II- DISCUSIÓN EN EL INTERIOR DEL MEDIO POLÍTICO PROLETARIO
(A propósito del artículo de la CCI sobre el MPP donde se confirma una deriva sectaria)

La prensa de la CCI publica un artículo fechado mayo 2002 titulado "Medio político proletario – Un ataque parasitario contra el BIPR" destinado a dar su solidaridad al BIPR ante las dificultades internas de que ha sido víctima estos dos últimos años y que se han saldado con la separación del grupo LAWV (ver los textos del BIPR en su sitio y sus publicaciones).
En este artículo la CCI confunde de manera deliberada las dificultades encontradas por el BIPR con las encontradas por la CCI. Así, identifica simplemente a LAWV con los militantes de la CCI reagrupados en fracción interna desde octubre de 2001 para ver una sola y misma expresión de "parasitismo contra las organizaciones de la izquierda comunista". Asimila alegremente la política y práctica del BIPR hacia LAWV al que la CCI ha adoptado ante la fracción.
La amalgama no merecería en sí detenerse en ella, pero confirma e ilustra desgraciadamente la precipitación de un proceso de sectarización en el cual se hunde la CCI. La CCI sigue elucubrando e inventando nuevas teorías, luego de la invención de un "clanismo generalizado" en el interior de las organizaciones comunistas(1), generaliza la teoría del parasitismo. El proceso de degeneración de la CCI se verifica en esta nueva teoría del parasitismo generalizado que es solamente una coartada ridícula para justificar un nuevo ataque contra su exFracción interna. Pero detrás de ella se encuentra el peligro de entrañar a todos los grupos o elementos que se reclaman de la Izquierda comunista en una falsa comprensión de las cuestiones organizativas y de arrojar descrédito sobre la noción misma de organización comunista.

1. La amalgama entre el LAWV y la fracción interna de la CCI es un sin sentido
El LAWV, aunque aceptando formalmente un trabajo conjunto con el BIPR traicionó rápidamente su pretendida ruptura con el izquierdismo del que había salido, conservando de hecho posiciones políticas extrañas a las defendidas por la izquierda comunista. Y más que ello, se oponía a la discusión sobre éstas en tanto que las divergencias se acumulaban. El BIPR ha señalado respecto a esto que: "en lugar de abordar sus diferencias políticamente, a medida que se manifestaban, el LAWV prefería aparentar su inexistencia y levantar una pantalla de humo de diversiones y ataques virulentos...".
La fracción interna de la CCI está constituida de militantes que en su mayor parte estuvieron en el origen mismo de la constitución de la CCI, en su mayor parte miembros de los órganos centrales, y que reivindican la plataforma política de la CCI. La actitud consistente en rechazar la discusión y "aparentar la inexistencia de divergencias y levantar una pantalla de humo de diversiones" para huir de la discusión no es de ella, sino la de los nuevos órganos dirigentes de la CCI.

