RESPUESTA AL COMPAÑERO T.

Con este articulo, trataremos de responder a los cuestionamientos, dudas y preocupaciones planteados por el compañero T. En su escrito de Diciembre del 2002

Como el compañero T plantea en su documento, que motivado por la necesidad de poner fin a su inactividad política frente a los dramáticos cambios sobre la escena internacional (crisis mundial, radicalización de la ofensiva militar de los USA y movimiento piquetero argentino), su primera preocupación era realizar un ajuste de cuentas frente a las diferencias que él siempre había mantenido con la CCI.

Sin embargo, el compañero se lamenta porque los destinatarios de su escrito eran: el BIPR, la CCI y la Fracción. Pero, dada la problemática que atraviesa actualmente la CCI, de discutir únicamente con aquellos que se subordinan y aceptan ciegamente su marco de análisis y sus nuevas orientaciones, y censurar o descartar de sus discusiones a todos aquellos que no acuerdan con ella. O como dice el compañero, la CCI no solo, no le ha respondido a sus argumentos políticos, sino que los ha tergiversado, tratándolo como un elemento que no comprende los argumentos políticos de la CCI. Esta es la razón por la que el compañero ya no toma en cuenta a la CCI para desarrollar esta debate y solo se dirige al BIPR y a la FICCI.

Efectivamente, aclaramos que estos y muchos cuestionamientos que militantes del mpp nos hacen, no solo es responsabilidad de la Fracción darles respuesta, sino también al conjunto de los militantes de la CCI responder a cada uno de estos cuestionamientos. Pero, dada la incapacidad en la que se encuentran hoy los militantes de esta organización para integrarse en este debate, entonces solo los militantes de la Fracción, como los verdaderos continuadores de la “vieja” CCI, trataremos de dar respuesta a los cuestionamientos planteados por T.

El compañero nos dice que; “sus criticas se centran en lo que siempre ha considerado el mayor problema de la CCI: su vinculación con la clase obrera y otros movimientos sociales”. Que “suena paradójico que siendo la clase obrera el destinatario de la actividad política de una organización comunista, ésta relación haya sido el punto de mayor discordia”...

“el problema de la intervención práctica en la lucha de clase obrera se sostiene en una serie de supuestos - la plata-forma programática – a partir de la cual se define cómo y cuando intervenir”.

Para no dejar ninguna duda de nuestra discusión, nos parece importante citar algunos pasajes de la plataforma de la CCI que dicen:

Vivimos una época histórica donde el proletariado y el conjunto de la humanidad, se juegan la alternativa decisiva guerra o revolución, barbarie o comunismo.

En esta situación la confusión, las vacilaciones, el desprecio de la teoría, la acción localista y sin perspectivas, tanto pesan todavía en el movimiento obrero, constituyen una terrible traba que aprovecha a placer la burguesía para desorientar y paralizar a los proletarios, atacarlo sin piedad y tratar de llevarlo a la derrota total.

Por esa razón, la clase obrera necesita, hoy mas que nunca, principios políticos claros y firmes que guíen su lucha y recojan sus objetivos históricos (la Revolución Mundial, la dictadura del proletariado, el Comunismo) a la luz de la experiencia de dos siglos de combate de clase de todo el mundo.

Para contribuir realmente a la lucha del proletariado hay que basarse en su experiencia histórica y mundial. No hay que recoger solamente la experiencia de una nación o de una época sino la de todas las épocas y de todas las naciones. El proletariado es una clase mundial con intereses iguales en todas las naciones. Su meta, el comunismo, solo puede triunfar a escala mundial.

La lucha por reformas se ha convertido en una utopía grosera. La clase obrera no puede llevar más que un combate a muerte. No tiene otra alternativa que aceptar ser aplastada y atomizada en una suma de individuos o luchar enfrentándose al Estado, generalizando las luchas lo más extensamente posible, rechazando el dejarse encerrar en un cuadro puramente económico, en el localismo de la fabrica o de la profesión, dándose como forma de organización los embriones de sus órganos de poder: los consejos obreros.

No vamos a explicar donde y cuantos ejemplares vendía la CCI mensual o anualmente, lo que nos interesa destacar es el método de orientación que ésta se da a través de su plataforma política para desarrollar su intervención en la clase.

Lo que vemos en la prensa de la CCI es que toda su intervención que ejercía en la clase, lo hacía apegándose a las características del período en el que actúa, al nuevo periodo, tal como fue definido por la Internacional Comunista, “periodo de guerras y de revoluciones”.

Primero, la CCI recoge el método de análisis de los revolucionarios de la época de Lenin, definen cómo analizar la decadencia del capitalismo para orientarse y saber como intervenir en la clase, identificando los principales obstáculos que la clase obrera encuentra en su proceso de lucha. Obstáculos que la burguesía le impone con el fin de impedir que esta se reconozca como clase y tome conciencia de su papel histórico, de que solo, ella la clase obrera, es la única que podrá destruir al capitalismo.

