¡A dónde conduce el oportunismo político y particularmente en el dominio organizativo!
¿A dónde va a detenerse la CCI actual?

Publicamos enseguida una toma de posición importante publicada en Le Proletaire número 463 (agosto - septiembre del 2002) sobre la crisis actual de la CCI y sobre un incidente sin precedente y particularmente significativo de la deriva actual de la CCI y de sus militantes.

De entrada, condenamos la actitud de la CCI actual y nos deslindamos totalmente de sus métodos presentes. Nos solidarizamos con el militante del PCI víctima de esta agresión. Independientemente de la reacción de apoyo político que aportamos a los camaradas del PCI, sentimos un estremecimiento doloroso frente a este nuevo episodio: dice mucho en efecto, del estado de confusión y desorientación de los miembros de la CCI; es significativo de la profundidad de la deriva sectaria que se apodera tan rápidamente de la CCI.

Saludamos la reacción política y las críticas del PCI contra “los métodos empleados por la CCI frente a sus disidentes (...) que son desgraciadamente bien conocidos: “criminalizar” a los oponentes mediante acusaciones infamantes con el fin de aislarlos completamente; resolver toda duda eventual o toda demanda de explicación política por parte de los militantes mediante la creación de un clima de ”fortaleza asediada” que permite movilizarlos en “defensa de la organización” contra los oponentes que terminan por ser descritos como si estuvieran al servicio de la burguesía. Estos procedimientos de siniestra memoria no han sido nunca empleados ni por Marx ni por Lenin; son de hecho característicos de las organizaciones gangrenadas por el oportunismo y/o desgastadas por las graves contradicciones que existen entres sus análisis y la realidad. . Serían mortales en un partido revolucionario porque destruyen inevitablemente la homogeneidad política que constituye el cimiento, creyendo asegurarla mediante un caporalismo burocráticamente reglamentado que ahoga la vida política interna...”
Hemos sufrido y combatido en el interior estos métodos “burocráticos que solamente buscan impedir la discusión y la confrontación de posiciones; hacer pasar en la confusión más total , una línea política en ruptura con los principios políticos y organizativaes defendidos por la Izquierda comunista, de la cual la CCI se reclama, desde sus orígenes”.
En este sentido, sería erróneo banalizar este incidente o analizarlo como un desafortunado derrapón de un militante. En efecto, es solamente la última ilustración de una dinámica oportunista y sectaria que se desarrollado abiertamente primero en el interior de la CCI desde el 14º congreso (mayo del 2001) y la explosión abierta de su crisis organizativa, después públicamente frente a los miembros de la CCI que se oponían a esta nueva política, y actualmente frente a todo el medio político visto como un enemigo de clase.

En lo que concierne al PCI Le Proletaire, queremos afirmar que, por nuestra parte, jamás le hemos demandado a nadie tomar parte entre la CCI y la Fracción. Efectivamente, el PCI Le Proletaire tiene sus orientaciones políticas y nosotros las nuestras. Sin embargo, saludamos este artículo que denuncia las medidas burocráticas y la intimidación que se ha instaurado en el interior de la CCI. Ello jamás fue la actitud ni las prácticas de Marx ni de Lenin, ni de ninguna organización proletaria.

Finalmente, como la antigua CCI lo hacía, nos levantamos contra todo comportamiento violento en el interior de la clase y entre sus minorías revolucionarias. Decimos una vez más con toda fraternidad a los camaradas de la CCI. ¡Deténganse! ¿Comprenden a dónde les conduce la política actual? Vean a dónde conducen las justificaciones nebulosas sobre la “indignación revolucionaria” y otras frusilerías seudoteóricas destacadas desde el 14º congreso. Reaccionen, es aún tiempo, contra la facción liquidacionista que dirige a la organización actualmente y que la conduce a su descrédito creciente y a su pérdida.

La fracción, el 2/10/02


A PROPÓSITO DE LA CRISIS DE LA CCI
Le Prolétaire 463

Los lectores de “Revolutión International” y de otros órganos de prensa internacionales de la CCI han leído desde hace varios meses que esta organización conoce una crisis cuya gravedad puede medirse por el número y lugar de los artículos que se le han consagrado. Un grupo de militantes, entre los cuales algunos parece que han ejercido funciones de responsabilidad, formó una “Fracción interna”, que es acusada de diversas faltas a las reglas de funcionamiento (ésta ha desmentido tales acusaciones en un comunicado que hemos recibido), ¡incluso uno de ellos ha sido denunciado en RI como un probable... “agente provocador”!
A la lectura del material publicado por las dos partes, no aparece ninguna divergencia política esencial, las dos partes reivindican ser los mejores continuadores de la orientación auténtica de la Corriente Comunista Internacional ; la Fracción demanda su reintegración en la organización de la que solamente denuncia una supuesta “degeneración”, sin indicar las causas.