2. La amalgama entre la política llevada a cabo por el BIPR y la CCI es un sin sentido
En su combate contra las posiciones y prácticas del LAWV, el BIPR siempre ha privilegiado la discusión sobre las divergencias políticas. Una vez consumada la necesidad de una ruptura, es en estos términos que el BIPR se dirigió al LAWV en una carta fechada diciembre de 2001 "A los camaradas del LAWV": "Tal vez ustedes se acercarán a nosotros con el tiempo o evolucionarán hacia otra tendencia. La cuestión importante es que evolucionen. Por nuestra parte, buscamos mantenernos en contacto con ustedes... Podríamos incluso invitarles a reunirnos en declaraciones internacionales cuando el acuerdo sea suficiente... Les deseamos el mejor de los éxitos en su trabajo de clarificación y esperamos relaciones amistosas en el futuro."
Y el BIPR propone incluso en su carta las orientaciones de reflexión sobre las cuales invita al LAWV a trabajar y reflexionar y a mantener un contacto para debatir sobre "las principales lecciones de la historia del proletariado y haciéndoles llegar nuestros comentarios sobre sus publicaciones... Los animamos a estudiar todas las tendencias de la Izquierda comunista con miras a clarificar vuestra propia base política... También pueden enmendar vuestra declaración de posiciones fundamentales de acuerdo a la que les reúne en adelante. Por nuestra parte hemos decidido dar cuerpo a la nuestra porque deja muchas cuestiones en suspenso. Les enviamos pues esta carta con un espíritu fraternal con el fin de marcar una nueva etapa en nuestras relaciones."
Cuando nuestra fracción tuvo un encuentro con el BIPR fue también por lo demás con el mismo estado de espíritu fraternal y abierto que abordamos el conjunto de las cuestiones relativas a las dificultades del medio político en general, a la nueva crisis que conocía la CCI y a los orígenes y consecuencias posibles de ésta (ver nuestro Boletín de fracción nº7).
Nada de común con la política y la práctica de la nueva CCI ante nuestra fracción: comenzando por rehuir el debate y condenar a prior a los militantes reagrupados en fracción. A manera de ejemplo, he aquí la única respuesta política que consentía en hacer el órgano central de la CCI ante nuestra demanda de una discusión sobre las modalidades de funcionamiento de nuestra fracción en el interior de la CCI: "El SI mensual no tiene tiempo que perder para refutar cada una de las deformaciones, cada una de las mentiras, de responder a cada uno de los ataques e insultos contra la organización que se encuentran en la declaración del 9 de octubre pero constata que ésta constituye una verdadera declaración de guerra de los firmantes contra la CCI, que hace de esta 'fracción' un verdadero grupo parasitario en el interior de nuestra organización El parasitismo constituye el resultado lógico, varias veces verificado por nuestra organización, del tipo de dinámica clánica en el cual se han comprometido estos militantes. Su comportamiento actual constituye una nueva ilustración. Como consecuencia, el SI mensual considera que la pretendida "fracción" no es siquiera una caricatura de fracción tal como han existido en el movimiento obrero, sino un simple reagrupamiento de militantes descontentos, frustrados, animados por el resentimiento y el orgullo herido, que han perdido toda noción del que quiere decir una organización comunista." (Circular dirigida a todos los militantes de la CCI (Boletín interno 288) octubre 20, 2001).
La CCI comenzó por negar la existencia de divergencias y desacuerdos propuestos sin embargo negro sobre blanco en informes, textos e intervenciones producidos desde antes de nuestra constitución en fracción: no veía más que una expresión de un nuevo "clan" y en nombre de esto acumulaba las medidas disciplinarias respecto a sus contradictores. Nuestra constitución en fracción era la única posibilidad si queríamos darnos los medios para poder defender nuestras posiciones ante el conjunto de la organización. Después la existencia misma de esta fracción fue despreciada con cinismo –contra los estatutos de la CCI que reconocen el derecho de fracción-, en un proceso que solamente podía llevar a nuestra exclusión pura y simple.
¿La nueva CCI pretende defender los principios? Los inventa y desnaturaliza llegando hasta impedir a sus militantes excluidos el tomar la palabra en sus reuniones públicas(2), amenazándolos con establecer un servicio de orden si persisten. En tanto que da la orden a todo miembro de la CCI de romper toda relación política, personal o amistosa con los miembros de nuestra fracción, medida que aconseja aplicar a los simpatizantes y contactos de la CCI. Todo ello explícitamente reivindicado abierta y públicamente ante la asamblea muda de la RP del 29 de junio de 2002.
Entre estas dos actitudes, la del BIPR suscitando y animando el debate, y la de la nueva CCI rehuyéndolo y excluyendo a sus militantes, no hay pues ninguna confusión posible: una pertenece a la tradición comunista, en particular al combate llevado a cabo por las izquierdas que da siempre la prioridad a las cuestiones políticas, a la discusión, a la clarificación de los desacuerdos en el interior de la clase obrera con un espíritu fraternal. La otra se encuentra solamente en la IC y los PC en degeneración de la época estalinista que repudian a sus oponentes, los denuncian públicamente, juegan sobre el montaje de casos para justificar la exclusión de los elementos que estorban su nueva política oportunista y sectaria.
Fracción interna de la CCI (29/07/2002)



Carta del BIPR a la fracción (26/05/2002)

Queridos camaradas

En el número 109 de su  "Revista Internacional" la CCI reconoce que desde su creación ha atravesado, de manera repetida, por escisiones, crisis, etc.,...
Añadamos : A tal punto que solamente queda ahora en el interior de la CCI un solo miembro del núcleo fundador. Si es cierto que una organización de refuerza depurándose, se podría decir que la CCI debe ser, en la hora actual, una organización de concreto.
El balance de esta situación es abrumador para esta organización que siempre se ha calificado como "la más importante del medio político proletario". Son, como ya se ha dicho, los militantes fundadores de la CCI los excluidos, el órgano central que pierde dos terceras partes de sus miembros, etc... sin contar la desmoralización que surge siempre durante tales periodos.

