I - EL COMBATE DE NUESTRA FRACCIÓN CONTINÚA EN EL INTERIOR DE LA CCI

Publicamos a continuación: Seguimos condenando firmemente las nuevas orientaciones de la actual CCI y la sumisión de sus militantes ante tales orientaciones, como manifestaciones de una deriva sectaria gravísima que conlleva el estallido y la autodestrucción de la CCI como un todo.

Comunicado

Ante los artículos aparecidos en la prensa de la CCI, desmentimos todas las acusaciones levantadas por la CCI contra nuestra fracción y sus miembros: Demandamos la publicación de este comunicado en todos los órganos de prensa del medio político proletario, incluido en las publicaciones y el sitio Internet de la CCI, como derecho de respuesta.
Para todo contacto o información adicional, escriba a la dirección e-mail de la fracción:
inter1925@yahoo.fr




Carta de acompañamiento

La Fracción Interna de la CCI
París, 22 de junio, 2002

Camaradas,
Nos dirigimos a ustedes, así como al conjunto de los grupos políticos que se reivindican de las Izquierdas Comunistas, para solicitarles insertar en su publicación el comunicado adjunto.

Como deben saber, a partir de una crisis en el interior de la CCI, hemos sido llevados a constituirnos como Fracción Interna de nuestra organización. Nuestra Fracción existe formalmente desde hace 9 meses y ha publicada hasta ahora 11 números de su Boletín. Este boletín ha sido enviado a los grupos del Medio Político Proletario y a TODOS los militantes de la CCI con el objetivo de llevar a cabo el debate sobre esta crisis, debate que les Órganos centrales de la CCI rehúsan llevar a cabo (llegando hasta prohibirnos formalmente el acceso a los boletines internos de nuestra organización, a pesar de que están previstos para ello).

Si hemos decidido comunicar nuestros boletines al conjunto del MPP, es porque tenemos la convicción de que los problemas y dificultades que encuentra una de las organizaciones de este MPP (para el caso la más importante en número de secciones territoriales militantes) conciernen directamente al conjunto de las organizaciones y sus militantes. Nos parecía, nos parece aún, que corresponde al conjunto del medio político el discutir sobre estas dificultades y buscar los medios para superarlas.

Desdichadamente, la deriva actual de la CCI y de sus órganos dirigentes es tal que la única manera que han encontrado para responder ante los problemas que planteamos ha consistido, primero en medidas disciplinarias tan delirantes como sistemáticas, y después, en la exclusión disfrazada de los miembros de nuestra Fracción. En suma, para curar la fiebre, la CCI ha decidido romper el termómetro.

Impugnamos categóricamente las acusaciones levantadas contra nosotros y, como es tradición en el movimiento obrero, solicitamos publicar nuestra protesta contra esas calumnias.

Es evidente para nosotros que: Para termina, les señalamos (o recordamos) que continuamos demandando nuestra reintegración a la CCI para poder llevar a cabo el debate de manera políticamente clara sobre los desacuerdos que tenemos con nuestra organización. Es por ello que nos llamamos Fracción INTERNA de la CCI.

Con nuestros saludos comunistas, La Fracción.

PS : nuestro comunicado es prioritariamente enviado a la CCI para publicación en la prensa donde nos calumnia. Pero al dudar de su recepción y aceptación de publicarlo, y pensando que en todo caso esta rectificación concierne al conjunto del MPP, también es dirigido particularmente a: BIPR, Le Prolétaire–Editions Programme, Il Partito comunista (Florencia-Italia), Il Programma comunista (Milán-Italia), N+1 (Francia), Alarme (Francia), IPC (Francia), Le Prolétaire universel, Présence marxista, Balance (España), etc…



¿HASTA DÓNDE IRÁ LA "NUEVA" CCI EN EL ABANDONO DE SUS PRINCIPIOS?