La CCI hace muchas referencias a las luchas encarnizadas libradas por Lenin en el POSDR o por Marx en la AIT sin demostrar en qué estas comparaciones tienen algo que ver con sus problemas actuales. Queda excluido evidentemente que, como se nos ha demandado, tomemos posición por uno u otro campo –ya sea por los disidentes en nombre de la democracia, o por la mayoría en nombre de la “defensa de las organizaciones del medio proletario”- en esta crisis interna de una organización, de la que combatimos las orientaciones generales , teóricas, políticas y organizativas, comunes a los unos como a los otros.
Ello no nos impide sin embargo revelar que los métodos empleados por la CCI frente a sus disidentes actuales, y que sin duda no datan de ayer, son desgraciadamente bien conocidos:
“criminalizar” a los oponentes mediante acusaciones infamantes con el fin de aislarlos completamente; resolver toda duda eventual o toda demanda de explicación política por parte de los militantes mediante la creación de un clima de ”fortaleza asediada” que permite movilizarlos en “defensa de la organización” contra los oponentes que terminan por ser descritos como si estuvieran al servicio de la burguesía. Estos procedimientos de siniestra memoria no han sido nunca empleados ni por Marx ni por Lenin; son de hecho característicos de las organizaciones gangrenadas por el oportunismo y/o desgastadas por las graves contradicciones que existen entres sus análisis y la realidad. Serían mortales en un partido revolucionario porque destruyen inevitablemente la homogeneidad política que constituye el cimiento, creyendo asegurarla mediante un caporalismo burocráticamente reglamentado que ahoga la vida política interna; este ultimo tiende a impedir enfrentar y resolver los problemas políticos que no pueden dejar de plantearse los militantes revolucionarios, y a transformarlos en simples pericos. Las interrogaciones políticas inhibidas continúa sin embargo inevitablemente actuando soterradamente y terminan tarde o temprano por reaparecer con mayor virulencia, bajo la forma de crisis organizativas destructivas.
Es inevitable que el clima que se ha creado en la CCI repercuta al exterior. Es así como uno de nuestros camaradas que había tenido la desgracia de criticar en una reunión pública de esta organización tales métodos (si bien reafirmando que no defendía de ninguna manera a la Fracción) ha visto como consecuencia que se le notificara la “ruptura de todo lazo político” con él. El significado de esta curiosa declaración apareció unos días más tarde, cuando se hizo insultar y empujar durante una venta por un militante de la CCI. No queremos darle una importancia desmedida a este incidente, que pudo haberse debido a la sobreexcitación de los militantes locales. Pero debe quedar claro que no vamos a permitir que nadie nos dicte los límites de nuestra crítica, ni mediante ninguna medida de intimidación, ni siquiera física.
Al buen entendedor, pocas palabras bastan.

Le Prolétaire n°463, septiembre 2002.


¿Cuál es la experiencia del movimiento obrero sobre este tipo de actuaciones?

En una carta a Trotsky, Rosmer narra el caso de un grupo de oposición húngaro que acaba de constituirse y que el grupo de Rossmer ayuda. Este pequeño grupo decide distribuir volantes para dar a conocer su existencia, con la ayuda del grupo de Rossmer, y por ello se dirigen a una fiesta de los estalinistas. Rosmer narra como fueron copiosamente apaleados físicamente y agrega “aunque esto ha tenido como primer resultado hacer saber que había una oposición húngara y ya activae”. Trotsky responde el 8 de diciembre de 1929

“Habría que comenzar una campaña contra los procedimientos brutales que emplea el partidoe oficial, no solamente hacia los comunistas de la oposición, sino incluso hacia las reuniones obreras socialistas. Durante los años de la emigración, la lucha entre los bolcheviques, los mencheviques y los SR era implacable, pero al mismo tiempo jamás se impidió las reuniones mediante la fuerza, ni se cazó a los vendedores de la prensa adversaria, en suma, jamás se aplicaron procedimientos físicos. Hablo de la emigración porque solamente durante ésta tuvimos igualdad para la acción. En Rusia, bajo la ilegalidad, la cuestión de métodos físicos entre dos agrupamientos revolucionarios en lucha, ni siquiera se planteaba.
“Los partidos comunistas de los países occidentales están corrompidos por el ejemplo del partido Bolchevique posterior a la conquista del poder.La aplicación de la fuerza, incluso contra una minoría obrera, no es en general aplicable más que bajo el régimen de la dictadura, donde el aparato estatal representa o debe representar a la mayoría de la clase obrera. No es necesario subrayar, repetir, que inclusoe en esas condiciones, hay que ser muy prudente en la aplicación de procedimientos mecánicos hacia los obreros. Pero en el estado capitalista, donde el aparato estatal es totalmente hostil hacia nosotros, la aplicación de procedimientos físicos por parte del partido revolucionario, que representa a la minoría de la clase obrera, hacia otras partes de la clase obrera es extremadamente peligrosa porque vuelve a la policía burguesa el árbitro de las discusiones obreras y educa en ciertas capas de obreros la tendencia a buscar la ayuda de la policía. Y todo ello en conjunto prepara verdaderamente los cuadros del fascismo. En suma, debe ganar el derecho sobre la violencia. Solamente se puede ganar esta mayoría mediante la persuasión, no mediante las piedras, los puños, los palos. Pero, entre la juventud obrera la impaciencia revolucionaria desorientada por el ejemplo ruso falsamente comprendido puede conducir a resultados desastrosos.
“Creo que sobre todas estas cuestiones,
La Vérité podría tomar la iniciativa de una campaña sistemática. Si crees que debiera escribir un artículo... Pero la cuestión en sí misma es muy importante.”