Para la CCI, las causas de estas crisis repetidas son límpidas: Es en este contexto de crisis que por un lado, los camaradas de la FI, buscando "sacar un balance de lo que ha pasado y de la historia de la CCI", lo que es completamente legítimo, desean una discusión sobre la situación internacional y no encerrarse en el debate sobre las cuestiones organizativas, mientras que la CCI, imperturbable, continúa afirmando que las revueltas que surgen en América Latina solo cubren luchas entre diversos clanes de la burguesía "con el riesgo de que arrastren tras de ellas a fracciones del proletariado", con la ventaja de que con la "teoría de la descomposición" se puede dejar de lado todo análisis serio.
Sin embargo, las razones de los dos protagonistas, por diferentes que sean para intentar explicar la crisis, son tan erróneas la una como la otra.
Las razones de esta crisis hay que buscarlas en los errores programáticos que están en la base misma de la constitución de la CCI.
La fuente de los errores de la CCI reside, como lo hemos afirmado en varias ocasiones, en su visión idealista; una organización cuyas bases metodológicas y políticas se sitúan fuera del materialismo histórico está ineluctablemente conducida a replegarse sobre ella misma para defenderse como organización cuando la realidad desmiente cada día los esquemas abstractos que le sirven como marco de análisis.
La explicación que se encuentra regularmente en los textos de la FI – (por ejemplo boletín Nº9 p17 "En verdad, el problema con la fórmula 'cada uno para sí' es que, mientras que pretendía ser al principio solamente una fórmula para describir cierto número de fenómenos constatables a partir de 1989, ahora se ha vuelto en nuestro lenguaje un cierto 'factor', dicho de otro modo, una categoría autónoma que constituye LA 'causa misteriosa' de dichos fenómenos") es decir un concepto que servía al principio para describir la situación se convierte en sí mismo en explicación de esta situación (la descomposición, el "cada uno para sí") – se queda un poco corta. Si bien es importante analizar la dinámica que ha permitido ese desliz, no hay que quedarse estancado en el análisis mismo de estos conceptos, lo que aportan estas novedades (particularmente la de la descomposición). Nuestra posición es que esos conceptos se han planteado para tratar de ceñirse a una realidad que desmiente las bases mismas de las posiciones de la CCI: análisis de las crisis del capitalismo, decadencia, periodización rígido en "cursos", y caracterización del periodo actual (desde 1968, o sea ¡34 años!) como "curso a la revolución". Sobre estas bases, se tiene que recurrir a chapucerías ideológicas para explicar... la ausencia no solamente de revolución, sino también de enfrentamientos decisivos. Es loable volver a un visión más real de las cosas, ver movimientos proletarios, con sus límites, allí donde están, y por tanto en Argentina, pero esto no les pondrá al abrigo de una evolución futura.
No podemos sino animar a los miembros de la FI a reflexionar antes de tomar el mismo camino que el recorrido antes de ellos por otros grupos salidos de la CCI cuyo fin era el de reencontrar el paraíso perdido de la CCI de los orígenes... nuevo punto de partida de un nuevo ciclo de confusiones y... ¡de nuevas crisis! La hipótesis que ustedes evocan sobre la "constitución de un nuevo grupo comunista" no es tranquilizante a este respecto.