La última reunión pública de la CCI en París el 29 de junio de 2002 marca una nueva etapa en el cuestionamiento de la experiencia, la tradición, la práctica y los principios mismos que esta organización había defendido y puesto en práctica desde su origen. Y sobre todo en la deriva organizativa y en la destrucción de la conciencia de sus militantes.
En efecto, en esta reunión se anunció que nuestra fracción tendría prohibido en adelante toda intervención oral en las reuniones públicas de la CCI. Se anunció en esta reunión que la dirección actual de la CCI había hecho adoptar una directiva(1), una orden de hecho, que prohíbe todo debate, toda discusión con la fracción, y ¡que todos los militantes de la CCI deben romper toda relación personal, fraternal, amistosa con los miembros de nuestra fracción! Todo ello porque seríamos ladrones, calumniadores, que tendríamos "comportamientos" inaceptables, y que rechazamos romper toda relación con el camarada Jonás presentado como agente provocador.
¡Increíble! La organización que, desde su fundación, criticaba y no había dejado de luchar porque todos los grupos del "medio político proletario", todos los grupos internacionalistas, y todos los elementos, incluidos los que habían dejado la CCI, incluidos los que la CCI denunciaba como "parásitos", vinieran a discutir y debatir en sus reuniones, llega ahora a ejercer una censura pública contra sus oponentes políticos. E incluso mientras estos últimos defienden la misma plataforma política y las mismas posiciones y análisis políticos. La organización que no ha dejado de denunciar las prácticas de Lucha Obrera, el grupo trotskista francés que prohíbe a la CCI el acceso a su evento anual, retoma los mismos métodos y el mismo tipo de acusaciones –tal como LO acusaba a la CCI, ésta nos acusa de "comportamientos incorrectos". La organización que se presentaba e intervenía en todas las reuniones públicas de los grupos políticos, proletarios, consejistas o izquierdistas, y que se rehusaba a aceptar ser excluida de éstas –llegando a imponer a los grupos asumir prácticamente, en los hechos, su posición política mediante la exclusión física- se reduce ahora a las mismas prácticas que denunciaba ayer. Es una tragedia para la CCI. Una vergüenza para sus militantes. Un golpe contra el crédito y el honor del movimiento revolucionario y sus representantes actuales.
Es una confirmación de lo que habíamos anunciado desde el 9 de mayo de 2001 después del 14º congreso de la CCI y que no hemos dejado de denunciar desde entonces.
Esta censura política es continuación de la censura de que hemos sido víctimas en la CCI mediante la prohibición de publicar nuestros textos en los boletines internos. Sobre este plano, es un paso suplementario el que la dirección "liquidadora" hace franquear a la CCI, un paso que precipita ineluctablemente a esta organización en el sectarismo. Confirma que hemos sido excluidos, luego de haber sido reducidos al silencio y aislados de nuestros camaradas en el interior mismo de la CCI.
Es un verdadero espíritu de fortaleza asediada, de "paranoia" política, de repliegue sobre sí misma, en breve de secta, el que actualmente, y desgraciadamente sin duda para siempre, está en vías de imponerse en la CCI. Lo que es (internamente), o va a ser (externamente) teorizado y justificado respecto a nosotros será inevitablemente vuelto a utilizar frente a toda oposición política consecuente tanto en el plano interno como externo. Se trata de la primera expresión pública, luego de cierto número de expresiones internas –en particular el no reconocimiento y la exclusión de nuestra fracción- de la deriva oportunista de la CCI. Los camaradas y lectores que podían aún interrogarse sobre las razones de nuestra constitución como fracción y sobre nuestra denuncia de la política de la dirección actual, particularmente manifiesta en términos de práctica organizativa, tienen ahora ante los ojos manifestaciones no disimuladas de crisis comunista y de ruptura clara con toda la tradición de la CCI.
Pero las decisiones actuales tomadas por la CCI contra nuestra fracción no representan solamente un paso suplementario en su voluntad de ahogar toda expresión de desacuerdo político, sino que tienen un significad mucho más grave:
Resumamos el trabajo efectuado por la nueva dirección de la CCI desde hace un año para ahogar el debate político: ¿De qué tiene miedo la "facción liquidacionista" a la cabeza de la CCI para tomar tales medidas? ¿Por qué le aterroriza la idea misma de todo debate político? ¿Está tan poco segura de sus argumentos? ¿Por qué está obligada a imponer a los militantes de la CCI el romper toda relación personal con nosotros? ¿Tiene desconfianza de sus propios militantes? ¿De la profundidad de sus convicciones políticas?
Es la tradición de una organización viva que favorece los debates internos y externos, contradictorios, la vida política –incluso si podían existir debilidades y dificultades para hacer vivir esta tradición- que defendía desde siempre la CCI, y que incluso estaba en la base de su fundación, la que ahora es desacreditada y liquidada.
Esta política hace de la CCI una caricatura de secta que solamente puede desacreditar la idea misma de organización política de una parte, y de otra ocasionar un grave daño a todos los grupos comunistas actuales en la medida en que la CCI se reivindica de la tradición de la Izquierda Comunista.
Lanzamos este llamado a todos los grupos, a todos los militantes (incluidos y sobre todo a los de la CCI) y a todos los simpatizantes de la Izquierda Comunista: ¡No ignoren lo que pasa con la CCI actualmente! Intervengan en sus publicaciones, en los encuentros que puedan tener, con los contactos, etc. …
Un número importante –a la escala de las débiles fuerzas revolucionarias actuales- de militantes es arrastrado a un estancamiento político y, a plazo, a la desesperanza y abandono del combate de clase. La deriva actual de la CCI –cualesquiera que sean nuestros desacuerdos políticos- solo puede ocasionar perjuicios y descrédito al conjunto de la tradición de la Izquierda Comunista. De polo de reagrupamiento y referencia política, la CCI está en vías de convertirse –es ineluctable si el proceso actual llega a su término- en un obstáculo para el reagrupamiento, reagrupamiento incluido en el sentido de discusión y clarificación políticas, de las fuerzas revolucionarias. Se vuelve el parásito de la Izquierda Comunista. Su repelente.