Segundo, la CCI siempre se esforzó por que se comprendiera que la única clase revolucionaria que puede poner fin al sufrimiento al que el capitalismo decadente a sometido a la humanidad es la clase obrera, porque ella es la única clase revolucionaria de esta época. Y en este objetivo no es buscándole remedios al capitalismo, sino a través de la revolución comunista. Pero también, siempre ha llamado la atención que esta revolución no se hará por voluntad de quienes la desean o por fatalidad de la historia, sino que para ello la clase obrera tendrá que vivir forzosamente un proceso de enfrentamientos decisivos contra la clase dominante, esto con el fin de recuperar su capacidad de organización y movilización y recuperar la confianza en sus propias fuerzas, capacidad para movilizarse y alrededor de ella movilizar a las demás clases de la sociedad.

La CCI siempre ha denunciado que la economía del capitalismo en la decadencia se encuentra en una situación irreversible para su recuperación. Que los ataques que la clase capitalista le impone a la clase obrera se deben a esa irreversibilidad de la crisis que padece su economía. Que las movilizaciones desarrolladas por la clase obrera en todo el mundo de 1868 que culminan en 1974, luego las luchas desarrolladas de 1978 que culminan con la huelga de masas en Polonia en 1980, luego las luchas que empiezan a desarrollarse en los principales países desarrollados, donde se reconoce que se juega la perspectiva histórica de la revolución comunista, todas estas luchas se han desarrollado en respuesta a los ataques que la clase capitalista le impone a la clase obrera.

Así mismo la CCI ha llamado la atención sobre el hecho que la lucha de la clase obrera en este periodo no se desarrolla en línea recta o gradualmente, sino que ésta siempre se expresa con altibajos, avances y retrocesos, mientras que la clase dominante trata por todos medios de destruir las experiencias de las luchas precedentes con el fin de evitar que ellas no sean reconocidas por la clase obrera como una continuidad de su propio movimiento, tratando así de hacer una especie de que cada movimiento que se desarrolla en la clase se exprese como algo inédito, como si no tuviera ninguna trascendencia anterior.

La CCI también ha destacado que todas las luchas que se desarrollaron en este periodo proporcionaron el terreno para el desarrollo de la conciencia obrera dentro del marco de la crisis económica del capitalismo decadente. Que en este periodo se notó un claro desgaste de las mistificaciones desarrolladas por la burguesía, por el hecho de que en varias ocasiones los obreros trataron de extender e internacionalizar su movimiento. Así mismo, la CCI se esforzó por comprender que la perspectiva histórica del movimiento de la clase obrera en este periodo era la extensión y la auto-organización de su combate, teniendo como única alternativa para lograrlo el desarrollo de su conciencia y que para lograr ese objetivo tendría que pasar por una confrontación radical contra el aparato sindical y contra las mistificaciones democráticas impulsadas por la burguesía. Es decir que ante la necesidad de la auto-organización, en la mayoría de las huelgas que estallaron se dieron asambleas generales. La CCI analizó que el paso que la clase obrera ha dado en esta etapa era muy significativo, pero apenas era el germen y, para dar el paso definitivo eso implicaría necesariamente que el proletariado adquiriera un nivel de confianza importante en sí mismo, pero esta confianza sólo la adquiriría a medida que desarrollara su conciencia.

Hay que notar que la CCI hace estos planteamientos no por desconfianza en la capacidad de la clase obrera o para ponerse contra ella, hace este análisis por que reconoce las tendencias históricas que juegan en la historia y el necesario desenvolvimiento de la lucha de clases, base sobre la cual establece su confianza en la capacidad de organización de la clase obrera por un lado, y por otro porque su orientación esta fundamentada sobre el análisis marxista. Por que ella ve que la mayoría de las luchas estallaban de forma espontánea, sin esperar las consignas sindicales y también porque ella ve que las asambleas generales, en muchas ocasiones, se expresaron contra las consignas y maniobras de los sindicatos. Así mismo la CCI, en este periodo de luchas, identifica la aparición de una nueva forma de sindicatos, los sindicatos de base, también identifica que estos están animados por izquierdistas y apoyados por los partidos de izquierda. También analizó que su táctica de éstos era usar un lenguaje muy radical para llamar la atención de los obreros para atraerlos e impedir que ellos por si mismos tomaran el control de su propio movimiento. Que, ante la necesidad de la extensión de las luchas los sindicatos de base la impulsaban únicamente por categorías, aceptaban la necesidad de la auto-organización de la clase obrera pero lo que proponían eran los comités de huelga conformados por los sindicatos de base. Hablaban de solidaridad pero una solidaridad material, no política. Ante la necesidad de politización de la clase obrera lo que proponían era la realización verbal del sindicalismo de combate. Por todas estas características, la CCI concluye que, los sindicatos en esta nueva etapa de luchas, se confirmaba el análisis que ya habían empezado a desarrollar los militantes de las izquierdas comunistas de que los sindicatos ya no son organismos que defiendan los intereses de la clase obrera, sino por el contrario, juegan un papel altamente reaccionario, que son un engranaje del estado capitalista.