En lo que concierne al informe que han hecho sobre el encuentro y la discusión que hemos tenido en conjunto, lo encontramos del todo correcto, refleja, a nuestro parecer, muy fielmente el contenido de nuestra reunión.
Su artículo sobre las fracciones en la historia, aunque muy interesante, entra, desde nuestro punto de vista, en el marco de su polémica con la CCI. En cambio, no vemos ningún obstáculo, como por lo demás les habíamos expresado durante nuestra reunión, en insertar en nuestra revista o nuestro sitio, algunas de sus contribuciones que muestren nuestros debates comunes.
Sobre esta cuestión, y en respuesta a su propuesta de un encuentro alrededor, por ejemplo, de intercambios sobre la situación internacional, no nos cerramos en absoluto a este tipo de iniciativa, solamente habría que delimitar el marco.

Alentándolos, porque la situación que ustedes viven en el presente es ciertamente, a muchos niveles, muy difícil de soportar, les enviamos nuestros saludos comunistas.
Le BIPR



Nuestra respuesta

La fracción de la CCI al BIPR
Paris, 28 de junio de 2002

Queridos camaradas,
Les agradecemos por su último correo del 26 de mayo de 2002 y por alentarnos en un periodo "muy difícil de soportar" como lo afirman en ese documento. Les habíamos prometido responderles rápidamente pero comprenderán que nos ha faltado el tiempo.
De entrada queremos tranquilizarlos, no está en nuestras intenciones actuales, ir hacia la "constitución de un nuevo grupo político", pues solamente acentuaría la dispersión en el interior del medio político proletario. Nuestra intención es partir, de la manera más rigurosa posible, de nuestro marco de análisis actual (el de la CCI), para comprender la crisis que vive actualmente esta organización de la que nos reivindicamos. Es decir, especialmente hacer el análisis-crítica de la deriva oportunista en la cual está comprometida. Este enfoque debe permitirnos comprender cuáles son las raíces de esta crisis y trazar todas las lecciones políticas. Es el método marxista, el del movimiento obrero, el que nos ha enseñado la Izquierda comunista a través de la Fracción italiana, la que hizo ese profundo y paciente trabajo de crítica de la IIIª Internacional. Para nosotros, no hay otro. Cualquier otro método que buscara zanjar rápidamente estas cuestiones sería superficial y sin principios y solamente podría conducir, en el mejor de los casos, a la nada política, sin el menor balance crítico (como se ve en el caso de Adrien-RV y sus camaradas) y, en el peor, a catástrofes como las que condujeron a Trotsky a la impotencia y, a fin de cuentas, a sus epígonos al campo de la burguesía.
En este camino ¿a dónde se puede llegar?
Ya sea que lleguemos a vuestra conclusión: es desde el origen que "el gusano estaba en el fruto"; ya sea que la CCI actual ha degenerado y que haya que restablecer sus principios originales (lo que es nuestra base de trabajo actualmente). Pero a partir de allí, se pueden abrir varias vías:
- No sabemos aún la amplitud de los deslices oportunistas y, aquí también, puede haber ciertos puntos de acuerdo con vuestras conclusiones;
- Tenemos la debilidad de creer que el debate que nace alrededor de esta crisis de la CCI, puede transformarse en un momento positivo en el interior del medio político proletario y cambiar completamente la situación para contribuir a un reagrupamiento de las energías revolucionarias.

Antes de seguir adelante en la exposición de nuestra visión actual, queremos señalarles cierto número de acuerdo con ustedes sobre los puntos siguientes:
Se quiera o no, muchas de estas cuestiones corresponden a cuestiones organizativas que son cuestiones política en sí mismas y que no están forzosa y directamente ligadas a las posiciones principales de la CCI.

I – La fracción como continuadora de la verdadera CCI

Contrariamente a vuestro juicio, no vemos sobre qué se basan ustedes para llamara a la CCI como "idealista" desde sus orígenes. Desde su creación, la CCI ha sabido inscribirse en la continuidad del combate de la Internacional comunista y de la Izquierda comunista italiana que publicaba Bilan en los años 30. Ni la IC ni Bilan tienen nada de idealistas. Pero la CCI ha retomado el marco de análisis de la IC. "Los comunistas del mundo entero reivindican la tesis de Lenin, de que la guerra mundial ha abierto la crisis revolucionaria y final del mundo capitalista" (Bordiga en Lenin sobre el camino de la revolución). Es la tesis central sobre la cual se ha fundado la CCI y es la tesis que ha sistematizado en su posición central sobre el hecho de que el capitalismo conoce su fase de "decadencia" la que entraña su destrucción mediante la revolución proletaria.
Sobre la base sólida de las tesis de la Internacional comunista, la CCI ha podido ser un polo que contribuye al trabajo de reagrupamiento de las energías revolucionarias durante más de 25 años desde su creación en enero de 1975. La fuerza esencial de la CCI ha sido la de ligarse al movimiento obrero y a sus fracciones de izquierda tales como la fracción italiana.