La fracción de la CCI, 1º de julio de 2002.



¿NO LES DA VERGÜENZA?

Si tiene una característica la dirección de la CCI, desde hace ya más de un año, es el rechazo al debate político, una especie de alergia a la confrontación de ideas.

En tanto que la CCI se constituyó –y ha vivido durante casi tres décadas- sobre la base de la discusión política más franca y abierta, he aquí que actualmente, y en nombre de la llamada "defensa de la organización" la camarilla liquidacionista que se ha apoderado de la organización reemplaza este oxígeno por la calumnia, la mentira y el ahogamiento de todo debate.

Después de haber prohibido a los militantes que se constituirían más tarde en Fracción el expresar su punto de vista en los boletines internos previstos para este efecto, después de haber respondido a sus críticas y propuestas de orientación diferentes mediante las medidas disciplinarias más dementes, después de haberlos excluido y denunciado como agentes provocadores (o cómplices de agente provocador), vemos cómo ahora prohíben a sus militantes y simpatizantes leer nuestros boletines(4).

A decir verdad, hace ya rato que esta prohibición ha sido pronunciada –y sabemos incluso que algunos militantes han hecho caso omiso de ella.

Pero constatamos que varios militantes y simpatizantes de la CCI, no contentos con obedecer ciegamente las "consignas", tienen el astuto placer de ¡regresarnos nuestros boletines pagando los gastos de envío!

Así, algunos, a los que continuamos llamando nuestros camaradas, se conducen de la manera exactamente opuesta a todo lo que la CCI les ha, nos ha enseñado. Porque, no hace mucho tiempo, la CCI animaba a los militantes a seguir la prensa del medio político; a los simpatizantes que se acercaban a las posiciones comunistas les aconsejábamos vivamente tomar conocimiento de las posiciones de los otros grupos de este mismo medio. Era entonces con curiosidad y apertura de espíritu realmente proletarios que tomábamos conocimiento de las publicaciones nuevas y que las poníamos a discusión en el interior de las reuniones de la organización.

¡Pero esto ya no es la regla y todo el mundo lo sabe!

Este encerramiento es ya un drama, pero hay algo peor: que los militantes y simpatizantes lo encuentren normal y lo consideren como la regla a aplicar. Esta "fobia" ante unas posiciones diferentes sería cómica si no fuera el signo de que la gangrena está ampliamente instalada en la organización.

Cuando uno nos escribe comenzando con un "Señor, Señora" –¡un camarada que conocemos y al lado del cual hemos combatido durante más de veinte años!-, otro nos acusa de utilizar el archivo de direcciones que no nos pertenece(5). Se nos reprocha una "reunión afinitaria" sin tratar siquiera de leer y comprender el punto de vista que defendemos. A esto se han reducido los que han comenzado, por comodidad o conformismo, aceptando que se nos hiciera callar al interior, ahora deben hacer acto de sumisión devolviendo nuestros boletines sin leerlos.
Estamos realmente apenados al constatar este abandono de lo que era el espíritu mismo de la CCI: incluso si, desafortunadamente, es precisamente lo que habíamos previsto y anunciado en nuestros boletines,
Nos queda la esperanza que estos camaradas, sometidos a presiones enormes, puedan aún consultar nuestro sitio Internet para tomar conocimiento de nuestras posiciones sin hacerse llamar la atención.
¡Porque están allí!
La Fracción, el 18/08/02

NOTAS:
(1) El anuncio con el que inició la reunión se refería a una moción que ha sido adoptada en la CCI y cuyo texto no nos ha sido comunicado. ¿La actual CCI tendría el coraje político de publicar este texto?
(2) La justificación presentada actualmente por la dirección de la CCI –nuestra fracción habría cometido robos contra la organización- es no solamente mentirosa (podemos probarlo fácilmente – véase nuestro boletín n°11) sino también lamentable respecto a las traiciones de que es responsable.
(3) Cierto número de indicios nos muestran ya que, como fue siempre el caso en la historia ante situaciones semejantes, las primeras reacciones a la política catastrófica y escandalosa de los OC se manifiestan en el interior de la CCI.
(4) Puede tratarse de una prohibición pronunciada abiertamente, bajo pretextos diversos o, más probablemente, de una "incitación" sometida a algún "control" que pone a los militantes en posición ya sea de seguir el movimiento, o de encontrarse acusados de complicidad o de benevolencia culpable respecto a "elementos peligrosos".
(5) Ya hemos respondido a esta historia del archivo de direcciones, pero es interesante revelar aquí la visión de pequeño propietario según la cual un archivo de direcciones es un objeto de propiedad. Es toda la visión de los merolicos de la "venta por correspondencia" y el grito de protesta del pequeño burgués que acepta que su buzón esté lleno de folletos publicitarios, pero no de literatura revolucionaria.