También debemos destacar, como ya lo hemos mencionado al principio, que estas cuestiones no son un descubrimiento de la CCI, lo que ella hace es reapropiarse de ese análisis que ya venían haciendo los militantes de las izquierdas comunistas.

La Fracción, como parte de la CC, se reapropia de estas análisis y los defiende, pero eso no quiere decir que sea una posición acabada. Estamos convencidos que las posiciones acabadas que servirán para el programa del futuro partido solo surgirán del consenso del proceso de discusión entre los revolucionarios.

Por otro lado, el compañero T nos dice que “tuvo que ser necesaria la crisis Argentina y la emergencia del movimiento piquetero para que saliera a relucir en toda su magnitud la incompetencia política de la CCI... que la actitud de la CCI frente a los sucesos de Argentina no puede tener otro calificativo más que de fiasco... que no fue una sorpresa ni el producto de una degeneración reciente sino que es la extrapolación y el resultado llevado hasta sus últimas consecuencias de una actitud característica de la CCI. De tal suerte, la degeneración de la CCI no ha sido la distorsión de sus principios, sino la culminación de los comportamientos y planteamientos políticos distintivos y permanentes y muy probablemente, incubados desde su origen en tanto que organización”.

Como lo hemos desarrollado en este artículo y en los Boletines de la Fracción, la actitud que expresa la CCI hoy frente a las luchas en América Latina y en particular de Argentina, efectivamente, la posición política asumida por esta organización frente a estas luchas, no es producto de una confusión o un derrapón Político; es la expresión de una orientación política muy precisa, es la consecuencia de la orientación política adoptada en los dos últimos años por esta organización: lo que la CCI expresa con su actitud es la línea política que ésta se ha trazado en sus últimos textos de orientación de cuando y como debe intervenir en las luchas obreras. Orientaciones precisas de cómo debe intervenir frente a los grupos del MPP. Con la actitud asumida por la CCI frente a los grupos del medio y frente a las luchas en Argentina, ha dejado claro que no intervendrá en movimientos que se desarrollen con esas características sino por el contrario las combatirá como lo hizo en el caso de Argentina, los denunciará como movilizaciones Interclasistas.

Así mismo, combatirá a los grupos que se inmiscuyan en ellos los denunciará como sembradores de “falsas quimeras ilusorias que dice hacen más difícil la situación de la clase obrera”. Lo que hay que destacar, es que la CCI le ha dado la espalda a las luchas en Argentina, lo que quiere decir es que este tipo de luchas, para ella no existen. Pero también quiere decir que la CCI tampoco existe para estas luchas. Pues, una organización que, en vez de luchar por que la clase rebase el marco de las debilidades de que enfrenta en su movimiento, se pone a criticarla por su incapacidad, por no ponerse a la vanguardia de los movimientos, es una organización que se ha alejado de la clase obrera. Es una prueba que esta organización ya no es mas una organización de combate para la clase obrera. La prueba más evidente de este síntoma lo muestran los análisis hechos por la CCI y publicados en sus prensas sobre las luchas en Argentina; podemos decir sin ningún temor a equivocarnos que esos análisis no sirven para nada, esos análisis, no le sirven a la clase obrera para elevar su nivel de conciencia y superar las debilidades de su movimiento. Así mismo las supuestas criticas que la CCI hace a los grupos del MPP para nada por que, lejos de provocar una reflexión, lo que provocan con ese tipo criticas próximo al insulto lo que provocan es un alejamiento político todavía aun más grande en el campo proletario.

Como lo hemos desarrollado ampliamente en nuestros boletines y particularmente en el Nº 16 donde especificamos que dos posiciones políticas irreconciliables se han enfrentado en la CCI, si la posición de los liquidacionistas no se hubiera impuesto con sus nuevas orientaciones, la intervención de esta organización en las movilizaciones de Argentina hubiera sido totalmente otra. Se hubiera intervenido bajo las orientaciones de la plata-forma clásica de la CCI; mas para todos esos militantes, por lo cual existían ya esas tendencias a no ejercer una intervención decidida en las luchas, el hecho de que haya impuesto la posición política de los liquidacionistas ha permitido una justificación para no intervenir. Las nuevas orientaciones han sido adoptadas rápidamente, con la consigna según la cual “ no importa que posición política tengamos que adoptar, lo tenemos que hacer mientras estemos defendiendo a la CCI contra el clan”. Estos compañeros no se daban cuenta que con la adopción de esta consigna, abrían puertas y ventanas para la infiltración de una línea política que mutilaba rápidamente la orientación política de la plataforma de la CCI, relegándola a un segundo termino, decían defender a la CCI, pero en realidad lo que defendían era el membrete de la CCI, más no los principios de su plataforma.

Vicente

Marzo 2003


Fracción interna de la CCI - Boletín 19