II – Todas las organizaciones del movimiento obrero han estado atravesadas por crisis y ello no ha puesto en cuestión sin embargo ni la teoría marxista ni el comunismo.

La crisis de la socialdemocracia y luego su paso con armas y bagaje al campo de la burguesía no condujo a los revolucionarios a cuestionar el marxismo. Por el contrario, el conjunto de las izquierdas de la IIª Internacional se reclamaron del marxismo y mostraron que había que restaurarlo ante los Kautsky, Plejánov y compañía. Las izquierdas, ya sea Bordiga, Rosa Luxemburg, Lenin y Pannekoek se han dado a la tarea de restauración de la teoría marxista.

"Durante la guerra, solamente se ha hablado de socialismo y de los socialistas, y seguido con pasión las divergencias entre las diferentes escuelas de este socialismo dado por muerto por todo el mundo (...) Y los que se han burlado del socialismo en tanto que crítica y acción, los que han tratado con burla como inútil manía sus debates internos, cuando no podían comprender su importancia, deben estar mordiéndose los dedos". (Las enseñanzas de la historia reciente. Bordiga en Avanti, 1918).
"La historia de este último (el movimiento comunista) de sus desviaciones y de sus crisis será utilizado para demostrar hasta qué punto fue siempre, durante estos largos extravíos –de los cuales nuestra crítica sabe bien individualizar e indicar las causas determinantes, algunas veces irresistibles- la utilización de un camino diferente al trazado en las teorías fundamentales,"
(informe de la reunión de la Spézia en Bordiga y la pasión del comunismo, Págs. 166 y 167). Y finalmente, Bordiga precisa "hemos puesto en evidencia la guerra del bolchevismo leninista, en tiempos de la revolución, contra la traición odiosa de los socialpatriotas y socialdemócratas, como el ejemplo más elevado de la restauración totalitaria del marxismo integral" (subrayado por nosotros).
Bordiga pues jamás concluyó la quiebra del marxismo debido a sus crisis, sino la necesidad de su restauración.

Y dejemos hablar a Bordiga sobre el papel de Lenin. "Se debe a Lenin la reconstrucción de nuestro programa, la crítica del mundo en general y del régimen burgués en particular que en su conjunto completa la elaboración teórica de la ideología propia del proletariado moderno". (Lenin sobre el camino de la revolución).

Pannekoek dice exactamente la misma cosa con otras palabras: "El hecho de que el movimiento obrero haya conocido todo el tiempo conflictos internos demuestra que no se trata en la ocurrencia de anomalías, de enfermedades infantiles puras y simples, sino de reacciones inevitables, normales, a situaciones naturales." (Las divergencias tácticas en el movimiento obrero. 1909)

Es igual para Rosa Luxemburg, quien dice que : "El camino (...) es también el camino que conduce a la paz y a la reconstrucción de la Internacional". (Die Internationale, abril 1915).

Y también para los bolcheviques. "Al proclamar la necesidad de crear una IIIª Internacional, ¿renunciamos completamente a la herencia de la IIª Internacional?
La tarea de los revolucionario marxistas consiste en mostrar que, durante los veinticinco años de existencia de la IIª Internacional, dos tendencias esenciales han combatido con alternativas éxitos y reveses: el marxismo y el oportunismo. No queremos borrar toda la historia de la IIª Internacional. No renegamos de lo que había en ella de marxista."
(Zinoviev, octubre 1916, La IIª Internacional y el problema de la guerra. ¿Renunciamos a nuestra herencia?)

La crisis y la degeneración de la IIIª Internacional plantean la misma cuestión. ¿Son los principios comunistas los que han quebrado desde la creación de la Internacional comunista en 1918 o bien es la pérdida de los principios lo que condujo a la situación de crisis en la Internacional?

