso el partido
socialdemócrata ruso, que ciertamente participa en la
revolución, pero no fue el autor, y que debe aprender sus
leyes a medida de su desarrollo, se encontró cierto tiempo un
poco desorientado por el reflujo aparentemente estéril de la
primera marea de huelgas generales. La historia sin embargo, que
había cometido este 'gran error' cumplía con ello mismo
un trabajo revolucionario gigantesco tan inevitable como incalculable
en sus consecuencias, sin preocuparse de las lecciones de quienes se
erigían a sí mismos como maestros de escuela."
(Rosa Luxemburg, Huelga de masas, partido y sindicatos).
1 Por nuestra parte habíamos previsto tomar la palabra presentando nuestro análisis y nuestra intervención en este movimiento (ver nuestro comunicado en este boletín) para intervenir en el debate. Esto nos ha sido una vez más impedido en nombre de nuestra supuesta pertenencia a la policía y de nuestros supuestos robos y secuestro de militantes. Dos meses después de la guerra en Irak y las tensiones imperialistas crecientes, en plena lucha obrera masiva, la CCI actual continua con su huida en nombre de su pequeña guerra contra nuestra Fracción cerrándose a toda vida política y todo debate contradictorio. Y cada vez se encierra un poco más en su lógica sectaria y de esclerosis ...
2 ¿La CCI tendrá la fuerza de plantear este debate abiertamente en su seno y frente al exterior?
Fracción interna de la CCI - Boletín 19