Así, la misma situación se produjo en el interior de la tercera Internacional y los revolucionarios no concluyeron sin embargo que la IC estaba, desde sus orígenes, gangrenada. ¿Qué dice la izquierda italiana en el primer número de Bilan? "La base política de éstas (de las fracciones de izquierda) debe encontrarse, en primer lugar, en los fundamentos mismos de la IC y perfeccionarse, luego de una crítica de todos los acontecimientos de posguerra". La fracción italiana no echa por la borda a la IC sino por el contrario, se reivindica de sus bases políticas.

Es lo mismo actualmente para determinar la naturaleza de una organización y su herencia.

Tales son las razones que nos imponen la prudencia y el no arrojar todo por la borda. Es difícil concluir únicamente que una organización degenera porque sus posiciones de origen eran ya erróneas. Si se concluye así habría que explicar por qué no fue el caso para la socialdemocracia ni la IC. Y en consecuencia hay que encontrar las razones de la degeneración de la CCI actual además.
Según nosotros, la importancia de la deriva interna de la CCI desde sus últimos años y las asombrosas semejanzas con los peores momentos de la bolchevización de la IC y de los PC (1924-1928) nos incitan a pensar que sería un error dramático explicar y justificar las dificultades de la CCI y sus crisis únicamente por unas bases programáticas erróneas de la CCI desde su constitución. Incluso si se puede admitir que los dos fenómenos sean inseparables en el sentido en que algunas derivas (idealismo, descomposición...) tuvieran un efecto y se tradujeran al nivel del régimen interior, no se puede descartar que el régimen interior a su vez, induce y conduce al oportunismo en la teoría. (Por ejemplo, la reciente institucionalización de una comisión permanente de información soberana encargada de vigilar sobre la validez de tal o cual divergencia de ahora actual y futura, cierra definitivamente la puerta a cualquier expresión de divergencias, a cualquier discusión alternativa contradictoria en el interior de la CCI en el porvenir). Sin la restauración de un régimen interior digno de comunistas, ninguno de los errores teóricos de la CCI podrá ser cuestionado seriamente, ni desde el interior de la CCI ni desde el exterior de ella.

Vamos a desarrollar y continuar esta discusión. Esta carta indica solamente los primeros elementos de nuestra reflexión, en particular el marco y el método que buscamos emplear. Esperamos vuestros comentarios y críticas con gran interés sabiendo que son indispensables para poder llevar a cabo nuestro combate y continuar nuestra reflexión.

Saludos comunistas.
La Fracción de la CCI.



RESUMEN DE LA PRESENTACIÓN DEL PCI - PROGRAMME COMMUNISTE SOBRE LA CRISIS ORGANIZATIVA DE 1982 Y SU COLAPSO

Este resumen está redactado a partir de las notas manuscritas tomadas por el militante de la fracción de la CCI presente en la permanencia del PCI-Le Prolétaire en París en junio del 2002. El tema central de esta reunión fue la crisis del partido y su colapso de 1982. Nos parece de la mayor importancia volver sobre esta crisis que tiene bastantes similitudes y paralelos con la de la CCI actual, e incluso algunas del pasado. Es cierto que siempre hay un vínculo entre la cuestión organizativa y los principios programáticos defendidos por una organización. Las debilidades y errores en el programa tienen inevitablemente consecuencias sobre la capacidad de una organización comunista para mantenerse y para jugar su papel de vanguardia política. En el caso del PCI, la cuestión nacional como cuestión programática y la sobrestimación de la situación como error de análisis y "político", han sido los vectores por los cuales el oportunismo destructor y liquidador de la organización se introdujo. Es visiblemente la lección que el PCI actual traza.
Pero no es menos cierto que existen procesos concretos, materiales, mediante los cuales una organización se construye y mediante los cuales puede ser conducida a desaparecer, y particularmente a colapsarse o explotar. Estos procesos adquieren también su propia dinámica y una batalla, o batallas política organizativas se desarrollan tanto en la fase de construcción y desarrollo como en la fase de debilitamiento y desaparición. Y sobre este plano también, hay lecciones a sacar. Es lo que trata de hacer el PCI. A nuestro parecer, lo logra en parte. Pero en parte solamente. Tendremos la ocasión de volver al respecto.
Es por tanto con un espíritu de escucha, de compartir experiencias, de aprendizaje, -y no de polémica estéril o de "competencia"- que nos hemos interesado en conocer, discutir, y presentar lo que hemos retenido de la presentación que se ha hecho. Incluso si la tradición bordiguista no nos considera como pertenecientes al campo comunista y rehúsa –por principio político y de manera consecuente desde su punto de vista- "debatir" y discutir con la tradición de la CCI, no consideramos menos por nuestra parte que tenemos mucho que aprender de la experiencia del PCI en general –tal como de la otra corriente salida de la Izquierda italiana representada por el BIPR- y, en particular, de su crisis organizativa de 1982 y del proceso que llevo a ésta.
Evidentemente, este resumen es de nuestra entera responsabilidad y no compromete ni al PCI ni a sus militantes presentes en la reunión. Ponemos entre corchetes lo que no ha sido dicho explícitamente por el PCI y que ha sido tomado en las notas por nosotros (lo que ya puede prestarse a interpretaciones diferentes) y que nos parece se deriva de la exposición hecha y que facilita la lectura y comprensión.

1) Rápido recuento histórico de la crisis del Partido comunista internacional

Después de 1968, el PCI-Programme communiste tuvo un desarrollo internacional significativo. Este desarrollo vino a confirmar la visión y la "predicción" del Partido sobre el resurgimiento de la crisis en 1975.

El partido vivió una crisis en Italia con el grupo (local, es decir una sección local) que estaba "a cargo de centralizar el trabajo sindical". Este grupo seguía defendiendo la posición "clásica" de los años 1920, la que se había vuelto errónea: la defensa de los sindicatos [tal como existían entonces a finales de los años 1960 y principios de 1970]. Este grupo que representaba una tendencia idealista, en particular sobre la cuestión del partido, constituyó Il Partito communista (el llamado partido de Florencia que era la sección local a cargo de la centralización del trabajo sindical). En la misma época, algunos militantes dejaron el partido sobre la base de una posición antisindicalista que retomaba la posición del KAPD sobre el "unionismo" y que consideraba que la Izquierda alemana había llevado a cabo un trabajo superior al de la Izquierda italiana.

El desarrollo internacional del partido a partir del comienzo de los años 1970, requirió pasar de una fase de organización correspondiente a "grupos", a la de una centralización internacional más efectiva; de pasar de un periodo de "círculos" –diríamos nosotros- a la del "partido". Esta necesidad se hizo sentir tanto más sobre las cuestiones de seguridad y represión estatal luego de la intervención de Prolétaire en los comités de soldados en el interior del ejército francés y los "titubeos" que le acompañaron. De manera más general, este periodo vio un inicio de trabajo de intervención más significativo que correspondía a la "previsión" de la crisis en 1975 y la reaparición de la alternativa histórica "guerra o revolución" . Cierto número de militantes (entre ellos Suzanne Voute, Cf. Le Prolétaire 461 de marzo-abril 2002) se opuso a esta orientación. El partido no tomó suficientemente en consideración la crítica y las puestas en guardia contra la sobrestimación de la situación y el lazo mecánico establecido entre la crisis económica y la lucha de clases. Solamente veía que las tendencias activistas en su seno se desarrollaban peligrosamente.
Haciendo un paralelo con Rusia 1917 –"es el eslabón débil de la cadena de países imperialistas el que ofrece primero las condiciones de la revolución"-, se hizo una teorización sobre la reanudación de la lucha de clases que comenzaría en los países de la periferia del mundo capitalista. En particular, los militantes a cargo del trabajo en Argelia veían la situación particularmente madura en este país. Hubo una sobrevaloración de la situación en particular en los países de la periferia.

Paralelamente a lo anterior, el desarrollo "espontáneo", sin centralización, del partido, el aumento importante del número de miembros imponían todavía más la necesidad de una centralización efectiva. Ésta se confrontó a la oposición del "cada uno por su lado", [al localismo]. De golpe, esta contradicción explotó también a nivel central.

El punto detonador de la crisis fue la cuestión palestina. Una sección estaba a punto de constituirse en Beirut en el momento de la invasión israelí. Los problemas se volvieron inmediata y dramáticamente cruciales. Apareció rápidamente la insuficiencia de la "formación" de estos militantes (de los cuales algunos -¿o todos?- venían de una ruptura con la OLP). Los militantes franceses que centralizaban este trabajo adoptaron entonces posiciones próximas a las de la IC con el "Kuomingtang" en 1927 en China. El Oumani, la sección argelina, comenzó a criticar a "Beirut". Después se hundió y escindió del partido. Los militantes en Francia estaban muy influenciados por El Oumani lo que provocó la explosión del partido en Francia. En Italia donde las cuestiones eran más políticas, se operó un cambio de dirección (al parecer debido a que los militantes más o menos opuestos al activismo de los años 1970 retomaron las cosas). Para esta última, el partido no habría sabido ligarse a la clase obrera. Daría razón a Lenin (en la Enfermedad infantil del comunismo) contra Bordiga.

Si bien la tendencia nacionalista y activista ha desaparecido, quedan dos tendencias:
- los más viejos militantes que se dirigieron a los tribunales burgueses en Italia para conservar la propiedad del título Programma communista. Estos militantes al desertar del combate interno, se mostraron incapaces de llevar a cabo una lucha política interna consecuente [y se centran más en una actividad "teórica", si no es que académica];
- Le Prolétaire y Programme communiste en Francia e Italia alrededor del cual grupos de diferentes países se reagrupan actualmente. Esta tendencia tiene precisamente como característica el haber llevado a cabo el combate en el interior del partido con el fin de defender lo que consideraba como los principios y adquisiciones políticas y para ganar a los militantes a las posiciones que considera correctas.

2) Las lecciones de la crisis según el PCI

Esta crisis ha revelado una debilidad política a nivel del análisis de la situación y a nivel organizativo. Una caída en el activismo que tuvo como consecuencia un debilitamiento teórico. La crisis de 1982 es la consecuencia de este debilitamiento teórico si bien también fue debida al reflujo político general que el partido no vio.(3)

Actualmente, el partido no piensa haber sufrido entonces de infiltración policíaca. No piensa tampoco que la causa de la crisis se haya debido a maniobras [destructivas] si bien reconoce que El Oumani "maniobraba" mucho. Incluso si la crisis tuvo efectos destructores para los militantes.
Sin embargo, es imposible concebir que un programa político correcto pueda evitar [pueda ser una garantía contra] toda crisis organizativa simplemente por su justeza. Ninguna organización está inmunizada contra los errores. Además, las divergencias políticas son inevitables y por tanto no pueden resolverse mediante la disciplina formal. Las cuestiones organizativas [formales, reglas formales-estatutos, disciplina formal, etc...] son secundarias siempre en relación a las cuestiones políticas. Si existe una violación de las reglas organizativas, es la manifestación de problemas políticos. Es por ello que la organización revolucionaria debe actuar de tal modo que la claridad política sea siempre el objetivo, porque sobre el plano organizativo formal no se resuelven los problemas y divergencias políticas.
En particular, sería falso comprender el centralismo orgánico –la concepción bordiguista del funcionamiento y la centralización de la organización- como una receta organizativa. Es una orientación política sobre el plano de la cuestión organizativa.
Además, en el caso de divergencias internas, la Izquierda debe combatir en tanto que sea posible en el interior de la organización para "conquistar" o salvar a los militantes.

La fracción de la CCI, 7 de julio de 2002.

NOTAS:
(1) Volveremos sobre esta noción. Pero digamos ya que hay que manejar esta idea con precaución a menos de que se piense que la naturaleza de una organización revolucionaria es la misma que la de las organizaciones de la burguesía donde este tipo de fenómenos de "camarillas" y "clanes" está totalmente generalizado y es común el enfrentamiento entre individuos y grupos.
(2) Ya en la Reunión Pública de París del 16 de marzo solamente ante la presión de los participantes pudimos tomar la palabra y defender nuestro punto de vista (boletín nº 8 de la fracción). Ahora oficial y públicamente se nos ha prohibido intervenir ¿Qué tanto teme la CCI?.
(3) Comentario de la Fracción. Estas dos causas de la crisis del PCI : 'activismo' y 'tendencia a una visión tercermundista-nacionalista', habían sido planteadas por la CCI en la época del colapso del grupo en 1981.